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Enfermería en Cartagena: aclarando conceptos

18/02/2024 - 

CARTAGENA. En la actualidad cursan estudios de Enfermería en Cartagena unos 217 estudiantes, muchos de ellos provenientes de fuera de la ciudad. Sin embargo, vienen padeciendo unas deficientes condiciones de enseñanza desde el mismo momento de la fundación de esos estudios. En consecuencia, su exigencia de que les mejoren las instalaciones y los recursos didácticos está plenamente justificada. Aceptado ese diagnóstico, conviene disipar algunos errores conceptuales que se han cometido en relación con este centro.

Uno de ellos es creer que ya gozaría de buenas instalaciones de haberse asignado a la UPCT en el momento de la segregación de la UM. Observar el espectacular desarrollo de los edificios de la UPCT puede inducir la idea de que ese centro habría corrido la misma suerte. Esa tesis olvida que los centros cuyas infraestructuras han mejorado impartían títulos propios de la UPCT, mientras que Enfermería se estudiaba en un centro adscrito. Y, como es bien sabido, ninguna universidad invierte dinero en mejorar las instalaciones de sus centros adscritos de titularidad privada. Entre otros motivos porque probablemente sería ilegal. Bastantes tareas tienen los rectores y las rectoras para encima tener que defenderse de posibles malversaciones.

"la solución del centro de Enfermería en Cartagena no pasa, y nunca pasó, por adscribirlo a la UPCT o integrarlo"

No obstante, el caso de Enfermería era peculiar porque, aun siendo adscrito, su titularidad era pública. Podría haberse establecido, pues, alguna clase de acuerdo entre la universidad y el gobierno regional para dotar de una línea de financiación finalista y separada del presupuesto ordinario. Pero en ese caso no habría habido ninguna ventaja en adscribirlo a la UPCT en vez de la UM, como en su momento se decidió. En efecto, puestos a conveniar, tanto daba una universidad como la otra. Y era más coherente la opción de la UM para no infringir los criterios de especialización y complementariedad que articulan el sistema universitario regional.

Otro error es pensar que hicimos una excepción con Enfermería en el momento de la segregación. En realidad, no era el único centro ubicado en Cartagena adscrito a la UM. También ese era el caso del dirigido por el tristemente fallecido Manuel Pérez de Lema. Como rector de la UPCT establecí con él una buena relación de amistad, a pesar de lo cual su centro siguió adscrito a la UM. Así que se siguió con Enfermería el mismo criterio que con ese otro centro: que siguiesen adscritos a la UM.

También era un error pensar que, en vez de adscribirlo a la UPCT, habría que haber integrado dichos estudios en esa universidad como un título propio. Eso habría infringido los criterios de especialización y complementariedad de títulos entre las dos universidades públicas de la región, trascendentales para el futuro del UPCT. Los estudiantes de Enfermería no acababan de captar la importancia de ese delicado equilibrio, pero no por eso dejaba de ser imperativo que lo defendiésemos y mantuviésemos. Era necesario buscar otra solución por el propio bien de la UPCT.

También sería un error pensar que ahora esa integración sería factible porque dichos criterios ya no están vigentes ya que la UPCT imparte Ingeniería Biomédica. Pues bien, ese título no pertenece al área de la Salud, como puede comprobarse revisando la lista de sus asignaturas. En cualquier caso, ya propuse en su momento que lo impartiesen a medias la UM y la UPCT. Incluso empezamos a hacer unos planes de estudios que contemplaban la participación de ambas universidades. Ese ambicioso proyecto fue discretamente abortado, pero eso no implica que la adscripción unilateral del título a la UPCT infrinja el criterio de especialización.

También se ha dicho que los citados criterios han decaído porque ya hay estudios del área de la Salud en Cartagena, algunos tan potentes como los de Medicina. En este caso el error deriva de omitir que esos títulos los imparte la UCAM, una universidad de la Iglesia para unos y privada para otros. No siendo en ningún caso una universidad estatal, los citados criterios no le son aplicables según la ley vigente. Y hay un buen motivo: no consumen recursos públicos, lo que implica que no hay dispendio al duplicar los títulos.

Finalmente, hay quien anda diciendo que el problema de Enfermería se debe a que las autoridades pretenden bloquear el desarrollo de las enseñanzas universitarias públicas en Cartagena para favorecer a la UCAM. Por el contrario, fue uno de los Gobiernos de Valcárcel el que impulsó la creación de la UPCT y sus sucesores invirtieron importantes cantidades en dotarla de unos magníficos edificios. Esos críticos rozan, pues, el ridículo. ¿No comprenden que, para lograr el objetivo que dicen, lo más eficaz sería no haber creado nunca la UPCT? O, alternativamente, haber dificultado su implantación por el sencillo mecanismo de privarla de la financiación suficiente.

A la vista de lo anterior, ya se comprende que la solución del centro de Enfermería en Cartagena no pasa, y nunca pasó, por adscribirlo a la UPCT o integrarlo en esa universidad. Aunque tampoco por privatizarlo. En resumen, la única solución viable es integrar esos estudios en la UM. Y no es difícil. Popularmente conocida como nota de corte, la nota de acceso a los estudios de Enfermería en Cartagena es muy parecida a la del centro propio de la Universidad de Murcia (UM) y el de la Facultad de Ciencias Sociosanitarias de Lorca, de la que se encarga la UM. Eso implica que los estudiantes cartageneros acreditan unos excelentes expedientes académicos en el momento de matricularse. Y también que sería factible repartirlos entre Lorca y Murcia, como en el artículo anterior sugerí. Como detallaré en el próximo Tibio, distinta es la solución que las diligentes autoridades universitarias actuales han pergeñado. Solo me queda escucharlas, que nunca es tarde para aprender.

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