CARTAGENA (EFE). El músico cubano Eliades Ochoa, miembro fundador el proyecto 'Buena Vista Social Club' y ganador de varios premios Grammy, ha asegurado que “todos los días hay cosas para aprender” y que él mismo sigue estudiando a diario porque “siempre hay algo nuevo”: “Cada día le paso la mano a mi guitarra para seguir aprendiendo”.
Así lo ha dicho el veterano guitarrista y cantante, nacido en Santiago de Cuba hace 78 años, en una entrevista con EFE en Cartagena, donde este lunes recibirá el premio del festival La Mar de Músicas en reconocimiento a sus 50 años de trayectoria y su trabajo para llevar “la auténtica música tradicional cubana a todo el mundo”. El galardón se le otorgará antes del concierto que ofrecerá con los artistas invitados Chanel, la cantaora onubense Argentina y el cantante malagueño Zenet.
Viejo conocido de este festival de músicas del mundo que se celebra cada mes de julio, desde hace 29 años, en Cartagena, y en el que ha actuado en tres ocasiones anteriores (en 1998, 2010 y 2022), Ochoa reconoce que esta vez será especial: “Esta presentación es un poco más gigante que las anteriores, hay un premio por el medio, eso no ha pasado otras veces que he estado allí. Esto es otra cosa, está a otros niveles”, asegura entre risas.
“Son pocas veces que me pongo nervioso, y me está pasando eso con el premio, porque es un premio del tamaño de la mar. Recibiendo este premio gigante, siento que el Mediterráneo va a estar cerca de mí y yo cerca del Mediterráneo. Me faltarían muchas palabras para expresar lo que siento”, insiste el veterano artista, que acumula cuatro premios Grammy Latino y una nominación a los Grammy, entre otros reconocimientos.
El maestro del son cubano remarca, sin embargo, esa necesidad de seguir aprendiendo, de estudiar, de evolucionar: nacido en una zona rural de Cuba, la Loma de la Avispa, hijo de campesinos, su formación musical fue autodidacta, bebiendo de artistas que lo rodearon desde siempre.
“Mi papá tocaba muy bien el tres cubano, ¡pero muy bien! No era profesional, era un músico del campo. Mi madre tocaba también y cantaba, al igual que mis hermanos. Yo no he ido jamás a una escuela de música, de los seis hermanos, nadie fue, todos aprendimos en la universidad de la calle”, rememora.
Cuenta que ya tocaba en la calle “pasando el sombrero para recoger propinas desde muy jovencito”, en los ratos libres que le quedaban de otros empleos limpiando zapatos, vendiendo loterías o con un puesto de maní en la puerta del zoológico.
La música como profesión la ubica con el ingreso en el Cuarteto Patria, en 1978, ocho años antes de la formación del proyecto 'Buena Vista Social Club' que lo lanzaría a la fama mundial, pero él reivindica su trayectoria anterior: “Cuando llegó el Buena Vista, yo ya había recorrido mundo, ya era un artista”, asegura.
No obstante, defiende el proyecto con vehemencia: “Seríamos injustos si, cuando vayamos a hablar de la música cubana, no decimos que gracias al proyecto Buena Vista Social Club la música cubana salió al mundo con tremenda fuerza. Fue una luz que echó raíces, algo que llegó para quedarse, y que de hecho se ha quedado en el sentimiento del mundo”, advierte.
Temas como El Carretero”, “Chan Chan, El cuarto de Tula o Candela me quemo, por poner algunos ejemplos, “estaban en el cajón del olvido” y aquel proyecto los recuperó, los puso “donde debían haber estado siempre”.
“Esos temas que hicimos con tanta fuerza con el Buena Vista Social Club hoy día están en primera plana en cualquier concierto que yo vaya a dar, no van a faltar, porque además, si no los pongo en el repertorio, los pide el público”, ríe.
No faltarán en el concierto que dará tras recibir el premio en La Mar de Músicas, en el auditorio Paco Martín del Parque Torres, en el que también interpretará temas de su último disco, Guajiro, publicado en el verano de 2023 y que incluye media docena de temas de composición propia.
Como artistas invitados participarán en la cita la cantante hispano-cubana Chanel, el malagueño Zenet y la cantaora onubense Argentina.
Ochoa, que fue el músico más joven en el Buena Vista Social Club, donde estuvo rodeado de artistas consagrados de la música cubana como Compay Segundo, Juan de Marcos, Pío Leyva o Ibrahim Ferrer, reivindica ahora la cercanía con artistas jóvenes y recuerda su colaboración con C. Tangana para el disco El Madrileño, en el que interpreta junto al rapero el tema Muriendo de envidia.
“Eso se hizo de una en el estudio. Él no me dijo canta así o toca así, fue así como salió, improvisado. Tengo entendido que él mismo dice que es uno de los temas más privilegiados de su disco”, apunta.
Pero de todas sus experiencias, Ochoa asegura que la más especial es la del contacto con el público: “Es lo que me da fuerza para seguir haciendo música por el mundo, a cualquier hora, en cualquier escenario. Esos aplausos, ese teatro gritando de pie mi nombre, pidiendo canciones: esos son los premios que me llevo a casa y no tengo que tomar pastillas para dormir”, señala.
Por eso, vaticina, queda Eliades Ochoa para rato: “La música me da vida, me siento joven. Ni cuando la pandemia dejé de tocar. Hacía conciertos en vivo desde mi casa, con mi guitarra, en solitario. Pasan los años, pero la música no tiene problema, la música no cambia, sigue llegando igual. La música da alegría. No me planteo nada más”.