MURCIA. La apertura del segundo curso legislativo viene con curvas en la derecha. El PP, que durante muchos meses se había mostrado comedido con Vox -y viceversa también, ojo- ha arremetido con dureza contra su antiguo compañero de Gobierno. "Los principios de Vox han durado el tiempo que iban subidos en coche oficial". Así de contundente hablaba Joaquín Segado, el portavoz parlamentario de los populares, tras la reunión de la Mesa de la Cámara y la Junta de Portavoces para fijar el calendario legislativo del segundo curso de la legislatura.
No fue para menos. La oposición hizo valer su fuerza ante el partido del Ejecutivo regional y el PP sintió las dificultades de gobernar en minoría. Vox secundó la propuesta de Podemos, y ambos, junto con el PSOE, sacaron adelante un calendario con más actividades para la Asamblea Regional: los plenos se multiplicaran de los tres de este primer curso -un número muy cuestionado por socialistas y morados- a ocho al cabo del mes. Esta decisión supone más trabajo para sus señorías, con plenos de impulso al Gobierno que se celebrarán los martes en sesiones de mañana y tarde y, sobre todo, conllevará más vigilancia al Gobierno, pues las mañanas de los viernes se dedicarán a las sesiones de control al Ejecutivo.
El portavoz del PP no podía ocultar su decepción en rueda de prensa. Segado pronunció el discurso más crítico que se recuerda desde la campaña electoral hacia quien durante diez meses fuera su socio en el Palacio de San Esteban. Poco importó que los Presupuestos se encuentren a la vuelta de la esquina y el PP no tiene, a día de hoy, los votos garantizados para validarlos. Habrá negociación, sí, pero ello no privó al dirigente popular de decir todo lo que pensaba sobre el partido de José Ángel Antelo: "La reunión ha servido para que Vox se quite la careta", arrancaba en rueda de prensa. No podía entender que "corrija" la actividad parlamentaria el mismo grupo que "hace tres meses" calificaba como "fantástica" la programación de la Asamblea Regional y "la defendía a ultranza".
Vox, añadía, "ha entregado sus votos a la izquierda y a la ultraizquierda para controlar entre todos a la Asamblea". Lo repitió varias veces: "El PSOE y Vox unen sus votos para intentarla controlar". E incluso citó el término 'ultraderecha' para referirse a su otrora socio: "Hoy se abre una nueva etapa, en la que la izquierda y la extrema izquierda, y la que ellos llaman ultraderecha, construyen una coalición de intereses para tratar de dominar y controlar la actividad política y parlamentaria en la Región".
Hasta ahora estos reproches se limitaban a la política nacional, donde sus líderes, Alberto Núez Feijóo y Santiago Abascal, hace tiempo que rompieron todos los puentes. Incluso desde la ruptura de la coalición, el PP se guardó de ser áspero contra Vox en la Región, hasta el punto de que se abstuvo en la propuesta de su exaliado para la comisionada de la Transparencia, en lo que se interpretó como un guiño a la vista de la negociación de los Presupuestos. Vox, en cambio, sí ha sido crítico con los populares, especialmente en materias como la inmigración ilegal o el Mar Menor.
La tregua del PP duró hasta este lunes. "Vox, los mismos que se presentan como los más acérrimos críticos de Sánchez y sus políticas, hoy se han dado la mano con su máximo defensor, con el más sanchista de entre los sanchistas, al señor Vélez, para arrinconar al Partido Popular", afeaba Segado. Y agregaba: "Vox tendrá que explicar ante sus votantes este giro tan radical que le ha llevado a establecer una unidad de acción con el PSOE de Sánchez y la extrema izquierda".
Los populares, que sostienen que sí habían formulado una propuesta para aumentar los plenos e incrementar las sesiones de control, lamentan que no les han cogido el teléfono. "No querían entrevistarse con nosotros porque me temo que estaban llegando a un cuerdo con otros grupos políticos", advertía Segado, quien recriminó que con el acuerdo adoptado este martes "un grupo con dos diputados va a llevar la mismas iniciativas que el grupo de 21 diputados", en referencia a los dos parlamentarios de Podemos Izquierda Unida del Grupo Mixto y los 21 del PP. "Esta es la democracia para la oposición".
El giro de Vox, concluyó, le valió como argumento para erigirse, en su opinión, como único partido moderado: "Ante este pacto entre el PSOE y los partidos más radicales y extremistas, ya solo queda el PP en el espacio de la moderación política". Y apuntillaba: "Estamos convencidos de que quienes votaron a Vox en las elecciones no lo hicieron para que se aislara al PP y para que Vox hiciera de muleta de PSOE y Podemos".
Rubén Martínez Alpañez, en cambio, replicaba desde la rueda de prensa que "el PP quería que la Asamblea fuera una consejería más del Gobierno regional, y eso no puede ser". El portavoz adjunto de Vox argüía que "el poder legislativo tiene que ejercer su labor de control y ser protagonista en la toma de decisiones que afectan a todos los murcianos". Y lamentaba que no podían "seguir con la parálisis que de los últimos meses".
Precisamente Alpañez ya dejaba clara su posición al respecto en una intervención en la pasada semana: "Los murcianos han pagado 3.700 y 4.000 euros a cada uno de los diputados por meter un papel en una urna en todo el mes", en alusión a la votación de la Comisionada de la Transparencia. No en vano ,el periodo extraordinario, que habitualmente se ciñe al verano, se había prolongado hasta el pasado 2 de octubre, un hecho muy criticado por la oposición.
"Queremos un parlamento activo y productivo, no uno que se limite a sesiones mínimas", esgrimía el diputado de Vox, revelando que su propuesta original "era tener tres sesiones semanales, como en el Congreso de los Diputados". Aun así, Alpañez valoraba que "este acuerdo representa un avance significativo frente a la inactividad que pretendía imponer el PP".
Sin embargo, esta batalla aún no ha dicho su última palabra. La Comunidad se encuentra cerca de presentar el texto del Presupuesto y los populares tendrán que negociar con los grupos y arrancar al menos una abstención si no quieren que las cuentas sean tumbadas y obligadas a una prórroga. Precisamente esta semana Vox ya ha dejado claro qué pide para lograr su 'sí': tres premisas y once ejes, enumeradas por José Ángel Antelo. Entre ellos aparecen medidas como el cierre de menores no acompañados de Santa Cruz, el amparo jurídico para pistolas táser, gas pimienta y arma larga policial y la ampliación del tranvía a Molina de Segura, entre otras propuestas.
Antes aliados, hoy enfrentados: ¿qué pasará el día de los Presupuestos?