Los 9 puntos del informe
La Secretaría de Estado de Memoria Democrática adjunta, en su informe, un listado de "9 elementos a considerar sobre De la Cierva". A continuación se reproducen los 9 puntos, suscritos por el catedrático Ángel Viñas:
1. Desde Londres, donde estaba establecido para promocionar su invento del autogiro y sus intereses aeronáuticos, JdlC formó parte de un pequeño grupo de conspiradores monárquicos, británicos y españoles, contra la República, que tuvo gran influencia entre los círculos de derecha. Uno de sus promotores era el corresponsal de ABC, Luis A. Bolín.
2. La influencia de dicho grupo no es nada desdeñable. Fue el paralelo del que los conspiradores monárquicos crearon en París con el mismo objetivo de desacreditar en todo lo posible a la República desde los comienzos de su andadura. Sin embargo, cabe asegurar sin temor a equivocarse que los efectos del trabajo de zapa en Londres, con conexiones próximas a los círculos más relevantes del Gobierno, fueron muy superiores a los obtenidos en París.
3. En junio de 1936 Alfonso XIII visitó Londres. JdlC y Bolín estuvieron pegados a él. En aquellos momentos era prácticamente imposible que el exrey no estuviera al tanto de la conspiración e incluso que supiera de la conexión monárquica con Mussolini. Sin embargo, los archivos de Alfonso XIII y de Juan de Borbón no están abiertos.
4. Las conexiones de JdlC con los medios militares británicos y los de Aviación son innegables. A él recurrieron los conspiradores -se dice que a través de Bolín, pero bien pudo ser antes de lo señalado por el marqués de Luca de Tena, propietario de ABC y “refugiado” en Biarritz- para conseguir un avión con el que trasladar a Franco desde Canarias.
5. Franco estaba decidido a sublevarse desde que lo intentó vanamente en febrero de 1936. En lo que dudaba era cuándo se haría. Este tema ha sido muy debatido, pero en un próximo libro presentaré evidencias documentales circunstanciales que apoyan aquella interpretación. El relato de que lo decidió la muerte de Calvo Sotelo es absolutamente ridículo. Ya maduraba sublevarse poco antes del 25 de mayo cuando también se planteaba el asesinato de Balmes. ¿Fuente? Las memorias de su primo hermano y ayudante, el teniente general Franco Salgado-Araujo (p. 145). Cabe preguntarse si para Bolín hubiera sido tan fácil fletar el Dragon Rapide de no haber contado con JdlC para cuando lo hizo a principios de julio.
6. JdlC acudió a Roma a apoyar la misión de los monárquicos españoles que debía convencer a Mussolini de que el golpe de Marruecos era el que esperaban y no otro. Esto implica que JdlC estuvo en contacto directo con Alfonso XIII en los días anteriores. ¿Por qué? La misión de JdlC a Roma ha sido cuidadosamente silenciada, pero detalles de la misma se encuentran entre los papeles de Pedro Sainz Rodríguez, el firmante de los acuerdos para el suministro de aviones de guerra italianos el 1º de julio de 1936.
7. De vuelta a Londres, JdlC participó en los esfuerzos de los sublevados por obtener aviones civiles británicos. Algunos llegaron a volar con destino a España. Varios fueron interceptados a su aterrizaje en Francia y Portugal y devueltos a Inglaterra. Al menos otro llegó a entrar en acción en Segovia, pero fue derribado a finales de agosto (se dijo que a consecuencia de “fuego amigo”). Está plenamente documentado que JdlC fue uno de los agentes de Mola para obtener armamento sorteando los escollos de la política franco-británica de no intervención.
8. Mola se sirvió de él para establecer conexión con traficantes de armas nazis, episodio en el que intervino el almirante Canaris, jefe del Servicio de Inteligencia Militar nazi. En una carta del 19 de septiembre a Mola, JdlC recordó que ya había hecho algunas misiones por cuenta de él y de Franco y, naturalmente, se puso a su disposición en primer tiempo del saludo. Obsérvese que la interpretación más habitual que indica que Canaris ya había estado en contacto con los conspiradores antes del 18 de Julio es absolutamente inexacta.
9. No cabe la menor duda que su muerte en Londres al despegar en un avión de la KLM con rumbo a Ámsterdam el 9 diciembre de 1936 cortó los servicios que JdlC no dudó en prestar desde el primer momento a los sublevados.