MURCIA. Es uno de los dibujantes de cómic más importantes de Europa... y es lorquino. Hablamos de José Luis Munuera, quien ya hace tiempo que conquistó el mercado francófono con su maestría y buen hacer; no en vano, es el único español que ha dibujado, guionizado y hasta creado un personaje para la serie Spirou, uno de los iconos del cómic francobelga. Ahora, y tras su última y aplaudida novela gráfica, Bartleby, el escribiente (Astiberri)- el lorquino vuelve a las librerías con otra obra que ya figura en las revistas especializadas como unas de las novedades imprescindibles de este otoño. Se trata de El corazón de hojalata, publicada por Nuevo Nueve Editorial y en la que el murciano colabora con el dúo de guionistas que firma como BeKa.
El corazón de hojalata traslada a través del estilo elegante y clásico, además de versatil, del dibujante lorquino a un mundo retrofuturista donde los humanos viven rodeados de sirvientes robot. No obstante, la joven Iséa prefiere refugiarse en Cyrano de Bergerac, película aconsejada por Tal, su única amiga, a quien solo conoce a través de la pantalla. Pero el día en que Debry, su amada niñera robot, es despedida por su madre, el frágil equilibrio de la adolescente se desmorona. Iséa decide a toda costa encontrar a la única persona que le ha dado amor, incluso siendo un robot… Acompañada de un compañero de escuela, Tilio, se dirige al extraño pueblo de Tulpa.
Son treinta años de carrera las que han llevado a Munuera a convertirse en una de las figuras más importantes del cómic europeo, perteneciente a una generación de lorquinos a los que habría que preguntarles qué les dieron de comer. Un ejemplo, es que el dibujante es de la misma quinta que el escritor Agustín Martínez -guionista de series como Feria y La caza, entre otras muchas- y ganador nada menos que del premio Planeta (es uno de los tres autores que se ocultaban tras el pseudónimo de Carmen Mola). También es de esta generación el cineasta lorquino Dany Campos (1969).
José Luis Munuera (Lorca, 1972) comenzó a publicar sus tebeos a mediados de la década de los 90. Un golpe de la fortuna le llevó al salón de cómic galo de Angoulême, donde coincidió con un por entonces jovencísimo Joann Sfar, con quien publicaría Los Potamoks. Desde entonces hasta hoy, Munuera ha desarrollado su carrera profesional para el mercado francófono, acumulando ya más de cuarenta títulos publicados de sus diversas series. Sus cómics se han traducido a la mayoría de las lenguas europeas, e incluso a alguna de cierto exotismo, como el chino cantonés.