MURCIA. Ha sido una semana intensa para Ciudadanos. El partido liberal ha cubierto las últimas vacantes que faltaban por completar en la ejecutiva regional, un proceso que empezó en septiembre con la designación de la nueva coordinadora regional, Ana Martínez Vidal. El nombramiento de la líder ponía fin al periodo de interinidad que vivió la formación durante nueve meses, en manos de una gestora, y abría una nueva etapa que, ahora sí, funciona a pleno rendimiento. Los primeros cambios ya se muestran en público: desmarques en el Ejecutivo y pronunciamientos públicos contra el PP, marcando diferencias con su socio de Gobierno.
Sin embargo, esta semana que hoy acaba también ha evidenciado los frentes que todavía permanecen abiertos en Ciudadanos. La visita desde Madrid de dos miembros de la dirección nacional -el vicesecretario general, Carlos Cuadrado, y el vicesecretario adjunto, José María Espejo-Saavedra- han levantado todo tipo de suspicacias en el seno de Centrofama. Sobre el papel, los dos representantes de Inés Arrimadas se desplazaron para arropar a la nueva dirección regional, así como para mantener contactos con la afiliación y también para reunirse con Fernando López Miras en el Palacio de San Esteban para evaluar el pacto de Gobierno.
Pero su presencia también ha despertado revuelo en torno a la figura de Isabel Franco, la vicepresidenta regional que fue candidata a la Comunidad y que perdió el pulso con Martínez Vidal en su pugna por liderar el partido. La Región es, junto con Castilla y León, el único territorio donde el líder regional de Ciudadanos no ocupa el mayor cargo en el Gobierno. Vidal es la portavoz del Ejecutivo y Franco, la vicepresidenta. Nada más tomar las riendas de la formación, la propia coordinadora autonómica ya descartó públicamente un posible relevo. "Su Vicepresidencia es compatible con que yo sea coordinadora de Ciudadanos", dijo en septiembre . Pero el asunto sigue coleando, hasta el punto de que el pasado miércoles el partido emitió un comunicado en el que, de forma escueta y velada, deslizaba que "Ciudadanos descarta posibles cambios en la parte naranja del Ejecutivo".
Minutos antes, Cuadrado comparecía ante los periodistas y negaba que la dirección nacional hubiera pedido la destitución de la vicepresidenta del Gobierno. "No está encima de la mesa", respondía, apostillando: "Al proyecto de Ciudadanos se le puede ayudar desde distintos lugares. Estamos muy contentos con el trabajo de nuestra vicepresidenta y de nuestros consejeros. Todos suman". A pesar de estas respuestas públicas, no ha sido la primera vez que este posible movimiento planea sobre Ciudadanos. Hasta la fecha, Isabel Franco guarda silencio públicamente. Pero los detalles cuentan en política. En redes sociales, la cuenta de su Consejería publicaba en Twitter una imagen de la consejera en su despacho, trabajando, en la que se veían con nitidez dos rótulos: vicepresidenta y consejera.
????️ Participamos en la comisión de seguimiento del #PlanReactiva
— Igualdad, LGTBi y Política Social Región de Murcia (@VicepresidenRM) December 17, 2020
✅Instrumento de gestión que guía al @regiondemurcia en la implementación de las medidas necesarias para recuperar el nivel de bienestar previo a la crisis sanitaria y económica generada por la #COVID19 #Avanzando pic.twitter.com/LSpemrAGVc
Otro tema incómodo para Ciudadanos se ha conocido estos días, aunque esta vez se ha revuelto de forma favorable: el último giro de la causa judicial abierta por presunto fraude en las primarias celebradas en 2019. El partido, que siempre ha guardado silencio en torno a este asunto -justificando que "respeta la labor judicial"-, esta vez emitió una escueta nota de prensa informando de que la Audiencia Provincial ha aceptado que se persone en el caso como perjudicado. En el texto añadían: "El mero hecho de que, como consecuencia del proceso iniciado, se ponga en tela de juicio la honorabilidad, el buen nombre y el funcionamiento democrático del partido ya constituye un perjuicio para Ciudadanos".
Es el único respiro que ha recibido desde que se inició el proceso, que ha sido -y es- todo un quebradero de cabeza para los liberales. La Policía, el juez instructor y la Fiscalía no han dado tregua, con informes desfavorables. Los investigadores de la Udef (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal de la Policía Nacional) advertían al juez de que existen "indicios racionales de que el partido intentó ocultar un posible fraude en la votación telemática". En su escrito -al que tuvo acceso Murcia Plaza-, los investigadores lamentaban que todavía no han recibido toda la información pertinente y echaban en cara a Ciudadanos y a la empresa que el partido contrató para las primarias, Lazarus, "su absoluta falta de colaboración real".
Meses antes, a finales de diciembre de 2019, la vicepresidenta había solicitado personarse en el caso argumentando que "quería esclarecer todo lo sucedido" y que se consideraba "una parte perjudicada". El partido también pidió presentarse en la causa. Sin embargo, tanto la fiscal como el juez rechazaron que la consejera de Igualdad y su formación política se personen como acusación particular. Ahora, la Audiencia da la razón a Ciudadanos y lo admite como acusación particular.
El caso judicial y el ruido de sables en torno a Isabel Franco son las dos 'patatas calientes' de la nueva era que afronta la formación naranja, que tiene el reto de remontar en las encuestas tras el varapalo de los comicios electorales de noviembre de 2019. Ciudadanos, una vez renovados todos sus órganos internos, quiere plantar cara. Juega con una ventaja: tiene la baza de formar parte del Ejecutivo regional y está presente en los gobiernos locales de Murcia, Cartagena y Lorca, que siempre es mejor escaparate que ocupar la bancada de la oposición. La otra gran ventaja: quedan dos años y medio para las elecciones, y eso, en política, es mucho tiempo.