MURCIA. No ha de sorprenderse el lector de estos ayeres por el titular de esta entrega prenavideña de nuestros ‘ayeres’. Si la Unesco, o lo que es lo mismo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, declaró hace unos días el bolero como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, a propuesta de Cuba y México, y los murcianos tenemos entre las canciones de referencia que aluden a nuestra tierra un Bolero a Murcia, podemos celebrar jubilosos la noticia, aunque no lleguemos al nivel de protagonismo que alcanzan, justamente, los dos países citados.
El bolero "como identidad, emoción y poesía hechas canción" era una de las 55 solicitudes de inscripción en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad que examinaba el comité encargado de estos procedimientos, y la aprobación significó la ratificación, en el plano universal, de lo que ya fue estimado a escala nacional por México, en 2018, y Cuba, en 2021.
Entre los muchos intérpretes que han contribuido a dar fama al bolero se encuentra sin duda el trío Los Panchos, por el que el escribidor de estas líneas confiesa su predilección y recuerda la ocasión en que asistió en directo a una actuación en lugar tan poco a propósito para este tipo de música como la recordaba discoteca ‘Mundo’, en la avenida de San Juan de la Cruz, eje entonces y hoy del Polígono Infante don Juan Manuel.
Y entre los muy reconocibles autores de boleros célebres, al también mexicano Agustín Lara, de cuya inspiración nacieron Solamente una vez o Noche de ronda, y también la conocidísima Granada y, por supuesto, Murcia, que no es bolero, pero donde dice cosas tan bonitas como Murcia es un rosal o Murcia es la rosa de España… sin haber estado en Murcia.
Pero la canción en cuestión, aún sin alcanzar la notoriedad y popularidad de las dedicadas a Madrid o la citada Granada, fue argumento bastante para que se honrase la memoria del autor dedicándole una calle en el barrio de Vistalegre, a espaldas del hospital Morales Meseguer. Y en el monumento que México le dedicó tras su muerte, en 1970, hay tierra de las siete ciudades españolas a las que cantó, incluida Murcia. Y tierra recogida, para más señas, en los parterres de la Glorieta.
Pero dejemos a Lara y volvamos al Bolero a Murcia, compuesto por el aragonés Francisco García de Val, más conocido como Francisco de Val. De Val contó entre sus éxitos canciones como Me pedías un beso, del año 1949, habanera interpretada por Carmencita del Moral que, casi 20 años después, Peret retocó y convirtió en una rumba que alcanzó gran popularidad, y por cuya autoría llegaron ambas partes a pleitear.
Otras composiciones que llegaron a sonar mucho fueron Qué bonita es mi niña, lanzada por vez primera en 1950 a ritmo de bolero, que alcanzó fama tiempo después en la voz de Manolo Escobar o de Isabel Pantoja; y, desde luego, Sierra de Luna, de 1958, más conocida por su primera frase: "El Ebro guarda silencio al pasar por el Pilar".
El inspirado Bolero a Murcia data del año 1957 y quienes lo convirtieron en una canción muy querida en nuestra tierra y obtuvieron con su interpretación nombradía fueron los miembros del efímero Trío Las Vegas, formado un año antes por Antonio Martínez Pellicer, Emilio Martínez Palazón y Asensio Cerezo Iniesta, cuyo prematuro fallecimiento, en 1958, dio lugar a la disolución del grupo y a que Emilio Martínez se apartara del mundo de la música.
Fue el famoso Certamen de Habaneras de Torrevieja, que celebraba en 1956 su segunda edición, el que sirvió de trampolín al trío murciano, dirigido por Miguel Peña y patrocinado hasta entonces por Radio Juventud de Murcia. Hacía sólo unos días que habían dado el salto a la profesionalidad después de la buena acogida obtenida con sus interpretaciones a lo largo y ancho de la Región y de la vecina provincia de Alicante.
Luego vino el Bolero a Murcia, el aplauso constante y los elogios a los jóvenes triunfadores, amén de su incorporación, en el verano de 1958, a las giras de la Compañía de Revista del maestro Cabera, pero el día 23 de diciembre, en vísperas de la Nochebuena, falleció Asensio Cerezo a los 27 años de edad, y todo se vino abajo.
Lo explicó Antonio Martínez, llamado también Antonio ‘Vegas’, en una entrevista concedida meses después, en la que daba cuenta tanto de sus planes para continuar ligado a la música como la determinación de su compañero Emilio Martínez de no seguir adelante. Antonio señalaba como las mejores canciones que había interpretado el citado Bolero a Murcia y las ‘Coplas Murcianas’ del maestro Massotti.
Quizás la más sonada interpretación del Bolero a Murcia fue la emitida por Televisión Española en mayo de 1965, dentro del programa Noche de Estrellas, desde el teatro de Hospitalet, y estuvo a cargo del grupo murciano Los Premiers.
Escribió por entonces el cronista presente en el evento: "Porque a Murcia se le siente mucho más cuando uno se aleja de ella, es por lo que el excelente conjunto que acaudilla el maestro Acosta eligió el bonito Bolero a Murcia, para hablar de nuestros naranjos y de nuestros limoneros, y de nuestra Patrona, que guarda a los murcianos desde su Santuario del Monte. Por eso, cuando millones de españoles oían a través de la pequeña pantalla una canción que habla de Murcia y de las cosas de Murcia, que casi huele a azahar a base de tocar nuestra tierra, nosotros, el grupo de murcianos que presenciábamos la emisión desde el patio de butacas, nos sentimos como electrizados".
Y la más emotiva tuve la suerte de contemplarla, en la murcianísima plaza del Cardenal Belluga, cuando en un concierto de los Parranboleros subió al escenario el ya octogenario Antonio Vegas a interpretar con ellos el Bolero a Murcia. Fue más que electrizante. Fue mágico.
