CARTAGENA. El fútbol en Cartagena ha trascendido el ámbito deportivo para convertirse en un componente esencial de la identidad cultural de la ciudad. Desde sus inicios a principios del siglo XX hasta la actualidad, el fútbol cartagenero ha dejado una marca indeleble en la historia local, con el grito de “Efesé” como emblema. Este grito, que refleja el característico seseo cartagenero, fue adoptado por los aficionados como símbolo de orgullo y resistencia, después de haber sido originalmente una burla. El término cumple, ahora, un siglo de vida.
La evolución del fútbol en Cartagena, la influencia inglesa y el papel del "Efesé" han sido analizados por el cartagenero Domingo López Castiñeyras en su detallado estudio, publicado en la revista Cuadernos de Fútbol.
El primer partido de fútbol registrado en Cartagena entre el Sport Club Carthago y el Sporting Club de Murcia tuvo lugar en 1911. Aquel encuentro, celebrado en el campo de El Almarjal, estuvo marcado por la influencia de jugadores ingleses, reflejo de la notable presencia británica en la ciudad en aquella época. Los trabajadores ingleses de la Casa Vickers y otras compañías relacionadas con la construcción naval y la minería trajeron consigo el fútbol, que rápidamente comenzó a echar raíces en la ciudad.
En su análisis, López Castiñeyras destaca que este primer partido no solo fue el inicio de la rivalidad futbolística entre Cartagena y Murcia, sino que también sirvió como escenario de la creciente identidad local, que incluía elementos lingüísticos como el seseo. Esta peculiaridad fonética del cartagenero, que consiste en pronunciar las letras "c" y "z" como "s", ya estaba presente en el habla cotidiana y pronto se trasladó al ámbito futbolístico.
El término “Efesé”, que se refiere al FC Cartagena, nació en 1924 cuando la revista murciana Murcia Deportiva lo utilizó de manera despectiva, imitando el seseo cartagenero al pronunciar las siglas "FC". Este seseo, que inicialmente fue motivo de burla por parte de los murcianos, fue adoptado rápidamente por la afición de Cartagena, convirtiéndose en un grito de guerra y en símbolo de identidad. Domingo López Castiñeyras detalla en su trabajo para Cuadernos de Fútbol cómo el seseo, un rasgo histórico del habla local, terminó siendo un elemento de orgullo para los aficionados cartageneros.
La consolidación del "Efesé" refleja la capacidad del pueblo cartagenero para transformar una burla en una declaración de identidad. A lo largo de los años, el "Efesé" se ha mantenido como un elemento inseparable del fútbol en Cartagena, representando no solo al equipo, sino también a la cultura local y la peculiar forma de hablar de sus habitantes. Este fenómeno, según Castiñeyras, ilustra cómo la lengua y el deporte se entrelazan para formar una identidad colectiva.
El fútbol en Cartagena ha estado históricamente marcado por la rivalidad con Murcia, una ciudad con la que comparte una relación tensa, tanto en lo político como en lo social. Esta rivalidad tiene sus raíces en la historia medieval de ambas ciudades, pero se ha manifestado con fuerza en los enfrentamientos futbolísticos. Según López Castiñeyras, uno de los episodios más significativos en esta rivalidad ocurrió en 1917, cuando el Sporting Club Carthago visitó Murcia y venció al equipo local.
Este triunfo provocó disturbios entre las aficiones, lo que subrayó la intensa competencia entre ambas ciudades. Principalmente en Cartagena, en el partido de vuelta. La información de la agresión a la expedición murciana, se publica este día en el periódico El Tiempo de Murcia, en el que se expone que “el coche donde viajaban los jugadores murcianos hacia la fonda, fue rodeado por un grupo de mozalbetes de 18 a 25 años que en número de varios cientos apedrearon el coche, dando lugar con esto a que ocho números de policía con un cabo tuviera que ir escoltando el coche, la manifestación de la barbarie no se contentó con ir hasta la entrada de Cartagena, sino que continuó hasta la fonda”.
Una distancia de algo más de dos kilómetros recorrerían los perseguidores cartageneros, detrás de los perseguidos murcianos, que es lo que separa, hoy día, la actual Fábrica de la Luz de la Calle Cañón. "Podemos entrar a valorar, o no, los hechos, más de cien años después. La realidad es, que ambos equipos romperían relaciones durante algo menos de dos años", añade Domingo en su estudio.
En el ámbito lingüístico, el seseo cartagenero ha sido uno de los aspectos que los murcianos solían utilizar para despreciar a los aficionados de Cartagena. Sin embargo, el “Efesé” se convirtió en una herramienta de empoderamiento, un símbolo que reivindica el orgullo cartagenero y su forma de hablar. Esta característica fonética se refleja también en la forma en que los cartageneros se refieren a su club, destacando el peso cultural del seseo en el fútbol local.
El Cartagena FC, fundado en 1919, fue el principal equipo de la ciudad durante gran parte del siglo XX. Sin embargo, en 1952, el club enfrentó serios problemas financieros que lo llevaron a desaparecer temporalmente. En su lugar, la UD Cartagenera asumió el papel de representante futbolístico de la ciudad, manteniendo viva la tradición del fútbol cartagenero y la identidad del “Efesé”.
A lo largo de las décadas, el "Efesé" se consolidó como el grito de guerra de la afición cartagenera. En su investigación para Cuadernos de Fútbol, López Castiñeyras analiza cómo el FC Cartagena, fundado en 1995 bajo el nombre de Cartagonova FC, recuperó este lema, que había sido adoptado años antes por el Cartagena FC original. A pesar de los cambios en las estructuras del club, el "Efesé" sigue siendo un vínculo entre las diferentes generaciones de aficionados y una parte inseparable del fútbol en la ciudad.
El actual FC Cartagena, que milita en Segunda División A, ha sabido mantener viva la llama del “Efesé” y la conexión con sus raíces lingüísticas y culturales, especialmente con el seseo, que sigue siendo una parte distintiva del habla cartagenera.
La investigación de Domingo López Castiñeyras, publicada en Cuadernos de Fútbol, pone de manifiesto cómo el "Efesé" y el seseo cartagenero han sobrevivido a lo largo de los años, adaptándose a los tiempos y manteniéndose como símbolos de la identidad local. El seseo, que algunos estudiosos atribuyen a las influencias de migrantes andaluces y a las transformaciones sociales en Cartagena durante el siglo XVI, ha sido fundamental en la construcción del orgullo cartagenero.
El grito de "Efesé", que sigue resonando en el Estadio Municipal Cartagonova, no solo apoya al equipo local, sino que también celebra el carácter único de la ciudad. A lo largo de su historia, Cartagena ha sabido convertir sus peculiaridades lingüísticas, como el seseo, en fortalezas culturales que refuerzan el sentido de pertenencia de su población. Como concluye López Castiñeyras en su exhaustivo estudio, el fútbol en Cartagena no puede entenderse sin el seseo ni sin el "Efesé", que se han convertido en símbolos inseparables del alma de la ciudad.