MURCIA. Nos encontramos en el Camposanto de Espinardo, en Murcia. Este relato se centra en el lugar donde invocar a los espíritus, marcado por la tradición oral. No lo vamos a encontrar en ningún manuscrito ni en ningún libro de historia, por lo que rastrear estos sitios de culto es bastante complicado. Son las entrevistas a personas de generaciones pasadas la base de esta documentación, la cual la ponemos en negro sobre blanco con el único objetivo de que no se pierda en el tiempo, recuperando así un legado condenado a desaparecer. Pues lo que vas a leer en estas líneas, no lo han compartido algunos de estos 'mayores' ni con sus propios hijos, bien porque no tienen o bien por falta de interés de estos últimos.
El lugar en donde en el Cementerio se realizaba el rezo a las ánimas benditas, según Manuel Pérez -carpintero de profesión, ya jubilado y con 83 años actualmente-, y coincidiendo con el testimonio de Ramona Fernández Amor -de 75 año, ama de casa-, es el lugar al que ellos llaman "de los olvidaos". Un lugar en el camposanto en el que no vemos ni lápidas, ni nombres, ni fechas; sólo un círculo de metal en donde se van depositando flores, guirnaldas, velas, objetos o cualquier ofrenda que se desee.
Ese lugar lo hemos podido documentar y se encuentra en el lado Oeste del cementerio, muy significativo puesto que es donde la oscuridad se hace fuerte, una oscuridad en la que caen estas almas benditas que nos necesitan para llegar a la luz. Antes de iniciar el rezo se debe estar confesado y desear con todo su ser que se cumpla aquello que necesitan o que van a pedir. A continuación con la mano derecha hay que tocar la estructura de metal y con la mano izquierda depositar un poco de sal en la parte superior del círculo. Dicen que de esa manera se abre contacto con el otro lado. Se lleva a cabo el rezo y ,cuando se termina, esa sal debe ser limpiada para no dejar el camino abierto y con la posibilidad de que a nuestro mundo llegue algo que no debiera estar.
En el momento en el que se cumpla ese deseo o circunstancia que se ha solicitado se debe, a la mayor brevedad posible, regresar al lugar en donde se realizó el rito, rezar un padre nuestro y un ave maría y colocar en el lugar que se desee, pero sin salirse del círculo, la ofrenda prometida.
Pero para Pedro Andújar, Isidro García, Pepe Martínez, Ascensión Ramírez, Yolanda Paredes y Josefa Soler, todos ellos de avanzada edad y residentes, al menos en el momento de esta investigación, en el Centro de día Residencia Virgen de la Fuensanta, en Murcia, el lugar donde proceder a rezar a las almas del purgatorio es muy variado, desde tu propia habitación hasta el propio cementerio.
Y es en este lugar en donde, variando un poco el ritual pues simplemente tocaban una de las lápidas y rezaban, tenían miedo a la hora de pasar por ese entorno donde decían estar las animas benditas. Ese lugar no era otro que la zona de Los Infantes, el cementerio de niños que aparece como un lugar destacado e identificable dentro del camposanto murciano de Espinardo. Sin árboles entre las tumbas, con una orientación contraria a la del cementerio, en donde vemos la mayoría de las cabeceras de las tumbas orientadas al este – buscando la luz – y pocas al oeste – las cuales presentan elementos relacionados con la protección del alma del pequeño o pequeña que descansa allí.
Santi García es responsables de 'Rutas Misteriosas' y autor del libro 'Murcia, Región Sobrenatural'