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¿De quién es la culpa?

21/07/2021 - 

MURCIA. Llevamos un año y medio de pandemia y no han aprendido nada.

"si quieres proteger a los de cuarenta, a lo mejor estaré más protegida si vacunas a mis tres hijos de 15, 18 y 20 años"

Me pareció bien el plan de vacunación preferente de las personas vulnerables, siempre que entendamos por ello a aquellas personas en el rango que edad que mayoritariamente han ocupado durante meses las camas de UCI y a las que estadísticamente tenían más probabilidad de fallecer por la enfermedad. Así como me pareció bien la vacunación del personal sanitario, pero, ojo, el de primera línea de atención, no la del consejero que se vacuna porque dice que él es médico, o la del director de hospital que no pisa una consulta ni por error.

A partir de ahí, ya no tengo nada claro. De hecho, la evidencia es que han cometido ellos, nuestros gobernantes, no nosotros, los ciudadanos, un gravísimo error de cálculo.

Y no pretendo ser más lista que nadie, pero ¿es que no se lo veían venir? A ver, ¿qué hacen las personas entre los 15 y los 25 años?, pues desde que el mundo es mundo, o al menos mundo civilizado, a esa edad lo que se hace es básicamente prepararse para la vida adulta, es decir, formarse y relacionarse; pero no relacionarse un poco, relacionarte mucho, con mucha y muy variada gente, salir del ámbito familiar, conocer otros entornos, otras formas de vivir, de pensar o de ser, distintas a aquellas con las que se han criado en sus hogares.

Esos ciudadanos, porque también lo son, oiga, aunque aún no paguen impuestos, llevan como todos los demás, un año y medio de restricciones, de miedo a contagiarse o a contagiar a sus familiares, de mascarillas, toques de queda, clases on-line, limitaciones de reunión… Pero llega el final de curso, han terminado su EBAU, su curso universitario, lo que sea, ya no hay toque de queda, no hay limitación de reunión ni mascarilla en espacios abiertos (a Dios gracias), pero no están vacunados porque algún genio pensó que no era urgente vacunarlos. Y ¿qué ha pasado?, pues lo que tenía que pasar, que han salido como toros de los toriles, lógico y normal: el agua mojael fuego quema y las personas jóvenes se relacionan y se mueven de un sitio para otro, pero no se les puede echar la culpa de hacer algo a lo que tienen derecho y además es inherente a la condición de joven; es ilógico pretender que ellos mismos pongan límites a su libertad (les recuerdo a los de cuarenta y cincuenta, lo que fuimos en los años ochenta y noventa); o ¿qué se pensaban?, ¿que iban a terminar el curso y quedarse en casa viendo Sálvame?

Me indignó hace una semana cuando el presidente de la Comunidad Autónoma dijo con todo su cuajo algo así como no voy a dejar de proteger a la gente de cuarenta años porque unos jóvenes quieran salir de fiesta; eso es una memez y un insulto (le recuerdo que muchos de esos jóvenes ya votan). Y es una memez porque si quieres proteger a los de cuarenta (yo, por ejemplo), a lo mejor estaré más protegida si vacunas a mis tres hijos de 15, 18 y 20 años (justo la edad maldita), porque ellos se van a relacionar con muchísima más variedad de gente que yo (no les culpo por ello), y luego estarán conmigo, con sus abuelos o con sus tíos, porque se puede, porque no está prohibido. 

Mientras escribo este artículo, me llega la noticia de que finalmente se ve que han pensado que, si no se protege a los jóvenes, esto no hay quien lo contenga, y van a abrir la cita para vacunar a los nacidos a partir de 2001. Algo es algo, aunque llegan un poco tarde, como casi en todo; y no estaría mal que, además, reconocieran que se equivocaron, que calcularon mal y que, al fin y al cabo, la culpa del rebrote no fue de "los jóvenes".

Raquel García-Valcárcel

Abogada en García-Valcárcel&Cáceres

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