MURCIA. Cuando se habla de comercio, de turismo, de sanidad, de educación, de agricultura, de infraestructuras, de agua, de pesca, de ganadería, no hay que justificar nada. Estamos hablando de políticas que se justifican por sí solas. Todo el mundo entiende que, sin carreteras, sin transportes, sin turismo, no hay comercio; que, sin comercio, no hay economía; que sin economía; no hay salud, que, sin salud, no hay vida. Pero si hablamos de cultura, en cambio lo hacemos con la boca pequeña siempre. Andamos justificándola, a ver si me creen cuando digo que la cultura es necesaria o no se lo van a tragar. Pues sí, con la boca bien grande digo que, si la cultura no se presupuesta, estamos atentando contra la humanidad.
"la cultura, ay, la cultura. tenemos que justificarla, convencer a la sociedad de que se necesita, porque nadie nos cree"
Cualquier cosa de la vida es cultura, hasta soñar. Escucho hablar a los médicos, y todo el mundo los entiende cuando hablan de la necesidad de tener unos hospitales con maquinaria suficiente, con camas suficientes, con personal suficiente para que, si enfermamos, como estamos viendo que está pasando en esta pandemia, no nos quedemos sin camas, sin medicamentos, sin vacunas, que todos tengamos acceso a la sanidad y a la educación, que no falten plazas en los colegios, ni tiza, ni libros, ni profesores, ni limpiadores, ni ordenadores, ni nada.
Si hablamos de agricultura, que no falte mano de obra, que no falte agua para regar, que no falte tierra donde plantar, que no falten infraestructuras, invernaderos, y un largo etcétera. Si hablamos de comercio, pues ya ves, sin el comercio no se sostiene el país.
Necesitamos farmacias, supermercados, hidroeléctricas que nos dan luz, necesitamos constructores que nos hagan casas, personal de albañilería, arquitectos, necesitamos carpinteros que nos hagan los muebles, fontaneros que conduzcan la porquería a los alcantarillados, para que las ciudades, no sean pocilgas.
Necesitamos funcionarios, política, políticos, y eso nadie lo tiene que justificar. ¿Quién pondría en cuestión la aeronáutica para investigar, para viajar, para seguir sosteniendo el turismo y las relaciones entre países? Nadie justifica que es imprescindible que haya investigadores, que haya veterinarios, panaderos, industria, para que podamos vestirnos, para fabricar coches y que podamos desplazarnos, seguir consumiendo, gastando, aportando al PIB de nuestro país.
No podríamos vivir sin la hacienda pública, que vigila nuestros impuestos, que nos controla para que no defraudemos a nuestro país o sin jueces, abogados, que nos defiendan e impartan justicia. A nadie le cabe en la cabeza discutir que desaparezca la hostelería, que ya estamos viendo lo necesaria que es parta seguir aportando riqueza a nuestro país, para hacernos la vida más hermosa, más cómoda, más fácil. ¿Y los notarios, no están más que justificados los notarios o los banqueros?
Las peluquerías, los jardineros, los transportistas, las clínicas dentales, y mil veces etcétera. Pero la cultura, ay, la cultura. Esta tenemos que justificarla, convencer a la sociedad de que se necesita, porque nadie nos cree.
Cuando se habla de cultura, percibo un poco de inseguridad, un poco de miedo para defenderla, porque la cultura no se come, no se bebe, porque la gente entraría en pánico si cierran los supermercados, pero si cierran los teatros, no pasa nada. Si cierran los cines, si cierran los circos y las librerías, si cierran los auditorios, pues bueno, que el espíritu no coma y no crezca, no importa. Mientras crezca el cuerpo...
Y eso es lo que tenemos, eso es lo que estamos consiguiendo para nuestro futuro, cuerpos sin espíritu, sin alma, robot que comerán, tendrán una casa hermosa, con agua y luz, con higiene, tendrán ropa bonita, tendrán todo lo necesario para acomodar el cuerpo, pero el alma andará a la deriva.
Dentro de muy poco, se aprobarán los Presupuestos de la Región de Murcia; lo dije en mi anterior publicación y vuelvo a decirlo, si no se presupuesta la cultura, estamos muertos.
Se lo digo con respeto, señora consejera de Educación y Cultura, se lo digo con voluntad de ayudar, señor Celdrán, consejero de Hacienda, se lo digo con la boca bien grande, estamos atentando contra la humanidad. La cultura, como las demás políticas, no necesita justificación. Si no se presupuesta, hemos muerto, somos robots. Cuando se acabe la cultura, a ver qué comemos. La desnutrición del alma acabará con nosotros.
Decía el otro día usted a mi compañera Gloria Alarcón que rezaría por nosotros cuando le dijo ella que no mintiera sobre infrafinanciación, y que fuese a confesarse, y yo le digo que el mejor rezo que puede hacer por los ciudadanos y ciudadanas de la Región de Murcia, es presupuestar con decencia todas las políticas, incluida la cultura, y no tengo que justificarle por qué, simplemente decirle que si los teatros, los cines, los auditorios o los museos cierran, pasará lo mismo que si nos quedamos sin fontaneros, que el cieno de las entrañas, no podrá drenar, se quedará dentro de nosotros y es entonces cuando la humanidad, habrá llegado donde iba.
Magdalena Sánchez Blesa
Diputada regional del PSRM-PSOE