MURCIA. "Con la salud no se juega". De esta manera manifestó ayer en una nueva reunión el ministro de Sanidad el mantenimiento del estado de alarma en Madrid. Un cierre de la capital madrileña que se estima que ha prohibido la salida de cerca de 14.000 residentes en la capital hacia la Región de Murcia, que por el puente de la Hispanidad solía venir a la Costa Cálida huyendo por unos días del caos de Madrid, según la media de viajeros de la capital que suelen visitar la Región durante esta época del año que registra el INE. Un nuevo golpe a la hostelería regional, que ve como uno de los últimos coletazos para tratar de salvar parte del año se ve truncado por el intento del ministerio que dirige Salvador Illa para tratar de controlar la segunda ola en la Comunidad de Madrid. Y es que la Comunidad de Madrid es una de las principales regiones que nutre de turistas a la Región de Murcia.
Y es que la incertidumbre de que pasará en los próximos meses hace temblar al sector hostelero. No ha sido un buen trago para ellos, aunque, por otra parte, la alarmante situación de Madrid ha provocado que muchos madrileños hayan estirado su estancia en las localidades costeras, dando lugar a imágenes insólitas en esta época del año. "Llevo toda mi vida viniendo a La Manga en verano, pero este año parte de mi familia decidió venirse para pasar una larga temporada y yo también hice la maleta y me vine para acá", explica Juani Izaguirre, madrileña y estudiante de psicología que aprovecha las ventajas de las clases telemáticas para no perder el tiempo. "La situación en Madrid se ha vuelto muy complicada. Aquí todo está muy tranquilo, la vida es mucho más llevadera, sin sobresaltos ni miedos", añade.
La Manga, desierta normalmente en esta época del año, con tan sólo 6.000 residentes censados en la zona, presenta este mes de octubre de 2020 unas imágenes inéditas, lo que repercute en los comercios de la zona, que ven una ‘prórroga’ del verano que les permita coger algo de aire. Este incremento inusual de la población trae consigo una serie de complicaciones en servicios como el sanitario, que no están preparados para acoger a este tipo de gente, tal y como pidió la asociación de vecinos, que exige mejoras en las infraestructuras de la zona.
El puente de la Hispanidad era el último del año en el que el sector turístico podía haber arañado un pico de ingresos con los que cerrar un año muy duro para el sector, con un cierre casi total durante dos meses, salvo aquellos que pudieron dar servicio a domicilio. Con todo, no es el sector hotelero de la Región uno de los más perjudicados. Consuelo en un año nefasto en todo el sector económico, especialmente para el turismo y la hostelería. Las terrazas y el clima siguen animando al sector hotelero, que de momento sobrevive como puede a un año que pasará a la historia como uno de los más nefastos para la hostelería, que vive del turismo y que tira ahora de la población local para no echar el cierre.