CARTAGENA. No son pocos los informes que hablan de una mayor ansiedad, estrés, derivado de la pandemia. De ahí esa sensación de más gente en las calles, de las ganas de salir y disfrutar el tiempo perdido. Esta sensación también la experimenta en su negocio Esther Bobadilla, fundadora de SUP Yoga Murcia, graduada en enfermería y con formación de 200 horas en Power Vinyasa Yoga y 25 horas en Stand Up Paddle Yoga ambos certificados internacionalmente por Yoga Alliance. "La práctica de yoga es un must en mi rutina pues no solo me mantiene activa sino que me ayuda en mi día a día. Desde que conocí la disciplina de SUP Yoga y experimenté la calma y las sensaciones que me producía el hecho de practicar sobre el mar (también risas y chapuzones) no lo dudé, me fui a la isla de Malta a formarme y poder crear, enseñar y en especial compartir esta forma tan bonita, divertida y única de poder practicar yoga", afirma en la página web de SUP Yoga.
Pionera en la Región, ofrece clases de yoga sobre una tabla de paddle flotando sobre el Mar Mediterráneo. "Te moverás entre posturas jugando con tu equilibrio hasta realizar movimientos más dinámicos típicos del yoga (y algún que otro chapuzón) para gozar de uno de los mejores savasanas (la relajación final en yoga) que puedas experimentar", afirma como carta de presentación.
El yoga ya formaba parte de la vida de Esther, profesora de esta práctica que conecta cuerpo y mente, cuando vio la posibilidad de integrar el mar en el yoga, añadiendo esa mayor conexión con la naturaleza. "Yo era profesora de yoga y entonces vi que también se practicaba el yoga en el mar y se me encendió la bombilla. Con las playas que tenemos me parecía una idea muy buena. Entonces me fui a Malta a formarme", cuenta Esther.
Aunque no lo parezca, la práctica del yoga en el mar aporta muchas más cosas que el que se práctica en una sala. "Por un lado, a nivel físico, es más inestable y te aporta un mayor desafío a nivel de concentración. La tabla te hace ser más consciente de tu cuerpo, la concentración es mayor. Por otro lado, el contacto con la naturaleza aporta un grado de relajación todavía mayor. A todos nos gusta ir al monte o ir a la playa, pues tener esta experiencia en el mar es muy especial", señala la fundadora de SUP Yoga. "Te permite jugar con el cuerpo y el entorno", añade.
Las clases están enfocadas a todas las edades (mayores de edad) y a distintas horas. "Hay unas clases que hacemos a las 7am, para aquellos que buscan más relajación, una conexión cuerpo y mente más fuerte. Y luego hacemos otras sobre las 10.30h u 11h, para aquellos que buscan también tener el rumor de los primeros bañistas que se acercan", afirma Esther. "En invierno no tenemos este problema, porque estamos solos (risas)", añade. Los grupos son generalmente de 8 personas.