CARTAGENA. Con la llegada del verano, los centros deportivos se aprovechan del aumento de la población en las localidades veraniegas. El traslado a las residencias de verano no evita que el turista o veraneante deje de lado el ejercicio físico. Junto a los deportes de vela, el pádel es una de las prácticas deportivas más demandadas. Disponer de una pista para el deporte de la pala resulta complicado en según qué fechas.
Y es que, además de la facilidad que supone no tener que desplazarte a la ciudad para echar un partido, el pádel es un deporte que lleva años ganando adeptos. El hecho de no necesitar una condición física muy pulida, junto a un desgaste menor respecto a otros deportes de mayor impacto como el fútbol sala o el fútbol 11, ayuda a ganar ‘fieles’. "Cada vez hay más gente que juega a esto. Al no ser tan físico como otros deportes, mucha gente que no realiza habitualmente deporte se anima a practicarlo", afirma Ángel, del Club Deportivo Mar de Cristal. "En La Manga el pádel siempre ha tenido mucha afición. La pandemia quizá si ha acercado a más gente", señala Fran Galiano, del Club de Pádel Dos Mares, en el kilómetro 3 de La Manga.
La pandemia ha ayudado, en parte, a que este deporte haya cogido más vuelo aún. La posibilidad de ver ya partidos de la élite del pádel con asiduidad ha sido un plus. Al ser un deporte sin contacto directo, las restricciones para jugar eran más laxas respecto a deportes como el baloncesto o el fútbol sala. "No diría que ha sido fundamental, ya empezaba a tener mucho tirón desde antes, pero si era menos problemático jugar con las restricciones respecto a otros deportes", señala Ángel.
Con la llegada del verano, la práctica de este deporte en la Costa Cálida se dispara. "Tenemos la esperanza de que vaya muy bien. Durante el año ya ha ido bien, pero en verano se nota muchísimo el aumento de la población", cuentan desde el Club Deportivo de Mar de Cristal, que también dispone de restaurante. "Tener además el restaurante nos ayuda, porque los dos negocios se retroalimentan. Es raro el que termina de jugar y no se queda a tomar algo en el restaurante", añade. "En verano somos 4 monitores y tenemos mucho movimiento. Tanto de adultos como de niños. Las horas, por el calor, son más limitadas, pero demanda tenemos", afirma Galiano, del Club Dos Mares.
Muchas familias, como práctica para sus hijos una vez que acaba el periodo escolar, optan por este deporte. "Hay gente que llama con tiempo para tener una plaza en los cursos que ofertamos, pero el tirón fuerte se da la última semana de junio", afirma Galiano. El pádel no descansa en verano.