GENTE DE ORDEN / OPINIÓN

Con virus y sin dinero

2/09/2020 - 

El drama del Gobierno popular de la Región de Murcia es que gestiona una institución técnicamente quebrada. No es una opinión, es un dato. De hecho, cualquier empresa privada con un estado contable como el de la Comunidad Autónoma de Murcia hace ya una década que habría sido declarada en liquidación. Sin embargo, una de las características de las administraciones públicas, fijada expresamente en el régimen jurídico del Estado, es que no pueden quebrar. Jamás. En última instancia, aquí estamos los ciudadanos para que nos extraigan todavía más dinero del bolsillo. Del nuestro -vía impuestos- o de las generaciones futuras, aumentando la deuda pública que ellas tendrán que devolver junto con los intereses correspondientes.

Los dirigentes políticos necesitan cada vez más dinero para gastar, fomentar su popularidad y volver a ganar las elecciones. Cuando no hay dinero en las arcas se pide prestado con cargo a los contribuyentes, que para eso están. En el caso de Murcia hemos llegado al esperpento de que los Presupuestos Generales de la Comunidad Autónoma nacen ya muertos, puesto que todos los diputados autonómicos saben que son una mentira, colocada sobre una falsedad y envuelta en un denso follaje de datos inventados. ¿O es que ninguno de ellos ha llegado a sospechar tras doce años de déficits consecutivos que quizás los ingresos están inflados y los gastos intencionadamente disminuidos?

Es lo que tiene ser una región infrafinanciada, que los dirigentes tienen que tirar de imaginación, pero con el coronavirus entramos en una nueva fase en que la falta de dinero en un sector estratégico como el sanitario puede tener consecuencias devastadoras.

López Miras sabe que no puede contar con la solidaridad del Gobierno de España, porque Sánchez y sus socios chavistas están dispuestos a gestionar la pandemia con criterios ideológicos, con más motivo cuanto peor sea la situación. El comunismo es así, señora, vaya a llorar a otra parte y, si no, haber votado bien.

Por tanto, la Comunidad de Murcia se encuentra frente a un futuro incierto sin margen de maniobra presupuestario para hacer frente a cualquier eventualidad grave que se pueda presentar. Es la peor de las situaciones posibles para un dirigente político: atravesar un momento de gran popularidad sin dinero para afianzar su imagen y consolidar electoralmente su proyecto.

Preparémonos para un otoño de enorme bronca política y de espectáculos bochornosos, que vamos a sufrir, de manera muy especial, los ciudadanos de las provincias rebeldes como Murcia. Solo un acuerdo entre el PP y el PSOE para sacar adelante los presupuestos de la Nación podría allanar un horizonte lleno de incertidumbre como el que tenemos por delante. Pero para eso, el marqués chavista tendría que salir del Gobierno. Está que se va.


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