Fotos: Cartonlab
MURCIA. El Teatro Real de Madrid, una ópera de Wagner y toda la escenografía -y parte del vestuario- realizada con cartón. De esto último se ha encargado el estudio de diseño murciano Cartonlab, que ha vuelto a demostrar que con creatividad, diseño y un buen equipo son capaces de crear casi de todo con este material versátil, ligero, reutilizable y fácil de reciclar. Así lo han hecho con estands en ferias, tiendas efímera o decorados para programas de televisión, entre otros muchos proyectos y en distintos puntos del planeta. En esta ocasión, han realizado sus diseños para Los maestros cantores de Núremberg, ópera que se representó el 18 de mayo en el Teatro Real, convirtiendo Nuremberg -donde se desarrolla la trama- en una ciudad de cartón.
Desde la empresa murciana, señalan al respecto que "el proceso de producción de los diseños realizados por el equipo creativo ha sido un gran disfrute para nosotros. Primero, el producir ideas tan imaginativas y bien maquetadas. Y después, el comprobar la magia que se consigue con el tratamiento artesanal y la iluminación sobre las piezas producidas".
No es la primera vez que Cartonlab crea una escenografía de cartón, ya que se ha convertido en un recurso habitual en todo tipo de decorados, según apuntan estos creativos. "Tanto, que ha llegado hasta el Teatro Real de Madrid en forma de casas de cartón para esta escenografía", señalan desde la firma dirigida Carlos Abadía Suanzes-Carpegna, Ignacio Bautista Ruiz y Pablo García Mora.
Explican que Los maestros cantores de Nuremberg es una ópera de Wagner cuya representación en el Teatro Real requería de un gran despliegue de medios en todos los sentidos. Eso implicaba un decorado creado a medida por las escenógrafas Caroline Ginet y Ariane Chapelet, que incluía una recreación de la ciudad de Nuremberg en cartón. "Había que crear un centenar de casas diferentes entre sí, que plasmaron en unas maquetas que eran auténticas obras de arte en miniatura", recuerdan.
Así, y gracias al cartón, "la ciudad de Nuremberg se comportaba en escena como un actor más. Era un elemento vivo que respondía con las interacciones de los artistas", destacan desde la empresa de diseño.
Añaden que "cada una de las casas tenía un diseño particular y estaba pensada para una ubicación precisa durante un acto concreto. Uno de los procesos más complejos fue el de nombrar cada una de las piezas y aplicarles un código. Ese trabajo previo facilitó mucho el montaje, apoyado con listados y documentos desplegables de instrucciones".
El montaje no fue sencillo, ya que "hicimos varios envíos, sobre todo al taller Tecno Scena en Roma, donde le aplicaron el acabado final a las casas. El proceso supuso enviarlas en plano, montarlas allí, aplicar el acabado y volverlas a desmontar para enviarlas a Madrid".
En esta obra de Wagner el cartón también sirvió para elaborar parte del vestuario. Desde cartonlab explican que "el equipo de vestuario creó unos trajes con piezas articuladas para el último acto. Nos enviaron unos patrones inspirados en las vestimentas de la época y produjimos las piezas en distintos tamaños para que pudieran darle su forma final". El resultado, aseguran, como toda la produción, "acabó luciendo espectacular".
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