CARTAGENA. El inicio de la Fase 1 de la llamada ‘desescalada’ en la Región de Murcia dejó imágenes preocupantes en Cartagena, con bares llenos y un fluido ir y venir de ciudadanos por las principales arterias de la ciudad. Ante estas imágenes, la alcaldesa de Cartagena, Ana Belén Castejón, ha lanzado un llamamiento a la responsabilidad a cartageneros y hosteleros para evitar aglomeraciones. Las imágenes dejan claro la extrema presión a la que se ha sometido a la población durante estos dos meses. Las medidas han logrado que el escenario sea un poco más esperanzador. Sin embargo, aún queda mucho por lograr. "Nos arriesgamos a perder todo lo que habíamos avanzado”, ha declarado públicamente la alcaldesa.
Avenidas como las Puertas de Murcia o la calle del Carmen se vieron abarrotadas de gente como un día normal previo al estado de alarma. “Que Cartagena pasara a la fase 1 no quiere decir que la crisis sanitaria haya acabado. No estamos libres de contagio. No podemos permitirnos dar pasos atrás”, advierte Castejón. “La fase 1 no es un cheque en blanco”, añadía la alcaldesa de Cartagena. Se tramitaron 21 denuncias por aglomeraciones de gente y personas en estado de embriaguez.
La entrada en la fase 1 por parte de Cartagena ha transmitido la falsa sensación de poder hacer vida normal, algo que ha alarmado a las autoridades. Tanto del ayuntamiento cartagenero como desde la Comunidad advierten a hosteleros y ciudadanos que si no se respeta la distancia social y se evitan las aglomeraciones se volverán a endurecer las medidas y se darán pasos atrás en el proceso de lograr una cierta normalidad dentro de la situación tan excepcional que seguimos viviendo. “Debemos evitar que acontecimientos como los de ayer se produzcan”, señaló Castejón.
Además, al barrio de Ciudad Jardín tuvieron que acudir unidades de la Policía Nacional ante un bar que incumplió las citadas recomendaciones sociales. La entrada en la fase 1 pone a prueba la responsabilidad de la sociedad cartagenera ante un virus “que sigue estando ahí fuera”, finalizó su discurso la alcadesa de Cartagena.
La felicidad por la reapertura de terrazas y la vuelta de cierta vida a las calles se ha tornado en preocupación ante un sector, el de la hostelería, que se juega mucho en estos primeros días de vuelta a la actividad. El confinamiento total de la población sería un mazazo demoledor en un año en el que la supervivencia de este tipo de negocio se encuentra en entredicho.