Pinceladas de la Algameca Chica: así ha retratado el pintor Alberto Márquez la 'Shanghai de Cartagena'

CARTAGENA. Hay un lugar en Cartagena con “aroma a mar, a colchoneta y a frigodedo”, donde la realidad parece hacer malabarismos y se transforma en “casi una utopía que vivir”. Hablamos de la Algameca Chica, también conocida como la 'Shanghai de Cartagena', un asentamiento único en Europa del que se han hecho eco medios nacionales y extranjeros; un poblado entre el mar y la montaña, en un entorno lleno de paz y naturaleza, donde se ha creado una comunidad -cohesionada y sostenible- que enamora a quien la visita por su singularidad y por sus sorprendentes rincones llenos de belleza y sabor marinero. Esto fue lo que le ocurrió al pintor Alberto Márquez, natural de Pilar de la Horadada, quien este viernes 17 de enero (a las 19.00 horas) inaugura ‘Algameca Chica, una utopía, una realidad’ en la galería cartagena Bisel Art, donde se podrá contemplar hasta el 28 de febrero.

“Me resulta difícil hablar de este trabajo en términos de proyecto. Una palabra fría e incapaz de contener todas las sensaciones y sentimientos que ha despertado en mí este trabajo. Algo parecido me pasa con ‘poblado’ o ‘asentamiento', son palabras en las que me resulta imposible acomodar un universo como la Algameca Chica”, señala el pintor, que ha captado el espíritu de este poblado ‘sin papeles’ a través del realismo expresionista que caracteriza su estilo.

Añade el artista, que “al otro lado de ese monte no solo encontré un lugar pintoresco, con geometrías imposibles, ritmo en sus elementos o cromatismos, encontré un lugar donde lo pragmático es arte y la naturalidad se transforma en cimiento”.

Asimismo, Alberto Márquez cuenta que en este rincón tan especial de la costa cartagenera “encontré también un billete de esos que sirven para viajar a otro tiempo, un trayecto de alta velocidad hacia nuestra infancia”.

“Así es la Algameca, su tiempo, su gente y su mar, amable y singular. Y todo esto encontré al otro lado de ese monte, todo esto fue lo que me traje. Yo a cambio, solo tendré que ceder un pedacito de mi corazón”, asegura Alberto Márquez.

Cabe recordar que, además, la Algameca Chica es un espacio en el que el arte y la creatividad se ha convertido en uno de sus mejores aliados, tanto para embellecer el poblado como para fortalecer los lazos de una comunidad pequeña que vive todo el año allí, crece los fines de semanas y puede acercarse a las quinientas personas en verano.

La asociación Redin lleva a cabo un proyecto en esta comunidad para su desarrollo e integración, promoviendo su diversidad social y cultural. Una de las bases del mismo es un documental dando voz a los vecinos para que ofrezcan sus testimonios y cuenten sus 'historias algamequeras'. Asimismo, se profundiza en la historia del poblado -para lo que cuentan con la colaboración del historiador José Ibarra, quien realiza visitas-, así como en el valor de la sostenibilidad y el respeto a la naturaleza, además de organizar diferentes actividades, como talleres abiertos para cualquier asistente en colaboración con la activa Asociación de Vecinos.