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la revista Náyades se presenta el 30 de septiembre en los alcázares

Barbarroja, halcones reales, La Manga en The New York Times y otras historias del Mar Menor

25/09/2022 - 

MURCIA. Hubo un tiempo en el que el legendario corsario Barbarroja mandaba a sus piratas a saquear la costa de la Región; en el que los halcones reales eran criados por estos lares; o, más recientemente, en el que La Manga era noticia en The New York Times por sus muchos atractivos turísticos. Estos y otros muchos hechos se recogen en el último número de Náyades -la revista de costumbres, tradiciones e historias de la Región de Murcia-, que lleva por título El Mar Menor a lo largo de la historia y que se presentará el próximo viernes, 30 de septiembre (20 horas), en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Los Alcázares, con presencia del alcalde de la localidad, Mario Cervera, el director de la revista, Ricardo Montes, y el presidente de LAEC, Antonio Zapata, además de algunos de los prestigiosos estudiosos que han colaborado en este monográfico. 

Así, en el artículo que firma el propio Montes se recuerda que durante muchos años, sobre todo desde finales del siglo XV, "nombrar la Berbería, 'el otro lado', era nombrar peligro, escaramuza, piratería". Y es que la costa de la Región fue blanco de la codicia de los berberiscos, siendo cada isla y cada cala un escondrijo perfecto para atacar, puesto que no existía una armada defendiendo la zona, ni defensas, ni artillería. "La línea costera era una autentica tierra de nadie", señala el autor. Por lo menos hasta finales del siglo XVI, cuando con el rey Felipe II se planteó construir 36 torres para hacer señales de fuego y humo cuando se detectara la presencia de piratas en la costa (financiadas con los impuestos sobre el pescado y el ganado). Estaban a cargo de cada una seis soldados y un cabo. 

Ricardo Montes repasa algunos de los episodios más relevantes que ocurrieron cuando "las fustas, galeras y galeotas, con base en Argel, recorrían casi impunemente las costas murcianas". Así, por ejemplo, cuenta que "en 1505 dos fustas de moros realizaron una incursión en el Rincón de san Ginés y siete años después tropas de Cartagena detenían a otras fustas capitaneadas por Muxarra, liberando a numerosos esclavos. En 1516 el vecino de Alumbres Luis Fernández apresaba a dos fustas de moros". 

El más temido de los piratas

Imagen de un audiovisual de Fundacion Integra

También destaca que desde 1516 comandaba las incursiones en las costas de la Región el famoso Khair-Eddin, alias Barbarroja (Circa, 1478-1546), que "llegó a recorrer nuestro litoral en 1524 con 100 barcos berberiscos. Cuatro años después desembarcaba, junto a su lugarteniente, el judío Sinán, y llegaba a Campo Nubla, repitiendo sus incursiones a fines de 1530, con 30 naves, y retornando en otras tres ocasiones. La defensa correspondía entonces a los lanceros de Luis de Peralta, a los que se unieron los escopeteros y ballesteros de Murcia. Para el año de 1533 arribaban a nuestra costa 24 fustas berberiscas, capturando a muchos hombres del Campo de Cartagena. Poco después, en 1538 y 1540, saqueaban Mazarrón".

La muerte del legendario pirata no mejoró mucho la situación, añade el arqueólogo, historiador e investigador murciano, ya que los ataques de turcos y moros continuaron a lo largo del siglo XVI, "llegando a tener espías en Mazarrón y Cartagena". En 1554, debido a la intensidad de los ataques de los piratas berberiscos en toda la costa, el rey Carlos I ordenó al Concejo de Cartagena la construcción de la torre vigía con el nombre de San Antonio.

También se refiere Montes a una de las incursiones más peligrosas, que tuvo lugar en 1558, cuando desembarcaron ochocientos turcos en Cabo de Palos, llegados en ocho galeotas, y saquearon toda la zona hasta Alumbres, haciendo cautiva a su población. Asimismo, en 1561 llegaron 26 barcos con 1.800 turcos, desembarcando en La Algameca (incluso capturaron al Alcalde Mayor de Cartagena, el licenciado Monreal, por el que pidieron un rescate de 1.000 ducados). El historiador señala, además, que en 1584 se produjo un encuentro armado en La Manga del Mar Menor (zona de El Galán); y que en 1585 el corsario Gàvia tuvo un accidente con su barco, instalándose con veinticuatro de sus marineros en las cuevas mineras de Cabo de Palos. Terminando este siglo, el corsario Morato Arráez, imitando a Barbarroja, tomó la almadraba de Cabo de Palos y, con sus ocho navíos, asaltó las torres de la Encañizada y el Estacio. 

Durante estos años también atacó la costa murciana el corsario holandés, con base en Túnez, Simón Dancer; teniéndose, además, constancia de más desembarcos en Isla Grosa, El Estacio y La Encañizada.

Tierra de halcones

Los ataques piratas es solo una de las muchas temáticas que aborda este número de Náyades, donde también se recoge, por ejemplo, que desde el siglo XIII hay constancia de la cría de halcones, para la caza, criados a orillas del Mar Menor. De hecho, el Infante Juan Manuel -quien presumía de tener más de doscientos de estos pájaros amaestrados- es "el primero que se refiere a estas aves en la Albufera murciana (al-Buhayra Al-Qasr, el Mar Chico), que le perteneció hasta 1283". 

"Veinte años después el halconero de Jaime II se surtía aquí de sus halcones-pollos. El acceso a las islas del Mar Menor parece realizarse desde Los Alcázares, donde existía un embarcadero desde el siglo XII para la pequeña flota pesquera. Previamente, tanto Alfonso X el Sabio como el mencionado Infante Don Juan Manuel dedicaron especial interés a la cría y enseñanza de los halcones de caza", cuenta la revista Náyades.

Noticia en The New york Times en 1967

El recorrido histórico que realiza Náyades en este número va desde los yacimientos arqueológicos hasta el 'boom' urbanístico que se produjo en la zona del Mar Menor y en especial en La Manga. Así, se destaca que "la costa cartagenera ya no era desconocida allende nuestras fronteras". Tanto es así que el 30 de julio de 1967 el periódico The New York Times publicaba "un artículo sobre nuestra costa, reflejando la calidad de sus playas y los atractivos del paisaje". 

Además, y como curiosidad, en agosto de 1969 Alfredo Amestoy en su programa A toda costa calificaba el faro de Cabo de Palos como "la torre más esbelta y orgullosa de todo el Mediterráneo", destacando además el encanto de los paisajes del pueblo costero.

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