MURCIA. Lejos quedan ya los años donde la especulación y la avaricia invadían la inversión inmobiliaria. Tras explotar la burbuja, el frenesí constructor se estancó y dio paso a una nueva era donde se produce el efecto contrario, es decir, se construye por debajo de la necesidad de los hogares de la Región, tal y como quedó patente en una nueva edición de los 'Diálogos Murcia Plaza' organizada por este medio en colaboración con TM Grupo Inmobiliario.
En este coloquio, que tuvo lugar bajo el título Urbanismo productivo: oportunidad única para la transformación sostenible de las ciudades mediterráneas, se puso encima de la mesa la "emergencia habitacional" que vive la Comunidad como consecuencia de la escasez de proyectos transformadores y de vivienda.
"Hemos pasado de un urbanismo salvaje a un urbanismo zombi; de una situación desproporcionada a otra casi apocalíptica porque hay una escasez de suelo abrumadora", explicó Cristóbal Ruiz, director de Urbanismo de TM Grupo Inmobiliario: "Sin plan urbanístico no hay desarrollo. Sin desarrollo no hay suelo. Y sin suelo no hay vivienda", expuso.
En cifras, la primera década del siglo XXI trajo consigo el inicio de 529 planes parciales por parte de los 45 municipios de la Región, de los que se aprobaron 395. No obstante, desde el 2010 hasta el 2022 tan solo se contabilizan 84 tramitaciones, de las que solo 18 llegaron a ver la luz. Por otro lado, los únicos ayuntamientos que han aprobado un plan general de urbanismo son Cehegín y Águilas tras 13 y 17 años de trabajo, respectivamente.
"La ley del suelo actual es del 2015, y ni un solo municipio tiene su plan general adaptado a ella. Normalmente estos planes se conciben para 10 o 15 años, pero la edad media en la Región es de 25 años, es decir, del siglo pasado, cuando el microondas era una novedad, no había internet y no se hablaba de medio ambiente", subraya Rafael Pardo, arquitecto y autor del estudio Planificación Urbanística y del Territorio de la Región de Murcia: situación actual, retos y oportunidades, publicado recientemente por el Consejo Económico y Social (CES).
En cualquier caso, Francisco Javier Rollán, arquitecto municipal del Ayuntamiento de Águilas, recuerda que el plan general "parece el final pero solo es el principio", pues una vez aprobado conviene empezar a trabajar en la iniciativa privada y pública para vertebrar el territorio y poner en marcha las infraestructuras necesarias: "Es importante marcar las estrategias para el desarrollo socioeconómico del municipio".
No obstante, existen diferencias importantes entre municipios; pues, al contar con más de 50.000 habitantes, Molina de Segura ha asumido las competencias en materia de evaluaciones medioambientales, con lo que han logrado agilizar considerablemente la aprobación de licencias: "Si algún organismo no contesta en plazo resolvemos el tramite ambiental y luego se incorpora el documento que quedaba", remarcó Enrique Lorente, jefe de Urbanismo del Ayuntamiento.
En consecuencia, "estamos generando más hogares que viviendas", tal y como subrayó José Ramón Blázquez, presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios, que recordó que junto con la sanidad y la educación la vivienda es una de las tres políticas sociales por excelencia, aunque esta "tensión" en el mercado está provocando el alza de los precios tanto del alquiler como de la compra: "El desarrollo urbanístico sostenible no solo es medioambiental sino también social y económico", concluyó.
El debate estuvo protagonizado por Cristóbal Ruiz, director de Urbanismo de TM Grupo Inmobiliario; José Ramón Blázquez, presidente de la Asociación de Promotores Inmobiliarios (APIRM); Enrique Lorente, jefe de Urbanismo del Ayuntamiento de Molina de Segura; Francisco Javier Rollán, arquitecto municipal del Ayuntamiento de Águilas; y Rafael Pardo, arquitecto y autor del estudio Planificación Urbanística y del Territorio de la Región de Murcia: situación actual, retos y oportunidades, publicado recientemente por el Consejo Económico y Social (CES). Por su parte, Francisco Valero, director de Murcia Plaza, fue el encargado de moderar el diálogo.
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