CARTAGENA. No pudo ser. Los cartageneros Arde Bogotá no se llevaron ninguno de los dos premios a los que estaban nominados en los Grammy Latinos que se celebraron este jueves en Sevilla: el de mejor álbum rock por Cowboys de la A3 -se lo arrebataron unos veteranos como Molotov- y el de mejor canción del mismo género por Los Perros -que fue a parar a Juan Galeano-. No recogieron ningún galardón, pero el estar allí fue todo un premio para Antonio García, Dani Sánchez, Pepe Esteban y José Ángel Mercader, los nombres propios de este fenómenos musical que todavía tiene mucho que decir, porque como advierten en el tema que tenían nominado: "Aunque me quiera parar, no. Nunca me voy a parar, no". Además, como repitieron una y otra vez en la gala celebrada en Sevilla "estar nominado ya es un premio". Y hay que recordar que "Cartagena nunca se rinde", que es el grito de guerra antes de salir al escenario de este cuarteto que tan solo llevan tres años de carrera.
Con una carrera meteórica, lo de Arde Bogotá ha sido una auténtica locura, cosechando triunfos y llegando a donde pocas bandas se atreven a soñar -recientemente, también han recibido un Premio Ondas como fenómeno musical del año-. Un camino durante el cual han contado con el apoyo y acompañamiento prestado por el sello murciano Son Buenos y, en especial, por Claudia Orellana, quien ha sido la mejor embajadora de la banda (aseguraba que había que escucharla cuando estaban empezando, afirmando sin errar que eran algo fuera de lo normal).
Y es que su segundo álbum, Cowboys de la A3, publicado el pasado 12 de mayo, ha consagrado a los de Cartagena como la banda española de rock del momento. "Este es un disco sobre lo que nos ha pasado componiendo un disco...", han dicho sus componentes, ya que las canciones se gestaron mientras la banda realizaba la gira de La Noche. Es por lo tanto un álbum que representa un viaje por carretera, el que conecta al grupo desde su Cartagena natal hasta el resto de la península. Porque los cartageneros nunca han olvidado sus raíces y su tema 'Exoplaneta' se ha convertido en un auténtico himno de la ciudad portuaria para los más jóvenes (y los que no lo son tanto).
"Ha sido todo tan rápido, tan bonito y tan absurdo en cuanto a términos de una carrera artística...", reconocía recientemente el cuarteto. "Cuando hicimos el primer disco quizá teníamos algunos tabús, pero ahora tenemos más claro que somos una banda de rock", afirmaban los de cartagena que agotaron en apenas cuatro horas todo el aforo de tres shows en la sala La Riviera de Madrid, unas 6.000 entradas, una auténtica proeza para una formación que publicó su primer LP en plena pospandemia hace solo dos años (La noche, 2021).
Potencia, actitud y elegancia definen el estilo de estos cuatro músicos, que suman a la ecuación mucho trabajo y mantener los pies en la tierra. De hecho, Antonio García aseguraba en una entrevista con Murcia Plaza que "la velocidad a la que han pasado las cosas y a la que ha crecido la banda para nosotros se ha traducido en mucho trabajo, en ser capaces de rendir al nivel que el grupo está exigiendo; implica muchísima dedicación. Eso también ayuda a no creerse cosas que no son, a no ver fantasmas donde no los hay y a tener los pies en el suelo. A ser conscientes de que estamos aquí porque se han dado las cosas así, pero que es algo que lleva implícito mucho trabajo, sacrificio y responsabilidad. No hay una sensación en la banda de pensar que nos ha tocado la lotería, sino de asumir que cada vez hay más que hacer; y eso se traduce en mejores resultados".
"Los grupos que a nosotros nos gustaban no habían hecho nunca un tema como 'Los perros', con una guitarra que sonara así. Con el anterior disco era frecuente que nos dijéramos: a lo mejor ahí nos pasamos de cañeros. Con este esa conversación ya no existía, porque al tocar ante el público nos dimos cuenta de cómo respondía a esos recursos". Precisamente el título, Cowboys en la A3, que alude por un lado a la autopista que une el Levante español con Madrid, homenajea también a la serie de animación japonesa 'Cowboy Bebop' y a esa figura del "llanero atormentado que pisa terreno desconocido y que hace su camino a pesar de todo".
"Ese es un tema que está presente por debajo en muchas de las canciones, el de ser capaz de seguir adelante a pesar de lo que se te va quedando atrás", suscribe el grupo ante un trabajo en el que también está muy presente el amor (sobre todo en su vertiente más ardiente) y el hastío por las expectativas de futuro de los más jóvenes. "Lo que queremos en definitiva es contar cosas que nos importen y hacerlo de una forma que se pueda entender, que la letra sea un instrumento musical más y que todo responda a la energía que nosotros mismos sentimos", concluyen.
Después de todo esto, han anunciado que volverán a encerrarse para componer. Pero será después de digerir que han estado sentados junto a Juanes o Rosalía en unos Latin Grammy que les acercará al mercado hispanohablante (ya han tocado en Colombia en dos ocasiones). Y después de asimilar que ya han estado en el olimpo de los más grandes de la escena musical latina.