MURCIA. Alimer estrenará al fin su nueva fábrica de producción de piensos en Lorca. La mayor cooperativa agraria de la Región completó hace ya más de un año la construcción de este nuevo edificio, pero diversos problemas han impedido que pudieran dar comienzo a la actividad, lo que sucederá finalmente después del verano.
De hecho, esta compañía ya ha iniciado las pruebas correspondientes para ajustar las máquinas y comprobar que todo funciona como debería antes de iniciar la fabricación del producto final a nivel industrial. En consecuencia, los primeros piensos realizados en este nuevo centro saldrán este mismo mes de julio, aunque en una escala mucho menor.
Una vez que entre en funcionamiento, se espera que puedan aumentar la producción hasta las 40 toneladas por hora, unas 200.000 toneladas al año, más del doble de lo que que es capaz la actual fábrica. En total, la compañía ha destinado unos 12 millones de euros para levantar este edificio de 12 plantas de altura erguido sobre una parcela de 11.300 metros cuadrados.
En consecuencia, la intención de Alimer es realizar en estas nuevas instalaciones en menos de dos turnos lo que en la actual fábrica se requiere el funcionamiento en tres turnos. No en vano, esta construcción viene motivada por la incapacidad de la antigua planta de adaptarse a las necesidades de la compañía, pues no contaba con la capacidad de albergar el incremento buscado en la producción.
Al fin y al cabo, la firma lorquina se encontraba en un cuello de botella que le impedía crecer en el mercado, por lo que el objetivo es continuar ganando presencia gracias a la modernización de la producción. Por tanto, su objetivo es comenzar a contratar personal según avance la demanda, pues con ella llegará el incremento en la producción.
"La forma de producir es mucho más eficiente y resulta un gran cambio desde el punto de vista energético y de sostenibilidad. Nada que ver con la antigua fábrica", explica en conversaciones con Murcia Plaza el gerente de esta nueva planta, Antonio José López Mulero.
La compañía, que mayoritariamente ejerce dos actividades principales (agricultura y ganadería) genera en sus almacenes de manipulado de productos agrícolas una cantidad importante de subproductos vegetales que serían perfectamente aptos para la alimentación animal, como son hojas de brócoli, alcachofa o sandía, entre otros. Utilizando una técnica adecuada, este material, debidamente tratado mediante la técnica del ensilado, es apto para el consumo animal como complemento al forraje tradicional incluso después de un año desde su tratamiento. Por tanto, Alimer ha adquirido ya una ensiladora que será ubicada en sus antiguas instalaciones de fabricación de piensos una vez que se realice el traslado de la actividad.
Con esta técnica se persigue avanzar aún más en el concepto de economía circular, promoviendo la optimización de recursos, la reducción en el consumo de materias primas y el aprovechamiento de materia vegetal que hasta ahora se desaprovechaba e incluso podía llegar a generar un problema medioambiental la eliminación incorrecta de este tipo de subproductos.
Una vez termine la actividad de fabricación de piensos en las actuales instalaciones, y previas las modificaciones y arreglos oportunos, existe también un proyecto de fabricación de piensos compuestos destinados a ganadería ecológica, pero éste de momento es un proyecto cuya puesta en marcha definitiva dependerá mucho de las necesidades de los potenciales clientes, así como de la cantidad de inversión necesaria.