SAN JAVIER. Aidemar dispone desde hace unos meses de la primera Residencia escolar para menores con problemas de conducta y trastorno del espectro autista. Con su puesta en funcionamiento, se trata del primer centro residencial de la Región de Murcia destinado exclusivamente a menores con discapacidad y trastorno grave del espectro autista. "La creación de este servicio surge de la necesidad de dar una atención muy especial a los últimos ingresos que se han producido desde el Instituto Murciano de Acción Social (IMAS) después del COVID. Han entrado en plaza concertada menores de edad que nos han obligado a replantearnos el servicio que se daba en los Centros residenciales, ya que la atención que necesitan estos niños es muy diferente de la que precisa un adulto", apuntan desde la asociación. "Al tener problemas de conducta, se necesitan en algunos casos más ratio de profesionales por usuario. No es suficiente un solo profesional por persona. Por eso se disponen de espacios más amplios, aunque es una residencia pequeña, para 9 personas", afirma Laura Albaladejo, responsable de responsable de comunicación de la asociación.
El centro, propiedad de Aidemar, ha sido rehabilitado y acondicionado a través de una subvención de la Comunidad Autónoma que ha destinado 375.496 euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Next Generation. El edificio ocupa una parcela de 5000 metros cuadrados y una construcción de 500 metros en la que se han habilitado dos viviendas independientes para 5 y 4 personas, con otras dependencias funcionales. Asimismo, cuenta con una amplia zona exterior con zonas ajardinadas para ocio y deporte, una piscina, huerto, pérgola y vestuarios.
Aunque la situación ha cambiado en los últimos tiempos para esas personas con 'capacidades especiales', siguen existiendo barreras a superar. En esta tarea resulta clave la aportación de asociaciones como Aidemar, que desde 1982 lleva aportando su granito de arena para hacer más fácil la vida de aquellos que necesitan una ayuda para ser autosuficientes, quizá la mayor felicidad que puede tener una persona. "En los últimos años se ha mejorado mucho. Los recursos y los servicios que se ofrecen se van adaptando a las necesidades, como esta nueva residencia escolar de San Javier", afirma Albaladejo.
La oferta que dispone Aidemar para los asociados cubre todas las necesidades. Centro de desarrollo infantil y atención temprana, colegios concertados, centros de día, centros de recursos de empleo… Todo lo necesario para acompañar al asociado en el desarrollo pleno de su vida, desde la infancia a la edad adulta. "Nace de la necesidad de un grupo de padres con personas con discapacidad. Al principio iban casa por casa. Se empezó por niños, pero poco a poco la mayor esperanza de vida ha ido obligando a tener también centros para cubrir las necesidades de aquellas personas mayores que necesitan ayuda y, por ley de vida, se quedan sin familiares", señala Albaladejo.
Aidemar permite obtener a sus asociados las herramientas para superar todas las dificultades que se le presentan en su día a día. "Se ofrece lo que necesita en cada momento de su etapa vital. Si puede trabajar, se le presta ayuda para trabajar de forma completa. Como cada vez tenemos más personas en edad anciana, también tenemos viviendas tuteladas", señala Albaladejo.
