Un paseo por la arquitectura de veraneo de La Manga (I): los edificios más singulares de Antonio Bonet
Un paseo por la arquitectura de veraneo de La Manga (I): los edificios más singulares de Antonio Bonet
MURCIA. Érase una vez un reino bañado por dos mares al que llamaron La Manga, donde un caballero llegado de tierras lejanas construyó el castillo de sus sueños para vivir junto a su dama... Así podría comenzar la presentación de esta singular vivienda, situada en primera línea del Mediterráneo a la altura del Pedruchillo, en el término municipal de San Javier, a la que todos conocen como 'El Castillo de La Manga'. Actualmente, este inmueble funciona como alojamiento turístico, con cinco apartamentos con terrazas exclusivas que suman en total dos mil metros cuadrados.
Detrás de sus torres y almenas, de sus jardines llenos de fantasía, de sus techos artesonados o de una decoración en la que no falta armaduras y mapas, esta original construcción tiene una historia detrás que recientemente sus propietarias contaron en el Instagram 'Viviendo La Manga'. Ellas son Sophia y Mara, las nietas de Hagen Udo Rodenhorst, un alemán fascinado por la historia y la literatura española desde que muy joven leyó El Quijote.
Relatan que su 'opa' (abuelo en alemán) nació en la Alemania del 34, en una época de muchas dificultades económicas. De hecho, él contaba que con solo ocho años se presentó en el Ayuntamiento para pedir unos zapatos nuevos. Por eso, aunque atraído desde siempre por la arquitectura, Hagen decidió estudiar Ingeniería de Minas, que le permitía estudiar y trabajar al mismo tiempo. Con 25 años se marchó a Colombia, donde estuvo al mando de una mina con más de 500 trabajadores. Allí, según les contó a sus nietas, fundo una escuela para personas con pocos recursos que actualmente es una universidad.
Su abuela, Marie Luise Rodenhorst, por su parte, viajó sola desde Alemania a Colombia, en un viaje en barco de tres semanas, para reencontrarse con Hagen. Debió ser una mujer que llamaba mucho la atención, ya que era una modelo muy guapa, altísima, rubia y de ojos azules. En Colombia nacieron sus dos hijas y diez años después regresaron a Alemania. Fue entonces cuando España se convirtió en su lugar favorito para las vacaciones de verano. Y el Mar Menor, en su segunda casa.
Así nació El Castillo de La Manga, construido con todos los detalles que uno se pueda imaginar en los años 80 (hay que recordar que en La Manga también hay una urbanización llamada Castillos de Mar) . Para su construcción, utilizó los mejores materiales, incluso trayendo techos y puertas de madera de Toledo, realizados por ebanistas que trabajaban para la Casa Real. Alrededor de la casa hay mapas antiguos de España, pintados a mano, con los castillos más importantes de la época. Asimismo, hay numerosas pinturas con escenas de caballería, y no falta una bodega donde hacía su propio vino y el escudo familiar.
El deseo de las descendientes de Hagen Udo Rodenhorst es que en esta casa llena de sueños convertidos en realidad -ya sea a través de su venta o del alquiler vacacional- sigan sucediendo historias mágicas.
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