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TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

A vueltas con la polémica del Área Metropolitana de la ciudad de Murcia

19/07/2022 - 

MURCIA. Recientemente hemos asistido al enésimo desencuentro en materia de transporte público entre el Ayuntamiento de Murcia y el Gobierno de la CARM sobre un tema que, si bien hasta no hace mucho no había cubierto muchas portadas de periódicos con este formato de "Área metropolitana de la ciudad de Murcia", sí que viene siendo un clásico de críticas y controversia política bajo otro sobrenombre más conocido, como es "los problemas del autobús de Murcia y sus pedanías".

"ES EL MOMENTO PARA solucionar problemas históricos como el transporte público en Murcia y sus municipios colindantes, Pero debe hacerse con consenso y conocimiento técnico"

Esto del área metropolitana es un tema que no vende mucho mediáticamente, básicamente porque nadie sabe muy bien exactamente lo que es. Eso sí, cuando Murcia, siendo la séptima ciudad más poblada de España, es la única de las 25 primeras que no tiene constituida un área metropolitana con su Comunidad Autónoma es que algo seguramente nuestros políticos no están haciendo bien. Porque lo que sí que entiende todo el mundo es que no tiene sentido que el autobús que va de la Plaza Circular a Espinardo no pueda llegar a Molina de Segura, o que el Ayuntamiento financie un autobús desde Murcia a Puebla de Soto que se quede a escasos 900 metros de Alcantarilla y luego la CARM financie otro que vaya directamente de Murcia a Alcantarilla. Y es que no están las arcas de nuestras administraciones públicas para atar con longanizas estos canes.

La cosa ya ronda el despropósito cuando el Ayuntamiento se propone montar un tranvía que vaya hasta un borde de su municipio, sin plantearse ni siquiera si esto debería generar sinergias con los municipios colindantes. Bueno, y eso si no entramos en el tema de lo que implica que un ayuntamiento por su cuenta decida construir una infraestructura tan potente y rígida como un tranvía hasta El Palmar, cuyo coste podría financiar las líneas de autobús de todo el municipio durante varios años (una discusión que daría por sí solo para otro artículo).

Y es que la ciudad de Murcia, bien sea por su histórica estructura urbana con grandes pedanías, o por la planificación urbanística que se ha desarrollado en las últimas décadas, tiene actualmente una de las áreas metropolitanas más ineficientes y complejas de gestionar de España. Para que se haga una idea el lector, tenemos en Murcia el doble de kilómetros de tuberías de agua por habitante que mantener que Barcelona, y casi tantos metros lineales de estructura viaria que Valencia o Bilbao, con mucha menos población (es decir contribuyentes).   

La constitución de un área metropolitana de Murcia, además de necesaria, es urgente en temas como el transporte público, pues llevamos muchos años de retraso en este tema. Otra cosa es que se deba negociar su gobernanza y su financiación (pues en esto la pasta cuenta, y mucho). Y aquí es donde deberá ponerse a prueba la solvencia y habilidad negociadora de nuestros políticos. Porque sí que es cierto que hay distintos modelos: unos más orientados al llamado "modelo Madrid" donde el área metropolitana básicamente está gobernada por la Comunidad Autónoma con un consorcio al que se adhieren los ayuntamientos y que incluye todo tipo de infraestructuras de transporte (hasta las del Estado), frente al llamado "modelo Barcelona" que encabeza el Ayuntamiento, y en el que, por ejemplo, infraestructuras como los cercanías ferroviarios no entran. Aquí lo que está claro es que habrá que negociar, y que, además de los autobuses urbanos e interurbanos, el tranvía tendrá que estar dentro del lote.  

Si se quieren solucionar problemas históricos como el transporte público en Murcia y sus municipios colindantes ahora es el momento. Pero debe hacerse con consenso y conocimiento técnico, porque además son muchos los desafíos que llegan en breve: a final de año tendremos el AVE en la estación del Carmen, la concesión urbana de autobús (los coloraos) acaba en octubre, la antigua concesión interurbana (los amarillos de LATBUS) se partió en dos en 2019, estando desde entonces en precario tanto la parte que corresponde a la CARM como la del Ayuntamiento. Y parece haber consenso político para llevar el tranvía a la estación del Carmen, pero una cosa es eso y otra cosa ampliar el tranvía pensando que el papel lo aguanta todo, pues potenciar una alternativa de transporte (el tranvía) implica que ésta capte tráfico de otras (autobuses), pudiendo generar desequilibrios económicos en sus concesiones con la administración. Es el momento de planificar a futuro de manera coordinada entre administraciones, pero PLANIFICAR en mayúsculas desde la cooperación, porque para hacer las cosas mal mejor dejarlas como están.

Salvador García-Ayllón Veintimilla

Profesor Fulbright del MIT e Investigador responsable del grupo de Política Territorial, Planificación Ambiental y de las Infraestructuras de la UPCT

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