Tres millones de españoles contagiados de covid-19, más de cien mil muertos, el plan de vacunación que sigue atascado, situación económica difícil y nuestros políticos están revoltosos. Cataluña es ahora el centro de operaciones ante las elecciones de este domingo. Sus resultados nos devolverán a la realidad después de tantas idas y venidas
MURCIA. Revoltosos unos más que otros. Puede resultar que se le quite trascendencia a todas las boutades pronunciadas esta semana. Aprovechar según qué asuntos en periodo electoral con la crisis sanitaria, social y económica que estamos sufriendo es casi pueril. Ocurre que lo de jugar varios partidos al mismo tiempo puede entrañar sus riesgos. A Pablo Iglesias se le da muy bien lo de agitar y revolver mediáticamente. Se llame reforma de la Justicia, la Corona o lo que se tercie. Este afán provocador lo utiliza para sacar, se supone, réditos electorales, tras una campaña errática en Cataluña.
En la otra orilla, Pablo Casado ha tenido a bien confesar que se enfrentó a Mariano Rajoy por su actuación en el referéndum del 1-O y todo para opacar las añagazas de un clásico de su partido, mal que le pese: Luis Bárcenas convertido en el caldo de todas las salsas, amenazando como siempre con tirar de la manta para salvaguardar a su mujer, también en prisión. Y Pedro Sánchez, mientras, en estado contemplativo. No vaya a ser que en Cataluña, su egregio candidato, a la sazón exministro de Sanidad, Salvador Illa, se la pegue o no tenga opción porque el mundo independentista firma papeles para no pactar con él. Sea como fuere habrá que esperar a los resultados, no vaya a ser que la suma de PSC y ERC, un suponer, resulta que dé y haya que recordar el apoyo parlamentario de investidura. Lo dicho, una liga por todo lo alto y mientras la pandemia cabalgando. Y no es populismo. Es la realidad que nos atenaza a todos.
PSOE: Pedro Sánchez, esperando acontecimientos. Veremos si su apuesta por Salvador Illa en Cataluña le sale bien. En Moncloa cruzan los dedos y miran de reojo a Pedralbes. Mientras un esforzado y leal José Luis Ábalos ha jaleado a las huestes populares a cuenta de Bárcenas, Rajoy y demás. Lo hace muy bien y pone nerviosos a Casado y compañía. Pero como cada día tiene su afán, el socialista responsable de la diplomacia europea, Josep Borrell ha dado espectáculo en Moscú y después en el Parlamento europeo. Más de 80 diputados han pedido su dimisión por su ridículo y humillación ante su homologo ruso, Lavrov. Una trampa mediática de Rusia. En cuanto a Iglesias y sus comparativas rusas, el Gobierno dice que es tan lenguaraz porque estamos en campaña electoral. Y además Isofotón. Anticorrupción sitúa a los ministros Mª Jesús Montero y Luis Planas en el préstamo a la compañía fotovoltaica cuando estaban en el Gobierno andaluz como consejeros por una adjudicación distraída. Vamos, lo habitual en estos casos. Y mientras, Sánchez pasea inquieto por los jardines monclovitas.
PP: Pablo Casado y Luis Bárcenas. El show mediático del extesorero que pide un careo con Rajoy no le deja dormir. Y es que el ínclito encarcelado parece que sigue controlando la situación. Ha habido movimientos esperpénticos y erráticos de Casado con las confesiones sobre el 1-O. Así que las huestes de Mariano Rajoy, perplejas, desmienten al ahora líder popular. Y es que Bárcenas también ha puesto en el disparadero al consejero de Isabel Díaz Ayuso, Enrique López - consejero de Justicia e Interior de Madrid y responsable del área de justicia del partido-, con contactos de un intermediario que -sorpresa- han durado hasta septiembre pasado; es decir, hace cinco minutos. Pero todos tranquilos en principio porque la Fiscalía Anticorrupción dice sobre el extesorero "aporta escasas novedades y no hay nada sustancial en su escrito". Y en medio de este caos más cizaña electoral. Dicen que cuatro altos cargos del partido tienen cuentas en Suiza. Pues como previo para las elecciones del domingo no está nada mal. La derecha está confusa. El PP acusa los nervios y Vox le sopla la oreja y se barrunta sorpasso.
Vox: Santiago Abascal y su metacampaña. Lo de los detalles subliminales no van con ellos, pero a lo mejor ahora los utilizan a conveniencia. Los ataques a sus representantes en actos públicos y los detalles de Bárcenas y la financiación del PP parecen hacerle la campaña catalana. Muchos se entretienen con la posibilidad de superar a los populares y los de Abascal se vienen arriba. Sin duda, las algaradas contra sus representantes son intolerables en un Estado democrático como el nuestro. Otra cosa es que se saque partido de ello por los afectados e incluso por los contrarios. Estamos en pleno juego electoral y a todos les gusta fantasear. ¿Alguien se acuerda de la pandemia?
Unidas Podemos: Pablo Iglesias a lo suyo. Despista hasta a los propios. Otra vez ha tenido una semana fantástica y a tope. Pone en cuestión nuestra democracia y respalda a Rusia no sabemos si por mensajes interpuestos. ¿Hasta cuándo aguantará Sánchez? Lo de quitarle el sueño ya pasa a pesadilla. Mientras, Iglesias y los suyos proponen derogar los delitos de injurias a la Corona y enaltecimiento del terrorismo. Y en una carrera atropellada con el PSOE se lanzan a por estas reformas. Parece que en el Consejo de Ministros se habla poco y no mucho entre bambalinas o en esas reuniones a dos de Iglesias y Sánchez. Y en lo de la educación pública, rentabilizando lo de la formación de la princesa Leonor en Gales, carnaza para sus inquietudes republicanas. En tiempos de tanta sensibilidad como corren, saben utilizar bien los acontecimientos. Otra vez la pregunta: ¿Está todo pactado, es un falso minué? ¿Son reales las desavenencias? Como siempre habrá que esperar al final del partido: se sabe cómo empieza, pero no como acaba. El tiempo electoral marcará la relación.
Ciudadanos: Inés Arrimadas y su hora de la verdad. Las elecciones autonómicas serán su piedra de toque para el futuro. Nadie da un duro por ellos. Lo tuvieron todo y ahora sus votos vuelan al PSC e incluso a Vox. Arrimadas intenta en el último segundo arañar votos de Vox, del PSC y del PP. Se ha lanzado a la yugular de los populares con su crítica a la actuación de Rajoy el 1-O. Dice la líder de Ciudadanos que le sorprende que Casado cuestione la actuación de Policía Nacional y Guardia Civil en el referéndum ilegal. La noche del domingo será tensa en su sede. Los sondeos, todos sin excepción, les auguran debacle y no se sabe cuál será la reacción ante unos malos resultados.
Rey Felipe VI: "Sin libertad de expresión y de información no hay democracia". ¡Seguimos resaltando obviedades, porque hay quien no se entera o no quiere enterarse!
Pablo Iglesias, vicepresidente social del Gobierno: "No hay una situación de plena normalidad política y democrática en España". ¡No sabe en qué país vive y no quiere saberlo!
Pablo Echenique, portavoz de Unidas Podemos: "Iglesias puede dar gracias de que el Estado no lo envenene con polonio". ¡No se sabe quién es peor, el líder carismático o los adláteres!
Margarita Robles, ministra de Defensa: "Estoy orgullosa de España y su democracia plena". ¡Pues entre el polonio de Echenique y las Fuerzas Armadas y su ministra está clara la elección!
Pablo Casado, presidente PP: "No me trato con delincuentes". ¡A estas alturas y tiene que seguir demostrando su posición de liderazgo. El pasado siempre vuelve y algunos lo rentabilizan muy bien.
José Luis Ábalos, secretario de organización del PSOE y ministro de Fomento: "No es otro PP, es el mismo. Es curioso que Casado diga que ese PP ya no existe cuando él mismo fue su responsable de Comunicación mientras medraba". ¡Ábalos cumple su función destroyer desde Ferraz y estando en campaña catalana!
Josep Borrell, máximo autoridad diplomática de la UE y su errática visita a Rusia: "Era arriesgado y lo sabía. Hay momentos en los que hay que dar la cara". ¡Pues se la han partido más de 80 europarlamentarios. Demasiado riesgo!
Susana Díaz, secretaria PSOE Andaluz: "En la cultura del PSOE, nadie se mete ni va contra otros compañeros". ¡Aviso a navegantes. ¿Dará la batalla? Estaremos atentos!
Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea: "Llegamos demasiado tarde para autorizar, fuimos demasiado optimistas en la producción masiva de vacunas, y tal vez estábamos demasiado seguros de que lo que pedimos se entregaría a tiempo". ¡Confesión de un error de cálculo que afecta a la salud de todos. Se agradece la sinceridad y la autocrítica, pero ahora se necesita celeridad en la vacunación!