MURCIA. Estamos en el año 2019 después de Jesucristo. Toda la Región de Murcia se ha teñido de verde tras las elecciones generales del 10 de noviembre. Toda Murcia ha abrazado a Vox... ¿Toda? ¡No! Municipios como Águilas, Jumilla, Yecla y Caravaca de la Cruz han resistido como fortines ante el tsunami de votos de Vox que ha arrasado en la Región. En la tierra donde uno de cada cuatro murcianos ha votado a Vox, comarcas como el Altiplano y el Noroeste se han rebelado contra la corriente principal y han dado la espalda a las ideas de Vox.
Casi 200.000 murcianos votaron al partido que lidera Santiago Abascal y convirtieron a la Región en una 'isla verde' en el mapa de España. Con un porcentaje de voto de un 27,99%, Vox conseguía su primera -y única- victoria en una comunidad autónoma, así como su primer triunfo en una circunscripción electoral. El nombre de Murcia ha resonado en todo el país como punta de lanza del ascenso de este partido, que se ha instalado como la tercera fuerza política del Congreso de los Diputados, sólo por detrás de PSOE y PP y por delante de las alternativas del último lustro, Unidas Podemos y Ciudadanos.
El éxito de esta formación en la Región se sustenta en las grandes urbes. Las ideas políticas de Vox han triunfado especialmente en las siete ciudades más pobladas de la Región, ya que ha sido el partido más votado en todas ellas, salvo en Murcia y Lorca, donde rozó la victoria por un puñado de votos. Torre Pacheco, con un apoyo del 38%, se llevó la palma. El triunfo también fue muy sonado en Cartagena, la segunda ciudad más habitada de la Comunidad. El vendaval de Vox doblegó bastiones socialistas como Molina de Segura y feudos populares como Alcantarilla e incluso castigó al bipartidismo en los municipios del Mar Menor.
Vox enlazó un carrusel de victorias locales hasta alcanzar 16 triunfos en las 45 localidades de la Región. Pero no todos los municipios han comulgado mayoritariamente con las ideas de esta formación, que defiende propuestas como la suspensión de la autonomía catalana, la deportación de todos los inmigrantes ilegales, la derogación de la Ley de Violencia de Género (para sustituirla por "una ley de violencia intrafamiliar") y el cierre de la Asamblea Regional, entre otros postulados.
Los partidos nuevos, "incluso los ultraconservadores como Vox, siempre irrumpen con más fuerza en los municipios medianos y grandes", analiza el politólogo Salvador Moreno. Por eso en las localidades más pequeñas de la Región como Ojós o Ricote no ha penetrado tanto Vox.
Pero hay excepciones. En Águilas, un municipio de 35.000 habitantes, Vox no ha desbancado al viejo bipartidismo a pesar de que cosechó cerca de 4.000 votos en las elecciones generales. El PSOE, el partido que gobierna la Alcaldía, se mantiene como la fuerza más votada. Los socialistas lograron más de 5.000 papeletas; el PP se situó en segundo lugar, con más de 4.000 sufragios, por encima de Vox.
La postura de Vox en inmigración es uno de los puntos que más martillean sus dirigentes; de hecho, supone una de las claves de su éxito en la Región, además de su posición con Cataluña y el nacionalismo catalán, como así apuntan los expertos. Sin embargo, este discurso no cuaja por el momento en la costa aguileña. "Águilas es un municipio en el que la inmigración está perfectamente integrada y es asumida como un factor de crecimiento", describe el periodista aguileño Pedro M. Lozano, que considera que por esta razón "algunas ideas de Vox no tienen aceptación entre la gente".
Otro factor que explica el resultado electoral es el tirón del PSOE en Águilas, que se alzó con la mayoría absoluta en las elecciones municipales de mayo. Se trata del segundo mandato de la alcaldesa socialista Mari Carmen Moreno, que tomó el bastón de mando por primera vez en 2015 y puso fin a 16 años de gobiernos populares. "Acaba de comenzar el segundo mandato del PSOE y el nivel de satisfacción de la ciudadanía es tal que la alcaldesa consiguió la mayoría absoluta", expone Pedro M. Lozano.
De esta forma, añade Lozano, "como parece que se están haciendo bien las cosas, no se aprecia una búsqueda de cambio, sino una preferencia por la continuidad". Águilas, por su población, comanda la Murcia que no vota a Vox. "Hay una sensación de acuerdo y satisfacción con la izquierda que tal vez no se dé en otros lugares de la Región, lo que en cierta medida explica la diferencia de resultados entre unos lugares y otros".
Vox, además, no obtuvo un buen resultado en las elecciones municipales de Águilas: sólo consiguió un concejal mientras el PSOE barría con 8.000 votos. La política municipal es una de las asignaturas pendientes del partido de Abascal, pues todavía no ha terminado de implantarse localmente en toda la Región; de hecho, se presentó solamente en 26 municipios el pasado 26-M.
La Región que no vota a Vox existe. Y el Noroeste es su mejor ejemplo: el PSOE ganó de forma amplia en Bullas, Calasparra y Moratalla, tres municipios en los que Vox no se presentó en los comicios locales.
"En Moratalla sabemos que hay simpatizantes de extrema derecha", cuenta Alba Abad, vecina de Moratalla, "pero este es un municipio históricamente de izquierdas". Los dirigentes de Vox, agrega, "no son conocidos en Moratalla", a pesar de que uno de los tres diputados murcianos, Joaquín Robles, nació allí.
Así las cosas, en las generales el PSOE barrió en Moratalla, duplicando en apoyos a Vox: 1.600 sufragios socialistas por 600 de Vox. La misma tendencia se reprodujo en Bullas (2.600 votos del PSOE por apenas 1.000 de Vox) y en Calasparra (2.200 papeletas por 1.100).
En Cehegín también ganó el PSOE, aunque seguido muy de cerca del PP: la victoria se libró en apenas 50 votos (2.356 por 2.304 sufragios), con Vox en tercera posición. Y en Caravaca de la Cruz, único municipio del Noroeste que no se baña en rojo socialista, el triunfo cayó en manos del PP. Los populares cosecharon 4.000 votos, por 3.600 socialistas y 3.500 de Vox.
El Altiplano ha sido otra comarca sin 'conquistar': el PP se impuso en Yecla y el PSOE, en Jumilla. En la ciudad del mueble, de hecho, los populares lograron su triunfo más amplio, con más de 5.000 sufragios, muy lejos de los 3.600 de Vox. En la localidad vinícola, la victoria acabó del lado socialista tras un reñido recuento contra los populares (sólo 67 votos de diferencia).
Además de Caravaca y Yecla, Vox ha perdido batallas contra su competidor directo en el espectro ideológico de la derecha. El PP ha resistido en Archena y Puerto Lumbreras, donde gobiernan las populares Patricia Fernández (con mayoría absoluta) y María Ángeles Túñez (con el apoyo de Vox), respectivamente. Otro triunfo importante para el PP fue Abanilla.
En total, el PSOE ganó en 15 municipios y el PP lo hizo en 14. Ciudadanos y Unidas Podemos no sumaron ningún triunfo. Vox domina el grueso de los votos murcianos, pero no toda la Comunidad ha caído en brazos de esta formación. Una Región silenciosa -y más numerosa de lo que parece- sigue apostando por el viejo bipartidismo.