MURCIA. Casa Decor es la gran cita del interiorismo y el diseño que todos los años tiene lugar en un edificio emblemático del centro de Madrid, que abre sus puertas durante seis semanas para mostrar las intervenciones que han realizado en él algunos de los mejores profesionales de Europa. En esta ocasión, esta gran pasarela de la creatividad tiene lugar en la histórica Casa de Tomás Allende, en Canalejas, donde el espacio más concurrido es el que se destina al restaurante que, además de ofrecer un menú de calidad, es lugar de descanso y relax para los visitantes. Este año, aquellos que entren en Biocontrastes, que es como se ha bautizado a este espacio gastronómico efímero, estarán introduciéndose, literalmente, dentro de un Muher. Y es que el estudio, con sede en Totana, que lideran los arquitectos y artistas Francisca Muñoz y Manuel Herrera (los Muher) ha sido el encargado de proyectar este restaurante en el que arquitectura, arte y gastronomía se unen para crear un ambiente mágico. En esta ocasión, además, han contado con la colaboración de su hija, la también arquitecta María Herrera.
Así lo cuenta Manuel Herrera, quien explica que han tenido apenas un mes y medio para elaborar este proyecto en un espacio de 250 metros cuadrados -con capacidad para 58 comensales-, en el que han creado cinco espacios diferentes basados en los diferentes ecosistemas del planeta, para los cuales también se han inspirado en paisajes de la Región de Murcia. Todos ellos, con la firma inconfundible del estudio, que se destaca por su intensa gama cromática. Así se pueden apreciar, por ejemplo, en el gran mural de flores de uno de los ambientes o en el azul "muy Muher" de la zona en la que se recrea el mar y a la que se accede a través de una cortina del mismo tono, "como si realmente te estuvieras sumergiendo en el oceáno". Además, diversos elementos generan efectos opticos, como flores 'lenticulares' (que cambian según desde donde se las mire), aumentando la percepción de que se está en un lugar mágico. Destaca también una gran mesa de cuartita, que "ya en sí es una obra de arte".
En este viaje por los ecosistemas que ofrece Biocontrastes, con el que se reivindica la protección de la Naturaleza, lo primero que se encuentra al traspasar las puertas son unos arcos que evocan un bosque conceptual de árboles que abrazan al visitante a modo de bienvenida. Más adelante, en sus salas, los juegos cromáticos trasladarán al comensal al azul de un océano en el que habitan medusas; a las arcillas rojizas de los desiertos: al verde exuberante de los manglares o de campos de flores movidas por la brisa; y al blanco de los árticos o de las salinas cristalizadas.
El objetivo, explica Herrera, es convertir la estancia en el restaurante en una experiencia para los sentidos. Para ello el espacio se ha convertido en "un contenedor de arte", cuyo carácter efímero le confiere un mayor valor y donde hasta las cartas con los menús son obras de los artistas. Del aspecto gastrónomico se encarga el chef Ramón Freixa, de Life Gourmet, quien se ha inspirado en el diseño de Muher para crear una propuesta diferente para cada uno de los cinco espacios. El restaurante está teniendo una gran demanda y, además de como parte de la exposición, también está abriendo por la noche. "La gente quiere probar cada uno de los espacios", cuenta Manuel Herrera.
La pareja de artistas se muestra, por otro lado, muy satisfecha del resultado de la colaboración con su hija, la arquitecta María Herrera, quien ha aportado su visión "más contemporánea y más fresca" a un proyecto que sigue teniendo el sello Muher, que se ha forjado durante treinta años de trabajo.
Los Muher trabajan la escultura, la pintura y el arte plástico en general, la arquitectura, el diseño y interiorismo. Han expuesto en los cinco continentes y sus obras decoran espacios públicos tanto en Murcia, donde Muher tiene su sede, como en Miami (suyas son las esculturas que se encuentran en las glorietas de acceso a zonas tan importantes del trazado urbano como Coral Gables, en la ciudad de Florida) o en China, donde han realizado trabajos tan espectaculares como el jardín Silk Garden, en la ciudad de Nanning, lleno de evocaciones al paisaje murciano. También es suyo el proyecto ganador del concurso para diseñar el Museo dedicado al Tomate para la localidad de Taiyuán.