MURCIA. "En las grandes crisis, el corazón se curte o se rompe", dice la artista madrileña Paula Anta parafraseando a Balzac. Y añade: "Aunque sean tiempos difíciles, ahí estamos. ¡El arte, la creación, no se pueden parar!". Ella no lo ha hecho y expone a partir de este viernes en la Sala Cacallerizas de Los Molinos del Río su proyecto fotográfico In-Limits, una exposición individual, enmarcada en los 'reactivos culturales' y comisariada por Rodrigo Carreño, que permacerá "en este espacio precioso" hasta el 27 de febrero.
In-Limitis recoge el trabajo realizado por esta creadora en la serie fotográfica Nudos: Topologías de la Memoria, donde busca resaltar la relación conceptual y formal que existe entre la naturaleza y las estructuras arquitectónicas partiendo de patrones universales. Así, a través de las imágenes de Paula Anta se puede observar cómo la naturaleza, representada por cúmulos vegetales, es capaz de crear sus propias estructuras e incluso adaptarse al espacio arquitectónico que invade de manera aparentemente caótica. Completa la intervención en el espacio de Caballerizas extrayendo elementos de esa naturaleza, como son una serie de rocas, de distintos tamaños y formas, pintadas de dorado, color también muy presente en las imágenes (para las que utiliza pan de oro).
"El mundo se ha convertido en un caos. La naturaleza, en su representación del mundo, continúa expresándolo a nivel visual, pero alcanza un ámbito más elevado", señala la artista. "Pero cuando se forman grupos de plantas, lo hacen de una manera ordenada que se adhiere plenamente a las leyes universales. Las marañas de raíces, tallos y ramas no son elementos olvidados, como partes de una estructura en ruinas. Los rizomas no extienden sus tentáculos solo como un medio de supervivencia, para vivir en un parche de tierra. Los nudos que estos enredos producen en las superficies no se acumulan de forma caótica. Aunque parece confuso y puede ser desconcertante, toda la confusión de la planta corresponde a un orden universal", añade. Por eso, dice que "en mis imágenes no hay necesidad de perspectiva, no hay necesidad de tridimensionalidad, ni profundidad, porque todo se mueve dentro de parámetros universales".
Las imágenes cuentan con un fondo dorado frente al que aparecen las líneas, que "representa un estado sagrado superior, atemporal. Pero también la luz en la que se dibujan esos nudos de líneas aparentemente caóticas. La luz que ilumina nuestra mirada, el resplandor visible de las estrellas. La luz como energía: la luz como origen de la esencia misma de la fotografía".
La obra de Paula Anta se ha mostrado tanto en exposiciones individuales y colectivas así como en centros institucionales como el CA2M, Tabacalera, Matadero, Real Jardín Botánico, Museo del Traje, Centro de Arte de Alcobendas, Círculo de Bellas Artes, Casa de América, Academia de San Fernando, Canal de Isabel II de Madrid, el CCCB de Barcelona, Centro Cultural Sa Nostra de Palma de Mallorca, La Laboral de Gijón, Centro Niemeyer de Avilés, el Domus Artium DA2 de Salamanca, Centro Cultural Las Cigarreras de Alicante, Museo Molinos del Río de Murcia, así como en varias ediciones del festival Photoespaña.
Igualmente, la artista madrileña ha recibido importantes galardones entre los que se encuentran el de Fotografía Contemporánea Consell de Mallorca, el Premio Internacional Centro Unesco de Extremadura, el Premio Colección Kells, el Premio Estampa de la Comunidad de Madrid o el Premio Fundación AENA, entre otros.
Destacan las becas MAEC-AECID de la Academia de España en Roma y la de Artes Plásticas y Fotografía en el Colegio de España en París, así como el Premio de Creación Artística de la Comunidad de Madrid y la Beca de residencias artísticas en Senegal de la Fundación Ankaria.
El concejal de Cultura, Jesús Pacheco, quien estuvo visitando en montaje de la exposición, ha indicado que "Murcia está inmersa en la materialización de los proyectos nacidos de la mano de Reactivos Culturales, gracias al cual la cultura gana su espacio propio y se consolida como actividad esencial". Este programa, que permitirá la materialización de un total de 126 proyectos en el municipio, ha sido reconocido en el ámbito europeo como un ejemplo de buenas prácticas para dar impulso al sector cultural y dar respuesta a las dificultades que están afrontando los artistas con motivo de la crisis sanitaria.