MURCIA. La tercera ola del coronavirus pone las cosas aún más difícil al mercado laboral de la Región de Murcia. Si la pandemia ha provocado el mayor socavón al que se ha enfrentado la economía murciana en años, las restricciones para frenar los contagios de enero han añadido más piedras a un mes, el de enero, ya tradicionalmente negativo. La subida del paro, con todo, fue menos pronunciada que en 2020 (un 1,4% frente al 3,5% de hace un año), pero, al fin y al cabo, el desempleo ha aumentado con 1.730 nuevos parados.
La incertidumbre es la única certeza -valga la paradoja- de este clima inestable. Tal y como remarcaba la patronal murciana (Croem), la evolución del empleo "está sujeta a mucha incertidumbre y dependerá en parte de la existencia o no de próximas olas". Una radiografía similar planteaba la Cámara de Comercio de Murcia: "La pandemia sigue castigando al mercado laboral en enero". Los niveles de desempleo son, lamentan, "preocupantes". No en vano, ya hay 123.073 personas en las listas de demandantes de empleo y la Región acumula ya cuatro meses consecutivos de subidas del paro.
Enero siempre ha sido un mes difícil para el empleo. En este periodo, el consumo se suele resentir tras el auge de la Navidad y muchos de los contratos firmados en diciembre suelen finalizar. A esta variante tradicional se suma un nuevo factor: la hostelería tuvo que echar el cierre a los bares en la mayoría de los municipios de la Región por orden del Gobierno regional, que adoptó esta medida para frenar la espiral de positivos. Además, el Ejecutivo también adelantó a las ocho el cierre de los establecimientos comerciales. Esta restricción se amplió en ocho municipios (Yecla y Jumilla, entre ellos), que no pueden abrir en fin de semana y entre semana sólo pueden hacerlo hasta las seis de la tarde.
A todo ello se suma la recomendación general de las autoridades sanitarias de evitar la interacción social salvo en la medida de lo posible. Este frenazo social tiene, por tanto, consecuencias en la esfera económica. De hecho, el sector servicios se ha llevado la peor parte del dato mensual del paro. El número de nuevos desempleados ha crecido en 1.964 con lo que ya son 79.783 los murcianos que buscan un puesto de trabajo en el ámbito de los servicios (que engloba la hostelería, el comercio y el turismo, entre otros). La construcción también registró un aumento, con 50 más, que hacen un total de 9.470 parados; al igual que la industria, que contabilizó 39 desempleados más que en diciembre y suma 12.181 parados.
Cabe subrayar que la cantidad total de parados no incluye a los 12.281 trabajadores en ERTE existentes a finales de enero, según apunta la Cámara de Comercio, que teme que "esta circunstancia que podría empeorar las actuales cifras si no se produce la reincorporación efectiva de dichos trabajadores a sus puestos".
Los sindicatos, por su parte, avisan del impacto en la contratación temporal, que ha obtenido la peor parte, pues "se han hecho 9.038 contratos temporales menos que en enero de 2020". Otro dato preocupante ha sido la caída de la afiliación a la Seguridad Social, que ha bajado un 0,95 por ciento este mes, lo que significa 5.648 afiliados menos. Desde la Consejería de Empleo, en cambio, remarcaban que "en el último año el número de trabajadores afiliados ha crecido en 2.233 personas, que es un 0,38 por ciento, siendo la primera de las dos únicas comunidades en las que ha aumentado el empleo en el último año, por delante de Castilla-La Mancha".
En el lado positivo del paro, dos áreas han visto bajar sus cifras. Es la agricultura, con 102 parados menos, así como en el grupo de parados sin empleo anterior, con 221 personas más en las listas del paro. En total, hay 9.793 parados en agricultura y 11.846 sin empleo anterior. El consejero de Empleo, Miguel Motas, destacaba que hay motivos para "un cierto optimismo", dado que el ritmo mensual de crecimiento del paro en la Región (1,4) es menor que la media nacional (1,96%).