MURCIA. Delante de la pintura titulada La yaya, de Javier Bañón, es difícil no conmoverse. El joven artista yeclano ha pintado con gran realismo a su abuela en sus últimos momentos de vida, postrada en una cama como las de hospital, pero en su casa, rodeada de recuerdos, pero también de otros elementos relacionados con la enfermedad: una botella de oxígeno, empapadores, desinfectante para las manos,... hasta un paquete de toallitas del Mercadona. Se trata de una de las 40 obras -pinturas, esculturas y fotografías- de 17 artistas nacionales e internacionales que forma parte de Rigor Mortis, la exposición que se podrá ver en la murciana Two Art Gallery hasta el 4 de diciembre.
"El pintor sin pretenderlo crea un vínculo con el espectador, porque la escena de su abuela enferma forma parte, de alguna manera, de la historia de todos. Cuando miras un tiempo este cuadro, terminas poniéndole la cara de algún familiar o persona querida que ha protagonizado una escena parecida", comenta la directora de la galería murciana, Eva Hernández, quien señala que ha habido visitantes que con esta obra se han emocionado visiblemente.
Porque Rigor Mortis es una exposición que remueve emociones o que, sencillamente, deja tan impactado al espectador que no puede reaccionar en ese momento. Es lo que ocurre, por ejemplo, cuando uno se encuentra con un Hitler crucificado a tamaño real, del taller de Laureano Gisca, o con la Pietá de Sam Jinks, una escultura hiperrealista de un hijo sosteniendo al padre muerto (ambos desnudos). Igualmente, la galerista destaca la mítica fotografía de la autopsia del argentino Marcos López, una metáfora de un país que no pudo ser lo que soñaba y en la que se puede ver el cadáver de una joven a quien han disparado y siete médicos que reflejan distintas historias en sus expresiones.
Y así, una larga lista de artistas -Jon Ander, Francis Arredondo, Gino Rubert, Joel Peter Witkin, Jorge Pérez Parada, Harma Heikens, Felipe Alonso, Tom Chambers, Alberto Adsuara, Luca del Baldo y Enrique Marty- ofrecen en esta muestra diferentes enfoques para tratar un mismo tema, la muerte, en la que es una de las exposiciones más controvertida que ha acogido la galería murciana, según reconoce su responsable. Porque, explica, "la muerte nunca ha sido un tema fácil de tratar, mucho menos en circunstancias como las que estamos viviendo". No obstante, considera que "ha llegado el momento de enfrentarse al fatal desenlace de la mano de un nutrido grupo de artistas que invitan a reflexionar sobre un aspecto de la vida que nuestra sociedad ha convertido en un tabú, pero al que hay que enfrentarse para su superación y aceptación".
En este sentido, Eva Hernández recuerda que tenían previsto realizar una gran exposición del artista estadounidense John de Andrea el pasado mes de marzo, cuando se vieron obligados a cerrar por el confinamiento. En su regreso no quisieron retomarla -será la siguiente que realicen y adelantan que será espectacular- "porque sería como si estos seis meses terribles no hubieran existido. Teníamos que volver con algo distinto, que impactase y que tuviese que ver con los momentos tan difíciles que estamos viviendo". Para ello, "hemos querido ofrecer distintas maneras de mirar aquello que normalmente no queremos ver", dice respecto a esta muestra que ha sido seleccionada como uno de los proyectos expositivos que forman parte del plan de apoyo a las galerías de la Región de Murcia Visualizarte-RutArt, promovido desde el ICA y la Consejería de Cultura.
Así, mientras que para el pintor Felipe Alonso la muerte es concebida como un concepto de cambio o metamorfosis, Jon Ander se refugia en la tradición del osario con su serie de cabezas de muertos; Tom Chambers se adentra en las antiguas culturas mexicanas con sus trascendentales viajes al más allá; el imaginero Francis Arredondo toma la idea del decapitado como centro de su discurso; el fotógrafo Alberto Adsuara se acerca a la tradición del vanitas como género con su obra La muerte del arte; Jorge Pérez Parada recuerda la trágica historia de amor de Marilyn y Kennedy: y Gino Rubert ahonda en esas consecuencias del desamor.
Por su parte, Luca del Baldo lleva a su Cámara mortuoria a algunos de los personajes más influyentes de la historia contemporánea; mientras que Enrique Marty y Harma Heikens abordan la muerte desde el lado de la infancia, denunciando comportamientos de la sociedad. Difícil de ver es la obra del americano Joel Peter Witkin, cuyas imágenes se construyen a partir de partes de cuerpos y cadáveres.
La mayoría de las obras expuestas en Two Art Gallery tiene en común el realismo, cuando no el hiperrealismo, que es uno de los sellos de indentidad de la galería murciana, que abrió sus puertas en 2017 en la calle Acisclo Díaz. "No descartamos otros lenguajes, pero creemos que el arte debe ser accesible a todos los públicos y consideramos que la figuración llega a más gente".
Pero además de recibir visitantes, una galería tiene que vender. Y Eva Hernández asegura que ahora mismo el mercado está completamente parado, pero no sólo en España, sino en todo el mundo. De hecho, los principales clientes de Two Art Gallery son extranjeros. "Cuando se produce cualquier crisis lo primero que se para es el mercado del arte", asegura. A pesar de todo, la galería ha vuelto a abrir sus puertas con esta exposición que no dejará indiferente a nadie. Y por fin han podido quitar del escaparate la escultura hisperrealista de Marc Sijan que da vida a un guardia de seguridad que, pacientemente, ha estado velando por la seguidad del local durante todo este tiempo.