Carlos Alcaraz González metió a su hijo el gusanillo del tenis, pues hace tres décadas él ya jugó y fue de los primeros murcianos en sumar puntos ATP. "Cuando él tenía 13 o 14 años todavía le ganaba, pero ya no", cuenta
MURCIA. Ser, con 16 años, el mejor del mundo en lo que uno haga a esa edad haría temblar las piernas a cualquiera, pero no a él. Carlos Alcaraz Garfia, el joven tenista de El Palmar que ya sabe lo que es conseguir un triunfo en el circuito ATP -lo hizo en el Abierto de Río de Janeiro ante el también español Albert Ramos- y que esta semana aparece en el puesto 314 del ranking profesional, no para de crecer. Él lo vive con naturalidad y su familia también. Que su padre, Carlos Alcaraz González, haya sido tenista ayuda y en la casa de los Alcaraz Garfia la red está a la orden del día.
"Tenemos a Carlos dando guerra por los mundos de Dios", empezaba Carlos padre su conversación con Murcia Plaza antes de que el chico regresara de Brasil.
"Carlos empezó con tres años y se venía conmigo a la Real Sociedad Club de Campo de El Palmar. Yo le tiraba bolas y se metía a jugar con los niños de la escuela", dice su padre, quien fue jugador y también sumó puntos atp
"Son ya bastante los años que lleva compitiendo y yo, además, soy conocedor del circuito del tenis y sé lo difícil y lo duro que es", apunta alguien que hizo carrera como tenista antes de que su hijo naciera y que también sumó puntos ATP. "Fui uno de los primeros de la Región que lo hacía", recuerda.
Que Alcaraz Garfia esté destacando como lo hace no es fruto la casualidad, sino el resultado de muchas horas con la raqueta en la mano y desde muy chico. "Carlos empezó con tres años y se venía conmigo a la Real Sociedad Club de Campo de El Palmar. Yo le tiraba bolas y se metía a jugar con los niños de la escuela", cuenta el progenitor.
"Carlitos se fue familiarizando con la red, con la tierra batida… y se lo pasaba muy bien. Recuerdo que la raqueta, aunque era mini, era casi más grande que él y de vez en cuando cogía la mía", añade.
Como resulta evidente el niño fue progresando y lo hizo de la mano de su primer entrenador, Carlos Santos: "Estuvo con él de los cuatro a los 13 años y lo dejó encauzado haciendo un gran trabajo. Esa etapa es muy importante, pues en ella se adquiere la base", afirma.
Tras Carlos Santos llegó Kiko Navarro, quien también conoce a Alcaraz desde crío, y durante un par de años estuvo dándole apoyo de forma desinteresada Antonio González Palencia, quien igualmente fue técnico de Nico Almagro.
En la actualidad es Juan Carlos Ferrero quien ejerce como primer entrenador del palmareño y Kiko Navarro como segundo.
"Juan Carlos Ferrero le puede enseñar todo y le va a imprimir mentalidad ganadora y le está preparando para aguantar la presión y para saber convivir con la victoria y con la derrota"
"Juan Carlos le puede enseñar todo, pues ha sido número 1 del mundo y, además de cuestiones técnicas, le va a imprimir mentalidad ganadora y le está preparando para aguantar la presión y para saber convivir con la victoria y con la derrota, todo ello con la ambición necesaria", afirma Alcaraz González, quien nunca ha sido entrenador de su hijo pero sí ha ejercido su papel en la carrera del joven tenista.
"Lo que he hecho ha sido mantenerme al margen a nivel profesional, aunque sí se puede decir que he guiado en cierto modo a quienes han sido sus entrenadores", manifiesta.
Hoy Carlos Alcaraz Garfia es el mejor tenista de su edad del mundo -así lo indica el ranking ATP, que es el algodón que no engaña en el mundo de la raqueta-, pero ¿cuándo se atisbó su verdadero potencial?. Su padre da pistas: "Con siete años ya se veía que tenía algo especial y diferente. Asimilaba cosas que no eran normales a su edad como es la técnica del tenis que acompaña a los profesionales y él la copiaba".
"De hecho, lo que más destacaría de Carlos en una pista es que siempre quiere ir a entrenar y la facilidad que tiene para asimilar conceptos y luego trasladar todo eso a la pista", agrega.
Papá e hijo, desde que éste era un crío, iban juntos a ver partidos por la Región y por España. "Recuerdo que fuimos al Madrid Mutua Open, un torneo que él ganó en la categoría sub-12", relata Alcaraz González.
"Con 10 años ya demostró lo que ahora se ve y es que no se arruga frente a ningún adversario, aunque sea mayor que él, porque es un competidor nato"
Desde pequeño el tenista de El Palmar se acostumbró a ganar y lo hacía siendo el menor de la clase. "Con 10 años logró el título nacional sub-12 del Nike Junior Tour ante rivales dos años mayores que él. Fue de los primeros torneos que salía a jugar fuera de Murcia y demostró lo que ahora se ve y es que no se arruga frente a ningún adversario porque es un competidor nato", señala su padre, quien resalta especialmente ese gen ganador que le permitió, por ejemplo, vencer en el ATP-500 de Río a un jugador 15 años mayor que él.
Carlos Alcaraz Garfia es parte de una familia muy vinculada al tenis fundamental por el pasado de su padre, quien compitió a un nivel casi profesional y le metió el gusanillo a sus cuatro hijos, todos varones.
"Yo empecé con nueve años y gané todos los títulos regionales desde la categoría alevín hasta la absoluta y llegué a ser subcampeón de España infantil y tercero como cadete", cuenta Alcaraz González, quien ve con satisfacción que su hijo, tres décadas después, también progresa en este mundillo.
"Los dos hermanos pequeños de Carlos, de 10 y 8 años, quieren seguir sus pasos y alguno de ellos podría llegar"
Carlos sénior, de 48 años, habla orgulloso de Carlos júnior, con quien ha jugado desde que éste tenía tres años. "Cuando él tenía 13 o 14 todavía le ganaba, pero ya no", admite.
Alcaraz Garfia es el segundo de cuatro hermanos. Los otros son Álvaro, de 20 años; Sergio, de 10; y Jaime, de 8. "Todos juegan al tenis y los pequeños quieren seguir los pasos de Carlos y alguno de ellos podría llegar", señala un padre de familia con ojo técnico por el mucho tenis que ha visto y ha jugado.
Virginia Garfia, la madre, no está tan hecha a ver a su hijo compitiendo al nivel que ya lo está haciendo. "Trato de llevar la situación de la manera más normal posible y lo cierto es que de tenis hablo poco con él, pero lo paso muy mal cuando lo veo jugar y asumo que es algo a lo que tengo que acostumbrarme", indica la mujer que dio a luz a este campeón el 5 de mayo de 2003.
"lo paso muy mal cuando lo veo jugar y asumo que es algo a lo que tengo que acostumbrarme", reconoce Virginia Garfia, madre del joven tenista
¿Y cómo es Carlos Alcaraz en casa?
"Pues un chico muy sencillo y normal, nada presuntuoso y al que no le gusta alardear de lo que ha hecho. Cuando viene después de disputar un torneo es pasar por casa, saludar e irse con los amigos lo primero que hace es dar un paseo y no hace nada diferente de lo que venía haciendo hasta ahora", relata su padre, quien es consciente de que el chico ni puede ni debe descuidar los estudios -actualmente cursa 1º de Bachillerato en el Instituto Marques de los Vélez de El Palmar-.
"Va sacando el curso adelante y tiene una tutora que por las noches conecta con él y le manda la tarea que tiene que realizar. Carlos llega de los torneos con los deberes hechos y los hace en el avión o donde puede", cuenta Alcaraz González.
Está claro que los deberes en la pista también los hace y con la raqueta en la mano va acumulando matrículas de honor para ser el más aplicado de la clase.