MURCIA. La pasión por el cine nos une tanto a los que lo amamos hablamos sobre ello en cualquier lugar: en una cola para sacar una entrada, en el trabajo, en el gimnasio, en un bar… cualquier lugar es bueno para hablar de cine. Incluso un festival de cine. Ese sacro lugar donde la pasión por el cine se hace verbo y se contagia. Dos ciudadanos de diferentes lugares, Tony Morales y Fer Zaragoza (de Málaga y Alicante, respectivamente) se encontraron en un festival y desde ese lugar tejieron, celuloide mediante, una amistad cinéfila. Dos cineastas que se unieron por una pasión que juntaron sus fuerzas creativas para un corto, Abracitos, que está recorriendo el mundo de festival en festival.
“Tony y yo nos conocimos en el Suspiria Fest de Alicante en el año 2014 y entablamos una gran amistad desde entonces. Fue en el Festival de Sitges 2018 cuando me propuso que escribiéramos un guión juntos para que él lo dirigiera; así es como nació Abracitos”, apunta Zaragoza, que ya tiene una dilatada carrera en el corto con trabajos como El asesino te espera debajo de tu ventana (2017), su gran homenaje al Giallo.
Por su parte, el malagueño también ha cosechado el género terrorífico con cortometrajes apabullantes como Hada (2015) o BEC (2017). Ahora se une a Fer Zaragoza para congelarnos la sangre. “Ha sido una experiencia única y gratificante, pues este es mi primer trabajo en el que comparto guión con otra persona y la verdad es que he tenido la suerte de contar con Fer para este proyecto. Somos grandes amigos y, como él dice, me conoce muy bien y yo también a él; eso ha sido determinante, sin ninguna duda”, comenta el director.
Por su parte Zaragoza ha dirigido cinco trabajos como director, y ahora pasa a coguionizar, algo que para muchos sería casi un reto. “Es distinto”, señala. “Tony tiene un estilo totalmente diferente al mío, casi opuesto, diría. Lo cual, para mí, fue todo un reto, pues tuve que amoldarme a su personalidad como director. Pero conozco muy bien a Tony, sé cuáles son sus referentes e influencias”, apunta el alicantino. Compartir trabajo puede ser más lento, pero sin ninguna duda, más enriquecedor. Cada uno aporta diferentes puntos de vista. “Estuvimos meses y meses explorando ideas y, como era de esperar, muchas de esas ideas se quedaron por el camino”, recuerda.
“Esto puede ser un problema para alguna gente. La ventaja de trabajar con amigos es que tienes la suficiente confianza para decir qué cosas se quedan dentro o fuera de la obra, sin necesidad de enfadarte o dar rienda suelta a tu ego”, enfatiza Zaragoza. “Finalmente, conseguimos dar con la tecla y saber qué camino queríamos tomar. Tony tiene un talento innato para contar este tipo de historias, así que pude disfrutar del resto del proceso mucho más tranquilo”. Abracitos está teniendo mucha repercusión allende nuestras fronteras. “Hemos estrenado el corto de forma internacional en el Fantasia Fest de Montreal, que todavía sigue en marcha”, señala Morales. Triunfar fuera no es algo nuevo para nuestro terror. “La premiere americana se producirá en el mayor festival de cine de género de los Estados Unidos: el Screamfest de Los Ángeles, que se celebra el próximo mes de octubre. Y hoy mismo nos acaban de seleccionar en el HorrorHaus Film Festival, evento que también se celebra en Hollywood, aunque de manera virtual. Ojalá pueda verse pronto en España”.
Abracitos te aborda desde la intranquilidad, desde el terror de no saber dónde ubicarte ni qué sucede alrededor de ti. Aquello que llaman terror psicológico. “Lo que sí tuvimos muy claro desde el principio era que queríamos hacer una historia de terror clásica y mostrar lo estrictamente necesario”, apunta Zaragoza. “En este sentido, nuestro mayor referente fue Roman Polanski. Pero tampoco queríamos dar de lado al cine de terror contemporáneo, del que bebemos y formamos parte”.
Siempre se dice que el corto es el ensayo para el salto al largo. “Lo único que está claro es que el cortometraje es la ruta a seguir si quieres dirigir una película”, señala Morales. Y este corto es uno de los mejores caminos. Un trabajo con dos actrices principales, dos niñas, que sorprenden por su capacidad de generar terror con sus interpretaciones. “Bea y Carmen son dos amores de niñas”, dice el director. “Desde el primer momento estaban entusiasmadas con poder rodar un corto, ya que esta ha sido su primera vez. Estoy muy satisfecho con su trabajo, al igual que con el de todo el equipo”, comenta. “Una anécdota es que, tras dos jornadas intensivas de rodaje, cuando terminamos de rodar la última toma, comenzaron a llorar y a soltar toda la tensión que llevaban dentro. Todos nos dejamos la piel y conseguimos sacar adelante este trozo de nuestra alma que es Abracitos”, remata Morales.
Zaragoza sigue metido en otros proyectos. “Ahora mismo estoy distribuyendo mi último cortometraje, Llengua Morta. Se podrá ver en el Fangofest de Amposta este mes de septiembre y en el Festival de Cine de Alicante en octubre. Tengo más proyectos en mente, pero de momento no puedo concretar nada”, señala. No cabe sustraerse a preguntar por la salud, y más en estos tiempos, del cine alicantino de terror. “Alicante siempre ha sido una de las mayores canteras cinematográficas a nivel nacional”. El joven director lleva toda la razón. “El problema es que, para poder dedicarte a esto, tienes que abrirte y salir de aquí. A mí lo que de verdad me gustaría es que, además de ser una de las mayores canteras cinematográficas en términos nacionales como he mencionado con anterioridad, se hablara de Alicante como una de las capitales del cine europeo, porque creo que tenemos el potencial y el talento para ello”, dice con contundencia Zaragoza.