José Vélez, Inmaculada Sánchez, Diego Conesa, José María Almela. Fotos: J. CARRIÓN (EP)/. E. BOTELLA (EP)/CONESA/ @TXEMA_ALMELAMURCIA. ¿Qué está pasando en el PSRM-PSOE? Un líder sólido, que no ha sufrido ninguna contestación interna (al menos, no en público) y que cuenta con el plácet de Ferraz se topa en apenas 48 horas con hasta tres nombres propios como posibles competidores. Y no son nombres menores. Son un ex secretario general, el único líder del PSOE que ha ganado unas elecciones regionales en 34 años de fracasos en las urnas; una exalcaldesa que derrocó al PP de la Alcaldía de Santomera y que hoy goza de un papel relevante como senadora; y un reputado médico que entre 2018 y 2019 llegó a ser el presidente del Real Murcia. En efecto: Diego Conesa, Inmaculada Sánchez Roca y Txema Almela no se van a presentar para perder y mostrar una apariencia de una bonita democracia interna. Todos ellos han calculado sus pasos, tienen sus motivos y también han consultado sus posibilidades.
El panorama de 2025 es muy distinto al que se enfrentó José Vélez en 2021, cuando tomaba precisamente el relevo de Conesa y se imponía en unas primarias a Lourdes Retuerto, a la sazón senadora. El entonces delegado del Gobierno barría y vencía con 2.967 votos, el 81,7%, frente a los 567 apoyos de su adversaria, el 15,6%. No hubo ninguna sorpresa, ya que Vélez era a todas luces el gran favorito: tenía el apoyo de la dirección nacional, con hilo directo con Pedro Sánchez por su condición de 'sanchista' (le fue leal en su destierro de Ferraz) y era uno de los escuderos de Conesa, a quien llamaba amigo.
Ahora el contexto es otro, si bien es cierto que el calasparreño cuenta con una ejecutiva que le respalda y el partido no ha mostrado ningún signo de críticas internas. Tan solo el exalcalde socialista de Beniel Roberto García cuestionó el proyecto en una entrevista de La 7TV: "El partido necesita un hombre o una mujer que de verdad enganche con la ciudadanía". En cualquier caso, el dirigente a día de hoy con más respaldos es él. Curiosamente el mismo día que se conocían en la prensa la ristra de posibles candidatos, la anterior secretaria de Organización, Nuria García, salía en defensa de Vélez con un mensaje en redes: "Hoy más que nunca, Pepe, siempre en tu equipo".
Sin embargo, a Vélez le pesan dos losas: por un lado, el fiasco de las elecciones de 2023. El PSOE perdió la condición de primera fuerza y se dejó cuatro escaños. Un asunto que ha pasado de puntillas. La rápida maniobra de Sánchez, convocando elecciones generales un día después del golpe de las autonómicas, apartó muchos procesos internos de autocrítica. Por ejemplo, el que fuera alcalde de Murcia, José Antonio Serrano, que también se llevó un varapalo electoral, decidió esperar a que el presidente lograra la investidura para dimitir y abrir paso a una nueva etapa. En clave regional, se optó por seguir en la oposición.
El otro 'lastre' de Vélez es su consabida situación judicial. Imputado (la figura jurídica hoy conocida como investigado) en el llamado 'Caso Feria Taurina del Arroz', solamente la Audiencia Provincial puede evitar que se siente en el banquillo de los acusados si prospera su recurso, pues el juez instructor ordenó la apertura de juicio oral contra el que fuera alcalde de Calasparra entre 2014 y 2020 y dos exconcejales. La Fiscalía pide 8 años y seis meses de cárcel por presunta prevaricación continuada, malversación de caudales públicos y falsedad documental. Valga siempre por delante la presunción de inocencia, pero es un feo asunto que saldría a la prensa nacional si la Audiencia no le da la razón y acaba sentado en el banquillo.
Los estatutos del partido tan sólo recogen una expulsión cautelar por una apertura de juicio oral en circunstancias muy concretas (como la violencia de género, un acto contra la libertad sexual o por corrupción). Fuentes socialistas aseguran que ninguno de esos casos se ajustaría al caso del actual secretario general porque "no estamos hablando de un enriquecimiento personal". Su partido, de hecho, sigue creyendo en su presunción de inocencia. "Estamos completamente seguros de que se volverá a archivar, como ha ocurrido con el resto de denuncias falsas que le ha interpuesto el PP y el resto de la oposición de su municipio, Calasparra, durante más de una década", como así aseguraba la vicesecretaria general y portavoz del PSRM, Carmina Fernández, una de las mayores aliadas de Vélez.
Ahora irrumpe Conesa en el tablero de juego. Lo hace con un fuerte despliegue mediático, con vídeo de presentación incluido, y con un lema muy claro: "Volver a ganar". Toda una declaración de intenciones del único socialista murciano que sabe lo que es doblegar a la derecha en las elecciones. Si no gobernó fue, como todo el mundo sabe, por los fallidos pactos electorales, con un Ciudadanos que deshojó la margarita azul popular en vez de la roja socialista. Pero aquella proeza ocurrió en 2019. Y ese tiempo, en términos políticos, es todo un abismo.
Conesa salió de manera abrupta a finales de 2021, pero su imagen se había deteriorado en los últimos meses, porque la fallida moción de censura (otra vez la formación naranja le daba la espalda) fue un mazazo y se sintió muy castigado por la presión política, despiadada hasta el punto de que se colaba en el ámbito familiar. Con todo, a los cinco días de su adiós se hacía público el archivo de la investigación judicial que pesaba sobre él. Su imagen quedaba limpia, pero ya estaba fuera de la política. "Me hice a un lado por respeto a las instituciones (...), para tomar oxígeno, pero lo acontecido en las últimas semanas me preocupa", reflexiona en el vídeo.
Ahora regresa con fuerzas renovadas. Después de tres años en un discreto segundo plano, no ha dejado de seguir la actualidad política. "Ni renuncio ni reniego de la política", era una de sus frases que solía decir. Ahora va a por todas. Cuesta creer que no haya calibrado sus opciones y que no haya hecho consultas en todos los ámbitos. Por su trayectoria, tiene contactos directos al máximo nivel en el PSOE, incluido el presidente Sánchez, quien solía recordar públicamente que le había acogido en su casa de Alhama de Murcia. "Dormí en la cama de sus hijos y allí conocí realmente a Diego", como así confesó una vez en un mitin en Puente Tocinos.
A Conesa, al igual que a Vélez, les une Sánchez, porque ambos no dudaron en seguirle en su ostracismo del aparato, cuando se echó a la carretera para recuperar el PSOE. El alhameño sabe bien lo que son unas primarias reñidas. En 2017 no era el favorito en la pugna contra María González Veracruz, la hoy secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial. Aquel pulso se libró por apenas 220 votos. Resultó clave el apoyo del tercer candidato, Francisco Lucas, a la sazón pedáneo de El Raal, que cedió sus votos a Conesa tras no superar la primera vuelta. Cosas de la vida (cosas de las primarias, mejor dicho), Lucas en 2017 era un socialista desconocido para la opinión pública regional. Desde entonces su carrera despegó y se convirtió en uno de los principales rostros del partido, pues fue portavoz parlamentario, después dio el salto a diputado en el Congreso y desde el pasado verano también es el líder del PSOE del municipio de Murcia.
¿Se repetirá la historia?
Inma Sánchez Roca ha optado por la prudencia. Quiere esperar a que se abra el plazo para presentar las candidaturas (fijado para el 16 y 17 de diciembre), pero también ha sopesado participar en la carrera y está decidida a ello. No lo ha negado a quien le ha preguntado, pero aún no ha querido hacerlo oficial. Tampoco lo anunció en el pasado comité regional, celebrado el jueves. No tenía ninguna necesidad de someterse a unas primarias, pero la exlíder de Juventudes Socialistas y quien fuera una de los principales activos del PSRM siente que tiene mucho que aportar en la política regional y no oculta el deseo de muchos compañeros de cambio en el PSRM.
Quien más difícil lo tiene es Txema Almela. Sin cargo orgánico ni experiencia en primera línea de la política, afronta el proceso con la ilusión de dar la sorpresa pero con la dificultad de sus rivales, poseedores de apoyos más enhebrados y conocedores de las entrañas de un partido. Pero habla claro, sin ambages: "Quiero revitalizar al partido, porque pienso que hay que hacer algo tras el fracaso de las elecciones de 2023", como así reconocía en Onda Regional. "Hay ganas de cambio en el PSRM", opinaba, crítico con la "inercia pasiva y perdedora" actual.
No sería la primera vez que se plantea optar al liderazgo del PSRM-PSOE, pues en 2021 meditó esa posibilidad, pero finalmente no dio el paso. Entonces confesó recibir muchos apoyos, pero ahora asevera que le convencieron para desistir y dejarle la vía libre a Vélez. "Pensé en presentarme, pero hablaron conmigo y me dijeron que había que ir en unidad y quien tenía el respaldo era Pepe. Fui leal e hice lo mejor para el partido, pero después de cuatro años la situación no es mejor", declaró en la radio pública. Ahora necesita 600 avales (el 12%) para poder presentarse, y ese será su primera prueba para comprobar si va en serio.
Las primarias cambiaron los partidos para siempre. Son procesos menos previsibles, más difíciles de controlar y donde un Pablo Casado puede dar la sorpresa, por ejemplo. Al PSOE le gustan. "Porque", como esgrime Vélez, "somos un partido vivo, somos un partido democrático y participativo". El calasparreño no muestra ningún temor ante sus posibles rivales: "En el Partido Socialista esto es lo normal, la democracia interna. En otros partidos está el dedazo, allí lo nombra el jefe, con el dedo lo marca. Aquí no, aquí lo deciden los militantes y las militantes".
Sí, pero esta vez el PSOE ha despertado de su letargo. Tres nombres muy conocidos aspiran a ser la alternativa al proyecto actual. El PSOE, como el PP, es un partido hecho para gobernar. Y no tolera bien los fracasos. Princesa ha sufrido muchos. Y los militantes, que lo saben, tendrán la última palabra.
