MURCIA. Como todo lo nuevo, debemos ser pacientes con este nuevo servicio que ha llegado para quedarse. Como todo lo nuevo, debemos esperar un poco antes de que el servicio que dan este tipo de empresas sea satisfactorio para el ciudadano. Como todo lo nuevo, la falta de regulación hace que cada una se monte la película a su manera, pero como todo lo nuevo, la competencia hará que la de mayor calidad se gane la confianza de la gente. ¿He dicho nuevo? Tal vez no lo sea tanto, pero esa es otra historia.
Queramos o no, estas agencias están ya hasta en nuestro bolsillo sin saberlo. Podemos abrir WhatsApp y comprobar que AFP Factual, EFE, Maldita y Newtral ya están a un clic para que mandemos nuestras dudas y consultas. Facebook tanto de lo mismo y no me sorprendería pronto peleas para ver quien pone su sello de calidad en TikTok. Cada vez hay más política y menos panadería. Hablamos de un servicio que es gratuito así que ya se sabe, el producto eres tú. Como poco, cada vez que se consulta algo se está registrando interés en ese algo y los temas con más interés serán los más trabajados.
Pero sin entrar en cuestiones como el Ministerio de la Verdad o el papel del Gobierno en todo este proceso… ¿Qué aspecto crítico parece que ha pasado más ignorado hasta el momento?
"¿No debería ser esta información limpia y sin analizar donde debería poner el foco un Gobierno para que sean las diferencias agencias las que sobre un mismo dato enlazaran su trabajo?"
Se empieza a extrañar un sistema de "uniformidad con la información a analizar", más que nada para poder comparar las validaciones de una u otra y no estar aproximando kilómetros con millas. Más claramente, si una agencia verifica una declaración y otra valida una parte de la declaración el resultado puede ser realmente confuso. Aunque suene a chiste hablamos de verificar que lo que se quiere verificar es verdadero (Y dejar claro dónde empieza y acaba el contenido a verificar). Porque todos tenemos claro que cuantas más agencias surjan más puede que se contradigan en el medio plazo. Lo que para unos sea malva para otros es rosa. Si nadie pone orden en este punto otro pronto tendremos dos bloques de agencias, las de una España y las de la otra.
Tenemos encima de la mesa unos análisis que pueden depender de una entonación, de una tilde, de una coma o de un gesto. Aquí no hay algoritmo que valga, es un trabajo minucioso que abarca el espectro que va desde el periodismo hasta la lógica matemática. Esto requiere una base de datos donde nos encontremos un suceso, su registro en vídeo si está disponible, su trascripción minuciosa y saber exactamente que la agencia A está valorando la misma cantidad de contenido que la agencia B. Parece una tontería, pero creo que todos sabemos lo sencillo que es sacar de contexto algo jugando a las medias verdades y recortando trozos a una noticia. ¿No debería ser esta información limpia y sin analizar donde debería poner el foco un Gobierno para que sean las diferencias agencias las que sobre un mismo dato enlazaran su trabajo? Si pero parece que no le importa a mucha gente, ya que a la hora de buscar bulos como mucho encontraremos una super categoría como feminismo o política pero no una clara cronología de sucesos o un avanzado árbol de búsqueda. Quien diga que montar un sistema así es complicado es que no ha ordenado una carpeta en su ordenador en su vida ya que tenemos herramientas más que de sobra para facilitar estos pasos.
Sin contar en la mala fe de ninguna de las partes, estos problemas se pueden, se van a dar y se están dando ya incluso por accidente. Desde un enfoque concreto, la agencia A le puede interesar mucho la precisión de los datos y tumbar un planteamiento porque se ha dado un porcentaje dos puntos erróneos; cuando a otra, puede que le interese más el planteamiento lo acepte como valido.
Trabajar por un lado la concienciación del ciudadano en que estos servicios son necesarios es importante pero la palabra que más se escucha últimamente es Orwelliano cuando la que más se debería escuchar es Fair Play.