El láser de Holmio es un tratamiento mínimamente invasivo que se utiliza en algunas intervenciones de próstata.
Concretamente, para tratar la hiperplasia benigna de la próstata, una enfermedad provocada por la obstruccion de la glandula a la salida de la orina de la vejiga.
Aunque no comporta riesgo de sufrir cáncer, esta dolencia puede dificultar la micción, alterando la calidad de vida de quien la sufre (según algunos estudios, la hiperplasia benigna de próstata afecta al 60% de los hombres mayores de 60 años, y su prevalencia alcanza el 88% en varones de más de 80).
Por otra parte, y aunque se trate de una enfermedad a priori benigna, la ausencia de tratamiento o seguimiento puede derivar en complicaciones como hematuria, infecciones urinarias de repetición, formación de cálculos vesicales, retención urinaria o insuficiencia renal.
¿Qué síntomas tiene la hiperplasia benigna de próstata?
La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino que rodea la parte de la uretra, justo por debajo de la vejiga.
La principal función de la próstata es fabricar líquido prostático, protegiendo a los espermatozoides, y maximizando las posibilidades de la fecundación humana, y, por su posición, supone una «encrucijada» entre la vía urinaria y la vía seminal.
Según explica el Dr. Antonio Romero, Urólogo de Quirónsalud Murcia, la hiperplasia benigna de próstata (HBP) se manifiesta, fundamentalmente, «como dificultad para orinar, chorro miccional flojo, micciones frecuentes y sensación de no vaciar completamente la vejiga tras la micción».
El aumento del número de micciones durante el día (polaquiuria), la necesidad de levantarse por la noche para orinar (nocturia), la urgencia o la sensación de goteo después de la micción también son síntomas que pueden relacionarse con la HBP.
Respecto a las causas del agrandamiento benigno de la próstata, no están claras, aunque clásicamente se ha aceptado la teoría de que puede deberse a un cambio en el equilibrio de las hormonas sexuales a partir de los 40 años.
«Lo que sí está claro es que algunos de los factores de riesgo de sufrir síntomas del tracto urinario inferior relacionados con la hiperplasia benigna de próstata son la edad, la historia familiar, la diabetes, la enfermedad cardiovascular y la obesidad», confirma el Dr. Cristóbal Moreno, urólogo de Quirónsalud Murcia.
¿Cómo se realiza el tratamiento con láser Holmio para la próstata?
A grandes rasgos, el láser de Holmio es una fuente de energía que, mediante una fibra milimétrica, permite extraer el tejido prostático a través de la uretra para que sea analizado en el laboratorio.
«El tratamiento con láser Holmio para tratar la hiperplasia benigna de próstata es una cirugía endoscópica que se efectúa a través de la uretra del paciente, permitiendo extirpar y eliminar de forma completa la zona de transición, que es la parte más interna de la próstata», explica el Dr. Cristóbal Moreno.
¿Cuáles son las ventajas de esta técnica?
La eliminación completa es la principal ventaja del láser Holmio ya que, con otro tipo de intervenciones, es posible dejar tejido residual que puede crecer con los años y producir una nueva obstrucción.
En este sentido, el Dr. Antonio Romero añade que, aunque todos los láseres utilizan una fuente de energía para lograr la extirpación del tejido prostático, «el láser de Holmio ha logrado un beneficio demostrado en la literatura científica desde hace muchos años, estando especialmente indicado en próstatas de gran tamaño donde se consigue la extracción total, con menor riesgo de sangrado y con una buena calidad miccional posterior».
Según explica el urólogo de Quirónsalud Murcia, además de la experiencia y la eficacia, este procedimiento es mucho menos invasivo que la cirugía convencional, lo que se traduce en un postoperatorio más sencillo y en una recuperación mucho más rápida.
«Tras la operación, el paciente sale del quirófano portando una sonda vesical que, según la evolución, se retira en 24-48 horas. En los días posteriores, puede presentar micciones con orina teñida de sangre de mayor a menor cuantía. También escozor y molestias en la uretra y el periné que irán desapareciendo poco a poco y que pueden tratarse con antiinflamatorios», concluye el urólogo Cristóbal Moreno.
Respecto a la vuelta a la vida rutinaria y los cuidados posteriores, los especialistas de Quirónsalud son bastante optimistas.
«Generalmente, entre 2 y 4 semanas después del alta hospitalaria, el paciente puede llevar una vida “normal”, aunque es aconsejable ingerir abundantes líquidos, y durante los dias posteriores al alta no realizar grandes esfuerzos, es frecuente que durante estos dias aumente la frecuencia de tener que ir al baño a orinar, esto es normal al principio, comenta el Dr. Antonio Romero.
«No podemos olvidar que, por tratarse de una alternativa de la cirugía clásica vía abierta y por ser mínimamente invasiva, el láser Holmio no tiene los inconvenientes del dolor limitante de la herida ni de la debilidad que puede dejar el sangrado intra y posoperatorio».
¿En qué casos se recomienda operar?
El tratamiento con láser Holmio está indicado prácticamente para todos los pacientes en casos de hipertrofia prostática, siendo especialmente eficaz en próstatas de gran volumen.
El menor riesgo de sangrado por su coagulación eficaz, así como la disminución de la estancia hospitalaria o la rápida incorporación a las tareas habituales, hacen de esta intervención una alternativa para muchos pacientes de Quirónsalud Murcia.
Sin embargo, el tratamiento de la hipertrofia prostática depende de diferentes factores, entre ellos, la fase en la que se encuentre, la sintomatología que produce, las características del paciente o la repercusión que dicha obstrucción esté provocando a la salida de la orina.
El Dr. Romero incide en la importancia de realizar una exploración física al paciente, con palpación de la próstata y otras pruebas fundamentales como una flujometria, una ecografía del aparato urinario, una analítica donde se estudie el PSA (Antígeno Prostático Específico) y un “test” para valorar la sintomatología.
«En función de estos resultados», añade el especialista de Quirónsalud Murcia, «lo usual, en fases tempranas de la enfermedad, es iniciar un tratamiento médico mediante fármacos que ayuden a relajar el tejido prostático y, de esta forma, facilitar la salida de la orina con mayor confortabilidad. También es necesario llevar un control periódico por parte del especialista en urología antes de tomar una decisión».
Por último, los especialistas del servicio de urología de Quirónsalud Murcia recuerdan que, aunque no reviste riesgos a corto plazo, no tratar la hiperplasia de próstata puede tener repercusiones negativas sobre el organismo.
«La función de la vejiga es almacenar la orina y vaciarla cada cierto tiempo. Este proceso, que aparentemente es tan sencillo, requiere una situación anatómica y neurológica muy compleja, de tal forma que si un paciente presenta dificultad miccional de origen prostático de manera crónica y no es tratada, puede desencadenar mayor riesgo de infecciones urinarias, posibilidad de afectación de la función renal con dilatación de las vías urinarias superiores, insuficiencia renal e incluso retención aguda de orina con la necesidad final de tener que poner una sonda vesical para resolver esta situación de urgencia», explica el Dr. Antonio Romero.
En todas estas situaciones, el tratamiento preventivo más probable es la resolución extrayendo por vía uretral el tejido prostático que produce dicha obstrucción gracias a técnicas avanzadas y con excelentes resultados como el láser Holmio.
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