una región en marcha / OPINIÓN

Trasvases y pantanos contra las inundaciones

18/12/2021 - 

MURCIA. Las terribles inundaciones que ha sufrido el norte de España y de forma muy especial las riberas del Ebro han vuelto a ser noticia de actualidad durante estos últimos días. De nuevo fuertes precipitaciones y abundantes nevadas provocan el desbordamiento de los ríos asolando poblaciones y castigando a los sufridos agricultores.

En Murcia y en la España seca vemos con tristeza cómo miles de hectómetros de una preciada agua dulce en lugar de servir para generar riqueza y prosperidad se convierte en un elemento de devastación, daño y dolor antes de desembocar en el Mediterráneo.

Una de las principales herramientas para mitigar los efectos de los fenómenos meteorológicos extremos, además de los encauzamientos y limpieza de cauces, es la construcción de embalses para almacenar y regular el caudal de los ríos.

España ha contado durante los últimos cien años con una política hidráulica ejemplar, que ha trascendido a ideologías y regímenes políticos, consiguiendo llegar a una capacidad de embalse de más de 50.000 hm3. Sin embargo, todavía queda mucho por hacer para prevenir estas avenidas y aprovechar el agua de las crecidas provocadas por lluvias o deshielos.

"DURANTE AÑOS SE HA ASOCIADO LA CONSTRUCCIÓN DE PANTANOS CON OBRAS FRANQUISTAS, OBVIANDO QUE DESDE 1921 ESPAÑA HA SIDO UN REFERENTE MUNDIAL"

Durante años se ha asociado, interesadamente, la construcción de pantanos con obras franquistas, obviando que desde 1921 España ha sido un referente mundial en regulación y aprovechamiento del agua como motor del desarrollo agrario. Desde la monarquía de Alfonso XIII pasando por la dictadura de Primo de Rivera, la Segunda República, el régimen de Franco hasta la democracia actual, políticos de diferentes ideologías propusieron la construcción de pantanos y trasvases como elemento esencial para prevenir inundaciones, aprovechar y compartir el agua.

Una de las prioridades de la estrategia de la Europa verde y sostenible son las acciones que evitan el deterioro medioambiental y los perjuicios económicos que una climatología adversa puede causar. Precisamente en este sentido incrementar la capacidad de embalse de los ríos permite no solo mitigar el efecto de las crecidas sino también aprovechar el agua antes de que desemboque en el mar.

Los miles de hectómetros cúbicos que llegan al mar dejando en su camino cuantiosos daños medioambientales y personales podrían ser utilizados para facilitar trasvases desde zonas excedentarias hacia las deficitarias, crear empleo y desarrollar una agricultura moderna y sostenible con la que se pueda mitigar decididamente los efectos de los fenómenos climatológicos adversos.

El agua de nuestros ríos bien gestionada se podría utilizar para incrementar el regadío en zonas de secano, áridas o semidespobladas (la España vaciada) hasta más de 9 millones de hectáreas, creando centenares de miles de puestos de trabajo, reteniendo población y absorbiendo casi la totalidad de CO2 emitido por nuestra nación.

En este sentido, la regulación de la cuenca del Segura con su plan de defensa contra avenidas es un ejemplo de acertada planificación hidráulica al servicio del territorio, el desarrollo sostenible y el bienestar de las personas. Se ha conseguido disminuir el riesgo de inundaciones, incrementar la capacidad de almacenamiento de agua y dotar de seguridad a las poblaciones y las personas.

El trasvase Tajo-Segura es otro ejemplo de eficiente gestión en el aprovechamiento del agua y regulación de los ríos. Al promover el regadío ha incrementado la producción de alimentos, creado empleo y mejorado la calidad de vida de las personas a la vez que genera un manto verde que combate la desertificación y capta el CO2 producido por la actividad humana, consiguiendo una gestión sostenible de los recursos naturales al servicio del planeta y de sus habitantes.

Miguel Ángel Cámara Botía

Catedrático de Química Agrícola

Director Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica

Universidad de Murcia

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