Los Alcázares, en 2019, azotada por la DANA. Foto: MARCIAL GUILLÉN (EFE)MURCIA. En los últimos años una de las principales agresiones ambientales que experimenta el Mar Menor es debida a las cada vez más frecuentes inundaciones provocadas por las lluvias torrenciales que incrementan el nivel del agua del mar, arrastran toneladas de materiales de todo tipo y causan los fenómenos de anoxia que destruyen parte de la biodiversidad de la laguna.
"Uno de los mayores destinos del Mediterráneo se ha convertido en un lugar muy poco atractivo para vacaciones"
Las inundaciones perjudican el ecosistema lagunar y provocan daños cuantiosos en las poblaciones ribereñas. Todavía recordamos estremecidos las imágenes de dolor e indignación, viviendas anegadas y enseres perdidos por las feroces inundaciones que asolaron los Alcázares, Los Nietos o Los Urrutias. La DANA de 2019 afectó a unas 10.000 viviendas, comercios e industrias con unas pérdidas de 600 millones de euros; antes fue la de 2016 y posiblemente en el futuro se repetirán nuevos episodios similares.
La inseguridad ante la climatología adversa y la degradación de la zona costera del Mar Menor por la acumulación de lodos y sedimentos han provocado una clara depreciación del valor de las viviendas y una importante disminución del alquiler vacacional. Uno de los mayores destinos turísticos del Mediterráneo se ha convertido en un lugar muy poco atractivo para vacaciones o nuevas inversiones residenciales, deportivas o de ocio, dañando la economía regional y local.
Como consecuencia de los desastres climatológicos, se han elaborado planes de prevención escasamente coordinados entre las administraciones; poco se ha avanzado y ejecutado, salvo algunas medidas parciales destinadas a corregir los vertidos al Mar Menor. A día de hoy, los habitantes de esas poblaciones miran al cielo con miedo y temor cuando se prevén tormentas porque no ven medidas efectivas de prevención que les genere seguridad.
Hay ejemplos en el ámbito internacional que muestran cómo se está haciendo frente a los problemas que causan las inundaciones. Uno de ellos en USA: la construcción de un canal de prevención de inundaciones de más de 48 kilómetros entre Fargo (Dakota del Norte) y Moorhead (Minnesota) liderado por un consorcio inter-administraciones para desviar las aguas pluviales y de tormentas lejos de los centros de población, que además va a ejecutar una empresa española. ¿Por qué no trasladar la iniciativa a nuestra región?
La UE, desde 2015, ha impulsado como una de las líneas prioritarias de financiación la lucha contra las inundaciones como acciones contra el cambio climático. Es necesario un liderazgo claro que coordine el trabajo y el talento al servicio del interés general y aúne los esfuerzos de las administraciones para acometer los proyectos necesarios para impedir las inundaciones de las poblaciones y los vertidos al Mar Menor.
¿Sería factible la construcción de un canal perimetral antinundaciones que sirviera para mitigar el cambio climático y desviar aguas pluviales, de escorrentías y de tormentas de las poblaciones ribereñas del Mar Menor? Los fondos Next Generation son una oportunidad y la prioridad es evidente por razones medioambientales, económicas y sociales. Serviría para recuperar la confianza y seguridad de las personas y propiciaría un relanzamiento de la actividad económica local y regional.
Miguel Ángel Cámara Botía
Catedrático de Química Agrícola
Director Cátedra de Ecoeficiencia Hídrica
Universidad de Murcia
