El ciclo de incrementos de tasas de interés del Banco de Inglaterra hasta la fecha, que ha sido rápido y fuerte, definitivamente ha dejado los efectos deseados
MADRID. Todavía vemos factible un último aumento de tipos en el Reino Unido. Sin lugar a dudas, los datos de actividad en el margen actual muestran claros signos de desaceleración. Por ejemplo, el Producto Interno Bruto (PIB) se contrajo más de lo esperado en julio, los indicadores de sentimiento han caído y en lo que respecta al mercado laboral, el número de demandantes de empleo está aumentando, mientras que las ofertas de trabajo se están reduciendo.
El mercado de viviendas ha estado debilitándose en los últimos meses. Por lo tanto, el ciclo de incrementos de tasas de interés del Banco de Inglaterra (BoE) hasta la fecha, que ha sido rápido y fuerte, definitivamente ha dejado los efectos deseados.
Sin embargo, la política monetaria restrictiva hasta ahora ha tenido poco impacto en el desarrollo salarial. Aquí, la combinación de tasas de inflación elevadas y una escasez de mano de obra simultánea sigue alimentando fuertes incrementos salariales. Y aunque es probable que la dinámica se debilite en los próximos meses, pasando del actual 8,5% interanual a alrededor del 6% a finales de año, el impulso sigue siendo insoportablemente alto para el BoE.
Este riesgo es probable que lleve al organismo a aumentar las tasas de interés en otros 25 puntos básicos, alcanzando un nivel del 5,5% este hueves, antes de adoptar una postura de espera. Sin embargo, dada la virulencia de los efectos de segunda ronda, se debe enfatizar que no se espera un rápido fin a los niveles elevados de tasas de interés.
Katrin Loehken es economista especializada en Reino Unido y Japón en DWS