Inaugura este viernes la instalación 'Larva'

Sergio Porlán crea un hábitat metafórico en el Cuartel de Artillería con setas vaporizadas con sudor y lágrimas

27/01/2023 - 

MURCIA. Decir que el arte del lorquino Sergio Porlán está vivo no sería, en este caso, una mera figura retórica. Porque su exposición Larva -que inaugura este viernes, a las 20.00 horas, en el Pabellón 1 del Cuartel de Artillería de Murcia- ha transformado el espacio expositivo en una especie de hábitat donde las obras son organismos vivos, delicados y cambiantes, que pueden crecer, mutar o morir. Esto es así, explica su creador, porque el proyecto que presenta se basa en el cultivo de setas Pleurotus Ostreatus, que crecen con la vaporización de secreciones humanas. Concretamente con lágrimas y sudor, que además de contribuir a la vida de estos hongos llevan implícitas connotaciones metafóricas y poéticas. Para ello, además de sus propias secreciones mezcladas con agua, Porlán ha recurrido a donantes que han contribuido así a que la vida se abra paso en este proyecto artístico que no deja de ser efímero tal y como se presenta.

Larva, comisariada por Isabel Durante, se ha instalado en un espacio del Cuartel de Artillería acotado con cortinas negras para que, a modo de una caja oscura, se cree en su interior un hábitat muy especial, donde coexistirán 42 alpacas y cinco esculturas con ostras, además de una instalación con vaporizadores. Todo forma parte de una metáfora con la que el artista quiere transmitir la necesidad de afrontar tras la pandemia los problemas ambientales para dar forma a un futuro vivo en el que todo esta imbricado (siguiendo la teoría de la Ecología Oscura de Timothy Morton). Así, en esta instalación los diferentes sustratos cohabitan juntos.

Un contexto envolvente con una particular escenografía

Esta nueva exposición de Sergio Porlán -también gestor cultural como director del Centro Párraga y el Cendeac- sigue la estela de anteriores proyectos en los que a través del arte enfrenta al espectador a un mundo distanciado de la percepción cotidiana de las cosas, frágil, enigmático y crítico a la vez. Asimismo, vuelve a hacer al espectador partícipe al introducirlo en contextos envolventes y con una particular escenografía. 

La comisaria de la muestra destaca que "como si de un autorretrato se tratara, Sergio Porlán sitúa el relato de este proyecto en una intersección donde se generan significativas transformaciones, en un espacio de mutación donde el cuerpo adquiere una presencia no antropomórfica que supera lecturas epidérmicas". 

En cuanto a la representación formal, añade, "el artista enfatiza aquellos elementos que, a priori, no son evidentes, sino latencias que se materializan en forma de vapor a las que añade una suerte de fluidos corporales, connotando, de este modo, la instalación que se completa con unas placas de la que brotan hongos Pleurotus Ostreatus y unas cajas de luz dispuestas en el suelo. Sobre estas estructuras superpone un conjunto de esculturas de cobre y conchas animales que jalonan la sala. Todo ello, nos sumerge en el recorrido de la exposición como si de un organismo vivo se tratara, diseccionando lo humano desde una postura biopolítica.

"Larva es el semblante de una realidad que ha cambiado, de un momento en el que es preciso extinguir los parámetros fijados desde antiguo y comprender la ausencia. El ojo ya no es determinante y la identidad precisa de otros valores para ser reconocida en toda su complejidad. Es un intento de buscar nuevas formas de explorar el mundo, de afrontar la muerte y de arrojar luz sobre la condición humana y sobre la sociedad contemporánea", concluye Isabel Durante

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