MURCIA. La era de Inés Arrimadas como nueva líder de Ciudadanos ya ha echado a andar de manera oficial. El proceso de renovación, paralizado por el coronavirus, concluyó su última etapa con la celebración de la V Asamblea General, que fue clausurada este domingo tras cuatro días de congresos celebrados de forma telemática. Arrimadas toma el relevo de Albert Rivera, que presidió el partido durante trece años hasta su renuncia por el descalabro electoral, y se pone al frente de una ejecutiva de 35 miembros, que cuenta con dos murcianas (Ana Martínez Vidal e Isabel Franco), y de un renovado consejo general de 125 integrantes, entre los que se encuentran seis dirigentes de la Región de Murcia.
El consejo general, el órgano encargado de controlar la labor de la ejecutiva, se ha renovado con la incorporación de 125 afines a Inés Arrimadas. El 90% de los más de 400 compromisarios han respaldado la lista oficialista (se presentaron 141 candidatos) y rechazaron la posibilidad de integrar a representantes críticos de la agrupación de Francisco Igea, la candidatura que perdió las primarias.
Los seis dirigentes regionales son María José Ros Olivo (directora general de Comercio), Valle Miguélez Santiago (diputada autonómica y responsable de Organización de la gestora del partido en la Región), Eva García Bastida (militante molinense), José Luis Ros Medina (concejal de San Pedro y exsecretario de Comunicación regional), Antonio Puche Martínez (concejal de Yecla) y Jerónimo Moya Puerta (portavoz de la gestora y teniente de alcalde de Cehegín).
Los compromisarios también dieron el visto bueno a los nuevos estatutos y al documento que define la estrategia de la formación, que no incluyó ninguna enmienda del sector crítico. No en vano, la dirigente catalana (de origen jerezano) se impuso en marzo a su rival, el castellanoleónes Francisco Igea, con el 77% de los votos (el 71% en la Región). La flamante dirección ha dado sus primeros pasos regresando al centro, al tender la mano al Gobierno y pactar medidas durante la crisis del coronavirus, en una posición que le desmarca del PP -más severo en sus críticas, aunque también ha apoyado iniciativas de Pedro Sánchez- y sobre todo de Vox -partidario del bloqueo, al negarse a escuchar al Ejecutivo-.
Una vez concluido el proceso nacional, ahora se abre el turno para renovar las estructuras regionales. La dirección de la Región está en manos de una gestora provisional, formada por Jerónimo Moya, Valle Miguélez y David Sánchez. Los estatutos no contemplan la figura de un líder, siguiendo la estela que ha marcado la formación desde su fundación con el pretexto de "evitar 17 PSC", como en más de una ocasión ha enfatizado Arrimadas. Precisamente los críticos reclamaban más autonomía de las ejecutivas regionales frente a la dirección nacional.
El sector crítico de la Región, que se alineó con las tesis de Igea y que reclamaba un nuevo rumbo, ha quedado fuera de la primera línea del partido y de la política, con la excepción del senador autonómico -y exportavoz regional- Miguel Sánchez. Tras su derrota, las principales voces de este grupo -en el que figuraban los exdiputados nacionales Miguel Garaulet y José Luis Martínez- apelan a enterrar el hacha de guerra y hacían un llamamiento para reconstruir el partido, como así manifestaba José Luis Martínez a Murcia Plaza.