MURCIA. La Murcia del siglo XVII contó con tres teatros comerciales diferentes. De todos, el más importante, desde 1609, fue el teatro del Toro. Rafael Sánchez Martínez, profesor asociado de la Universidad de Murcia (UMU) hasta el pasado año, ha publicado recientemente un artículo con datos novedosos sobre el teatro en la ciudad en el que muestra por primera vez cómo era el interior del corral de comedias del Toro, el teatro más importante de Murcia en el siglo XVII y durante los 200 años posteriores, según informaron fuentes de la institución docente.

El artículo, titulado El teatro en Murcia en el siglo XVII: El corral de comedias del Toro, a la luz de nuevos datos, ha sido publicado en el último número de la revista Murgetana, editada por la Real Academia Alfonso X el Sabio, y analiza pormenorizadamente el espacio escénico más importante de Murcia en los siglos XVII y XVIII a partir de documentos y datos archivísticos del siglo XVII.

Ya existían estudios sobre el corral de comedias del Toro de Murcia y los teatros barrocos de esta ciudad, pero a partir del reciente descubrimiento de nuevos datos sobre los espacios escénicos se ha podido realizar una fidedigna reconstrucción documental de las características del teatro del Toro, incluyendo planos que dan cuenta de cómo era el local.

Las representaciones de teatro comercial en los corrales de comedias de la actual región de Murcia se venían produciendo, con evidencias documentales, desde al menos el año 1589. Una carta del Consejo de Castilla al Corregidor de Murcia, Cartagena y Lorca así lo atestigua: "Corregidor de las ciudades de Murcia, Lorca y Cartagena, Su Majestad teniendo noticia que en esas ciudades se representan comedias".

El teatro influyó extraordinariamente en todas las ciudades españolas en el siglo XVII, y Murcia no fue una excepción, asegura el investigador. Hay que tener en cuenta que es la época en la que eclosionaron las más importantes plumas de la literatura española (Lope de Vega, Calderón de la Barca, Tirso de Molina, Quevedo, Cervantes), y en este corral de comedias se representaron muchos de sus textos.

"Si una ciudad poseía un potente teatro, las mejores compañías pasaban por dichas urbes. Y esto ocurrió con la construcción de la casa de comedias del Toro en Murcia", ha asegurado Sánchez Martínez, para quien este edificio fue una casa de comedias referente en toda la corte y un ejemplo para la construcción de otros teatros posteriores que se construirían a partir del siglo XVII.

Un elemento importante en la vida cultural

Sánchez Martínez aporta datos concretos y contrastados sobre las dimensiones, las partes, los elementos constructivos, los materiales en los que se construyó, su importancia social y la forma que tuvo el teatro más importante en la ciudad de Murcia en el siglo XVII. La creación del teatro del Toro y su desarrollo como edificio fue un elemento importante en la fisionomía de la ciudad y en la vida cultural, literaria y social de capital murciana en época barroca.

El Corral de comedias se situó entre las actuales calles Eulogio Soriano y de los Apóstoles. Tenía unas medidas de 450 metros cuadrados, lo que lo convierten en uno de los mayores de su tiempo, y constaba de planta baja, dos pisos de altura y forma semicircular, como los teatros clásicos. Su planta y elementos constructivos se copiaron del teatro de Córdoba, uno de los mejores de la época, e integraba en su seno 26 columnas de mármol blanco procedentes de la almeriense sierra de Filabres.

En su artículo, Sánchez Martínez explica la importancia social que tuvo en su momento acudir a este teatro y lo cotizados que estaban sus asientos, dándose repetidos pleitos por acceder y heredar puestos en el teatro, hasta el punto de que el cabildo hubo de designar a comisarios para repartir los bancos y balcones más destacados de la casa de comedias.

Asimismo, describe que "en el teatro del Toro a lo largo del siglo XVII, se fueron creando distintas entradas para que acudiera a la casa de comedias un determinado público por cada uno de sus accesos. La entrada principal por donde entraban la mayoría de espectadores desde 1609 se construyó en la antigua muralla del alcázar Nassir, en la parte norte del edificio teatral, lindando con la calle de Santa María (calle que también llevaba a la Catedral de la ciudad). Esta entrada, que medía aproximadamente 4 m de largo, daba paso a un zaguán donde se hallaba una letrina y la alojería, y desde este zaguán se accedía al patio del teatro. Desde aquí se repartía el público masculino a las gradas, a los bancos del patio y después de 1622, a los hombres de los aposentos", señala el estudio, que añade que dicha entrada se fue remodelando con el paso del tiempo. 

Desde el inicio, también, se creó una entrada en la pared opuesta a la de la muralla (en la parte sur del inmueble), para dar acceso a las mujeres que subían a la cazuela. Sobre la entrada de las mujeres a los aposentos, el acceso fue compartido hasta 1622, "pero por orden del Consejo de Castilla los hombres y las mujeres debían entrar al teatro de forma diferenciada. Así pues, se construyó una escalera que desde del patio, en la zona cercana a los vestuarios, los hombres subían a sus aposentos".

Allí actuaron las compañías de Pedro Valdés, Damián Arias Peñafiel, Lorenzo Hurtado de Mendoza, Magdalena López, Ángela de León y Ángela Barba. "Pero el teatro no se queda sólo ahí, no es un movimiento para el propio teatro, sino que se proyecta en las ciudades, en los hombres y en los acontecimientos construyendo hitos y mitos, siendo parte de la evolución del ser humano y su entorno, formando parte de la historia. Así pues, la casa de comedias y teatro del Toro de la ciudad de Murcia, en el siglo XVII, es una parte muy importante de nuestra historia, que por todo lo explicado y argumentado en este trabajo ha salido otra vez a la luz con nuevos e interesantes datos", afirma el autor.