Un agricultor cultiva pimientos en una huerta de Santomera. Foto: EDU BOTELLA (EP)MURCIA. Los agricultores murcianos vienen demandando medidas que permitan desarrollar su actividad en condiciones dignas y que no se les convierta en la diana de las políticas medioambientalistas extremas. El mundo rural ha demostrado su capacidad de resiliencia, superando obstáculos y venciendo las dificultades que de forma reiterada se han encontrado durante estos últimos años.
La agricultura que se realiza en Murcia y de forma muy especial en las zonas regables es ejemplar y referencia en innovación, tecnología y digitalización a nivel mundial. El regadío permite producir más con menos superficie, genera grandes mantos verdes que contribuyen a luchar contra la desertificación, crea empleo, suministra alimentos e impide la despoblación.
El esfuerzo que los regantes murcianos hacen para minimizar los impactos ambientales de su actividad, produciendo más con menos agua y agroquímicos, es admirado por la comunidad científica internacional. Su implicación en la preservación del ecosistema del Mar Menor es extraordinaria, de manera que no sólo no son el problema, sino que sus buenas prácticas marcan el camino de la solución.
"La nueva mayoría política de centro derecha supone una gran ocasión para recuperar la Huerta de Europa"
La agricultura inteligente del Campo de Cartagena está demostrando que es perfectamente compatible mantener los usos agrícolas en zonas medioambientalmente sensibles. Cada vez hay más opiniones autorizadas que consideran que la conservación ambiental del Mar Menor no pasa por la prohibición del regadío o su sustitución por placas solares, sino por evitar los vertidos de ramblas y escorrentías con agua de lluvias, del acuífero o residuales.
La nueva mayoría política de centro derecha surgida en las recientes elecciones autonómicas supone una gran ocasión para recuperar la "Huerta de Europa", restituir el prestigio y buena imagen de nuestros agricultores y reconocer que son los principales protagonistas del espectacular desarrollo socioeconómico de nuestro territorio.
Es el momento para plantear nuevas políticas que respondan a los problemas del campo y dignifiquen la actividad agraria. Se trata de impulsar las modificaciones normativas oportunas con la participación de todos los afectados (regantes, empresarios, asociaciones, sindicatos, universidades, profesionales, etc.) para favorecer la actividad agrícola y ganadera.
La principal prioridad debería ser corregir el grave déficit hídrico que padecemos y asegurar la disponibilidad de agua para el regadío. Ello puede conseguirse mediante una planificación nacional que contemple la interconexión de cuencas, ampliación de la capacidad de embalse, trasvases de cuencas excedentarias a deficitarias, desalación y aprovechamiento de aguas bien depuradas.
A escala regional es fundamental modernizar y reformar las EDAR para posibilitar la reutilización de aguas depuradas, reducir el nivel freático del acuífero del Campo de Cartagena, renovar la red de alcantarillado de las poblaciones costeras con sistemas separativos de pluviales y conseguir amortiguar el coste de producción de agua desalada para uso agrícola.
No se puede olvidar que gracias al Trasvase Tajo-Segura y al espíritu emprendedor de los murcianos se logró transformar el secano en una fértil huerta, de manera que esta Región se convirtió en una gran potencia agroindustrial. Pasamos de ser tierra de emigrantes a convertirnos en foco de atracción para quienes buscaban trabajo.
Un gran acuerdo social y político puede sentar las bases para restituir el prestigio de la agricultura murciana, recuperar la competitividad de la actividad agrícola y conseguir asociar Murcia como sinónimo de calidad, innovación y compromiso ambiental. Es decir, terminar con la injusta criminalización de la actividad agrícola murciana que abastece de alimentos a toda Europa.
La nueva cita electoral, que marcará el devenir del gobierno de España durante los próximos años, es una oportunidad para incorporar las propuestas del campo murciano con el fin de solucionar los problemas del mundo rural. Ideas, experiencia y saber hacer hay; es cuestión de encontrar dirigentes comprometidos que las defiendan.
Miguel Ángel Cámara Botía
