MURCIA. La reciente inauguración de la autovía Yecla-Caudete es una de las últimas actuaciones que quedaban pendientes del proyecto de Región generado en los años 1995-2005. Esa década fue, a pesar de la profunda crisis de la que se venía, la de mayor progreso socioeconómico que históricamente ha vivido la Región de Murcia.
Los desafíos a los que Murcia se enfrentaba en los finales de los 90 eran múltiples y variados: escasez de agua, deficientes y escasas infraestructuras de transporte, paro creciente, déficit de infraestructuras sanitarias y un largo etcétera. Algunas de ellas, tristemente, se mantienen en el tiempo.
En aquellos difíciles años había que hacer frente a una grave crisis económica y de confianza ciudadana. Por ello, la prioridad fue reducir el déficit público acumulado, impulsar la actividad económica, generar empleo y conseguir la cohesión social.
"La estabilidad política alcanzada EL 28M puede permitir acometer nuevas iniciativas"
Los gobiernos locales y el autonómico diseñaron proyectos liberales ilusionantes, consensuados y realizables que transformaron las ciudades y mejoraron la vida de sus habitantes. Se recuperó la confianza empresarial y social y se esbozó una estrategia de futuro para corregir las graves carencias de la Región.
Se consiguió poner en marcha un proyecto que no dejaba a nadie atrás y que preveía un crecimiento económico compatible con la preservación del medio ambiente y los avances sociales. Con un amplio consenso ciudadano se planificaron los proyectos a ejecutar para conseguir incrementar la competitividad del tejido económico y hacer frente a la demanda de servicios públicos de calidad.
Se planeó una ambiciosa red de carreteras de alta capacidad para terminar con el secular aislamiento con la capital de España; así como vertebrar internamente la región con las autovías Murcia-Mar Menor, Murcia-Caravaca, Lorca-Águilas, Crevillente-Cartagena-Águilas, Murcia-Yecla-Fuente la Higuera, entre otras.
El aeropuerto internacional o la llegada del AVE a Murcia se gestaron en innumerables sesiones con los diferentes ministerios durante los años 2001-2003 hasta que finalmente vieron la luz, aunque todavía quede pendiente la extensión a Cartagena y Lorca o el siempre pendiente puerto de El Gorguel.
"Murcia se convirtió en ciudad de referencia internacional de gestión eficiente del agua"
Se ejecutó el mayor plan de depuración de aguas residuales de nuestra historia para recuperar ecológicamente el río Segura, terminar los vertidos de aguas residuales el Mar Menor y propiciar la reutilización de aguas urbanas depuradas en la agricultura. De forma singular Murcia se convirtió en ciudad de referencia internacional de gestión eficiente del agua.
La agricultura contó con una administración volcada en conseguir compensar el déficit estructural de agua mediante trasvases de zonas excedentarias y defender, hasta la extenuación, la estratégica y esencial función de los agricultores en el desarrollo regional. El Plan Hidrológico Nacional de 2001 garantizaba el agua necesaria para cubrir las necesidades urbanas, industriales y agrícolas de la región. Sin embrago, en 2004 el gobierno de Rodríguez Zapatero suprimió el trasvase del Ebro, volviendo a sumergirnos en la incertidumbre hídrica que todavía hoy padecemos.
La estabilidad política alcanzada a partir de las elecciones de mayo del pasado año, gracias a los gobiernos de centroderecha, puede permitir acometer nuevas iniciativas que, al igual que en el pasado, ayuden e impulsen la actividad de nuestros empresarios y autónomos, defiendan y protejan al sector agropecuario y amplíen y mejoren la calidad de los servicios públicos.
Ante un futuro cada vez más incierto y competitivo se necesitan nuevas políticas que respondan a las necesidades reales de la sociedad y permitan mejorar la vida de los ciudadanos.
Se trata de recuperar el tiempo perdido y generar un nuevo proyecto transformador en el que los ciudadanos se vean reflejados. Es recobrar la confianza en el futuro.
Miguel Ángel Cámara Botía