Votación en el debate del estado de la Región, celebrado en la Asamblea Regional. Foto: A. R. M.MURCIA. No es que con la llegada del verano mi subconsciente me traicione y me haga pensar en líquidos, no. Es que he tenido la santa paciencia de seguir el debate del Estado de la Región, cosa que tiene mérito porque ha habido momentos para arrancarlos de cuajo y echarlos en una fosa que cantaba Pepa Flores.
Alucinante. Se suponía que esto va de la Región de Murcia, de nuestra situación, de proyectos, de la hoja de ruta para la postpandemia.
Pues les adelanto que no. Que definitivamente estamos inmersos en la política líquida que nos explicó Bauman y parece que vamos a seguir en esta inconsistencia los dos próximos años.
No hay nada sólido en el discurso del Gobierno regional, ni horizonte a medio o largo plazo, ni iniciativas, ni proyectos… De hecho, había momentos en que no sabía si estaba escuchando el debate del Estado de la Región o de la Nación porque de manera recurrente el presidente regional hablaba del Gobierno de España o de Cataluña.
"Es difícil encontrar tiempos políticos tan líquidos como los que vivimos"
Es difícil encontrar tiempos políticos tan líquidos como los que vivimos. Basta con mirar el Consejo de Gobierno para ver la liquidez de nuestra política: los consejeros como los líquidos no conservan su forma mucho tiempo, la mitad han cambiado en un año de ideas y de partido. Es el mismo Consejo de Gobierno en el que en los últimos siete meses han cambiado ocho consejeros, alguno con una duración en el cargo de quince días. Y es que mientras los sólidos mantienen su forma en el espacio y el tiempo, los líquidos cambian en función del recipiente. Pues con los políticos líquidos ocurre igual: se mueven no por ideología derecha-izquierda sino por su particular eje de beneficio-progreso personal, de ahí el trasiego.
En esta liquidez cabe todo, las leyes se cambian en función de un único beneficiario -Ley del Presidente- y se anuncia que se modificaran por decreto siete leyes para simplificar (léase esquivar) trámites medioambientales.
Con el Mar Menor agonizante, el presidente anuncia ahora la creación de un Observatorio del Mar Menor y los de a pie nos preguntamos: ¿Está de broma o nos toma el pelo? Política liquida, sin más recorrido que el momento del atril y la nota de prensa a los medios de comunicación. O se presenta el Observatorio LGTBI con la ausencia total de las asociaciones LGTBI porque para la política líquida lo que importa es la foto, pura propaganda líquida para el día del Orgullo Gay.
Y pese a esa inconsistencia política, en esta Región los ciudadanos de a pie se esfuerzan cada día por generar riqueza, arriesgan, invierten, hacen proyectos de futuro y mantienen a flote este barco en el que viajamos todos. ¡Dios, qué buen vassallo! ¡si oviesse buen señor!
Rosa Peñalver Pérez.
Docente. Jubilada.
