MURCIA. Luz verde a la adjudicación de las obras. Tres años después de que el peso de una hormigonera hiciera que se desplome el puente que unía la pedanía murciana de El Raal con la de La Basca en Beniel, el Ayuntamiento de Murcia ha adjudicado a una UTE formada por las empresas Abala y Metalizard para la construcción de las obras de construcción del nuevo. Las adjudicación es por 1,57 millones de euros.
Será doce metros más ancho, tendrá dos carriles y luces led para su iluminación. Las obras tienen un plazo de ejecución de 6 meses. La pasarela, que tendrá una longitud de 44 metros, permitirá recuperar la conexión entre la zona de El Secano y el municipio de Beniel, en concreto, con la zona de La Basca. El proyecto recoge la creación de una nueva acera y la renovación del firme existente en el entorno, así como la construcción de una calzada central de dos carriles (uno por sentido) de 3,50 metros y vías peatonales de 2,05 metros.
El puente contará con luces tipo led en ambos lados de la estructura y con iluminación inferior. Además, para mejorar la estética de la infraestructura, se dispondrán otras dos tiras de iluminación led que se colocarán a ambos lados del arco del puente.
La ruptura del puente, que colapsó por el paso de un camión hormigonera de gran tonelaje que tenía prohibida la circulación por esa infraestructura, ha obligado desde entonces a los vecinos de la zona de dar un rodeo de unos 4 kilómetros para gestiones sencillas y cotidianas como acudir al supermercado, a la farmacia o al centro de salud.
El nuevo puente tendrá unas dimensiones considerablemente mayores que el derrumbado, en primer lugar, por su altura, ya que el anterior no cumplía con la actual normativa y solo levantaba 5 metros sobre la lámina de agua, mientras que el nuevo se elevará 7 metros.
Además, aumentará su anchura hasta los 12 metros, lo que permitirá construir dos carriles para el tráfico rodado considerablemente más anchos que los anteriores, y dos aceras para peatones de más de 2 metros de ancho, totalmente accesibles.
Los peatones quedarán separados del tráfico por el propio arco del puente, y protegidos por el lateral exterior por una valla. Además, se iluminará con luces led tanto la parte inferior como superior del puente para ganar en seguridad y estética.
Respondiendo también a las demandas de los vecinos, se acondicionará el firme y aceras en los accesos y zonas aledañas al puente, y se incluirá una rampa de acceso. Esta actuación atiende una de las grandes reivindicaciones trasladadas por los 6.500 habitantes de El Raal desde que el puente se derrumbara.