MURCIA. Fue uno de los detalles más llamativos de una encuesta que, en lo sustancial, apenas dejó titulares. Vox tendría más apoyo que el PSOE en intención directa de voto: un 13,5% frente a un 13%, según refleja el barómetro de invierno del Cemop (Centro de Estudios Murcianos de Opinión Pública), encargado por la Asamblea Regional. La cifra, una vez 'cocinada' (es decir, una vez hecha la estimación de voto), se convertía en un 24,8% de los socialistas frente al 20,4% de la formación que lidera José Ángel Antelo, por lo que finalmente la atribución de escaños se quedaba en 12 para el PSOE frente a 10 de Vox. Todo ello da pie a una pregunta: ¿Es posible el sorpasso? ¿Puede Vox convertirse en la segunda fuerza de la Región de Murcia?
"No creo que Vox supere al PSOE. No habrá sorpasso", sostiene Juan José García Escribano, uno de los codirectores del Cemop, que explica a preguntas de Murcia Plaza que la intención de voto es "lo que dice que vota, pero no es necesariamente lo que va a votar en realidad". Es decir: "El votante de Vox, a diferencia del PSOE, es muy militante. No tiene complejos, es casi un hooligan del partido y habla abiertamente de su preferencia por Vox. En cambio, el elector del PSOE es más circunstancial y oculta su voto", razona. "Ese es el motivo por el que Vox tiene más intención de voto directa y el PSOE, en cambio, cuenta con una mayor estimación".
Entonces, ¿a qué se debe la mejoría de Vox? García Escribano cree que la subida se debe a una movilización de cierto electorado, "especialmente la gente joven", pero no piensa que haya un intercambio de votos de un partido a otro, ni mucho menos que sea un trasvase del PSOE a Vox. "Mientras el PP esté fuerte, no habrá un cambio grande, porque la única transferencia de votos que puede llegar a Vox es a través del propio PP, no del PSOE", puntualiza. De hecho, señala que aunque el PSOE ha perdido un escaño, el resultado sigue siendo parecido al reflejado en las urnas el pasado 28 de mayo. En los comicios cosecharon el 25,6% de las papeletas; la encuesta le otorga el 24,8%. Son cifras similares. Y los populares, los ganadores del 28M, siguen en cabeza, con números muy parejos.
"La caída del PSOE no es de ahora, sino que empezó antes: se remonta a la moción de censura de 2021", reflexiona. "Aquel fue el punto de inflexión, ahí cambió la tendencia", apunta, en referencia a un partido que en 2019 había logrado la victoria con 17 diputados y cuatro años después se desplomaba y obtenía 13 escaños. "Desde la moción de censura" de PSOE y Ciudadanos, examina, "las horquillas han sido parecidas para todos: el PP se mueve en 20-22; el PSOE en 12-14 y Vox en 8-10". No obstante, valora que el crecimiento de Vox también se debe a que ha llegado al Gobierno, "ha alcanzado el poder", y eso le da más visibilidad, lo que redunda en "un mejor conocimiento y una mejor valoración de sus líderes", como Santiago Abascal y José Ángel Antelo.
En este inicio de la legislatura, el PSOE busca superar el mal trago que supone la amnistía para ellos. Al margen de que interioricen una medida a la que se oponían rotundamente hasta los comicios del 23 de julio o que verdaderamente crean que es un acierto (no hay que olvidar la militancia respaldó con un 87,5% los pactos de Sánhez con el independentismo) , lo cierto es que es una decisión política de difícil calado en parte del electorado. No en vano, la encuesta del Observatorio Español de Estudios Demoscópicos (OBEDE) de la UCAM, publicada en diciembre, recogía que casi siete de cada diez encuestados (el 67,9%) se muestran en contra de la amnistía. Por lo que la consigna entre los socialistas es superar la tramitación (no exenta de obstáculos, con disparidad de posturas entre ERC y Junts) para que vea la luz cuanto antes y aferrarse a que el paso del tiempo deje atrás el 'disgusto' de la amnistía. Por el momento, no parece que haya conllevado un gran castigo demoscópico: los dos principales sondeos conocidos hasta la fecha (Cemop y UCAM) le dan una pérdida de un escaño.
Con todo, el PSOE sigue agarrado al balón de oxígeno que fue la convocatoria anticipada de elecciones de Pedro Sánchez. Aquella maniobra dio vida a un partido que se veía superado por el PP. Y de hecho fue superado en las urnas, pero no lo suficiente y consiguió los números justos para sacar adelante una investidura. Su presencia en Moncloa ha tapado varios frentes internos. Por ejemplo, en la Región. El PSOE de José Vélez perdió cuatro escaños el28M, un duro varapalo para un partido que en 2019 fue la primera fuerza y que lleva desde 1995 suspirando por el Palacio de San Esteban. En 2027, próxima cita electoral (si no hay sorpresas), los socialistas acumularían 32 años en la oposición, demasiado tiempo para una formación que se siente ganadora y que ante todo busca gobernar. Sin embargo, nadie ha discutido públicamente a Vélez, que afronta esta legislatura como la enésima oportunidad para lograr su ansiado objetivo.
Vox, por su parte, se ha lanzado con todo contra el Gobierno de España una vez conocidos los pactos de Sánchez con el independentismo, sabedor de la indignación que esos acuerdos provoca en el electorado conservador. Además, a diferencia del PP, ha sido más frontal, más contundente, con manifestaciones llevadas a las sedes del PSOE. Y quiere sacar rédito de sus Gobiernos autonómicos, como en la Región de Murcia. El partido, que en el 28M quedó lejos de sus pretensiones de victoria, busca asentarse y consolidarse como fuerza decisiva. En su oposición al sanchismo sin tregua incluso ha llegado a proclamar una ruptura de relaciones con Núñez Feijóo al mismo tiempo que mantiene sus alianzas autonómicas con el PP. De momento, la encuesta del Cemop (el mismo que han criticado en los últimos cuatro años) valida sus primeros pasos en el Gobierno y les da un representante más que en las urnas. La pregunta es: ¿Dónde estarán dentro de cuatro años?