Unidad de Cuidados Intensivo del Hospital Rosell de Cartagena. Foto: LA ROCAMURCIA. La Región se encuentra inmersa en la quinta ola. Con los brotes aumentando día tras día, el inicio de la transmisión comunitaria será el gong que dé comienzo a un verano mucho más complicado del que todos habían previsto. Sin embargo, aunque los contagios resurgieron varias semanas atrás, los hospitales no han comenzado a acoger pacientes covid hasta hace unos pocos días y los fallecidos siguen manteniéndose muy por debajo de lo esperable para la incidencia actual.
En concreto, la Región ha registrado tan solo tres muertes en el último mes y ya acumula una racha de ocho días sin lamentar ninguna pérdida. De esta forma, nos encontramos con que el aumento en los casos de las últimas semanas no está repercutiendo en los decesos.
Para comprender el porqué de estos datos, necesitamos entender en primer lugar que las oleadas de covid siguen un proceso lineal que requiere de unos intervalos específicos. Así, comienza con la transmisión, luego siguen los síntomas, continua con la hospitalización cuando estos se recrudecen y finaliza con la expulsión del virus o la muerte del paciente.
Si bien entre la transmisión y los síntomas lo habitual es que la incubación dure varios días, una vez que el paciente entra a cargo de los sanitarios es frecuente que transcurran incluso meses hasta la recuperación o el fallecimiento. En consecuencia, podemos entender que si los decesos no han aumentado todavía es porque aún resulta demasiado pronto para que el virus complete su proceso, lo que quiere decir que podemos esperar varias pérdidas en las próximas semanas como consecuencia de la explosión en los contagios.
De hecho, este lunes ya se produjo un aumento del 50% en los ingresos hospitalarios, que pasaron en tan solo dos días de 28 personas el viernes a las 43 del domingo. En estos momentos, se mantienen los 43 pacientes en los hospitales, de los que 14 se encuentran en la UCI.
También la vacunación explica la actual reducción en la mortalidad de la quinta ola, pues los jóvenes son aquellos que se están viendo más afectados por esta oleada al encontrarse la población más vulnerable ya inmunizada. Así pues, los pertenecientes a esta franja de edad suelen presentar una mayor resistencia a las complicaciones propias del virus al tener un sistema inmunológico más preparado.
No obstante, tener mejores resultados en la lucha contra los síntomas no les hace inmunes a sus efectos, como se ha demostrado al observar la edad de los pacientes de las UCI en la Región, pues oscilan entre los 29 y los 55 años, muy por debajo de la edad media previa a las vacunas.
Asimismo, la aplicación de estas dosis también ha fortalecido a las personas de mayor edad que han contraído el virus a pesar de estar vacunados, pues aunque no tienen el 100% de efectividad a la hora de evitar contagios sí han conseguido combatir las consecuencias más graves de albergar el coronavirus en el organismo. No obstante, también es cierto que los hospitales de la Región ya han ingresado a algunas personas que habían recibido la pauta completa.
En cualquier caso, lo que sí ha demostrado esta pandemia es que nadie debe creerse inmortal, pues sobran demostraciones que muestran el peligro que representa el coronavirus. En concreto, la Región ha tenido que lamentar la pérdida de 1.608 personas desde que llegó la covid a nuestro territorio, lo que asciende hasta las 81.020 en el conjunto de España.
Sin embargo, aún más importante que el número de vidas que han sido arrebatadas a casusa de esta crisis sanitaria resultan todas las personas que se encuentran detrás de las cifras. Al fin y al cabo, nunca podremos olvidar que cada una de ellas representa unas emociones únicas, unos pensamientos propios y unas vivencias insustituibles.
