MURCIA. "Mi alcalde sigue siendo Juan José", repite a menudo Pedro José Sánchez Pérez. Totana es un pueblo de luto, sumido en la tristeza desde que el 16 de enero se conociera la muerte de su alcalde. Pero la vida sigue, implacable. Y Pedro José apenas tuvo tiempo para digerir la responsabilidad que recaía sobre sus manos. Ganar IU, la marca local de Izquierda Unida que desde 2019 gobierna Totana en solitario, acordó que el sucesor sería el número cuatro de la lista, tras las renuncias por motivos personales de dos concejalas. Y él aceptó, decidido: "No siento vértigo, porque lo peor que podía pasar ha pasado". A sus 26 años, sin más experiencia política que una breve andadura como edil de Urbanismo, Pedro José Sánchez recibía el pasado miércoles el bastón de mando de los 32.500 vecinos de Totana. Se convertía en el regidor más joven de toda la Región de Murcia y el único además que blande las siglas de Izquierda Unida.
Al frente del Ayuntamiento se pone el pequeño de los cuatro hijos de Los Basilios, como así conocen a la familia, en homenaje a su abuelo. Nacido en 1995, Pedro José creció en el barrio de la Era Alta al mismo tiempo que Totana experimentaba su gran transformación, con la irrupción de la inmigración y el auge de la agricultura. Hijo de un agricultor autónomo y de una trabajadora de un almacén hortofrutícola, desde bien pequeño interiorizó la cultura del esfuerzo y la dureza del trabajo en el campo, donde echaba una mano recogiendo brócoli o alcachofas. En aquel hogar donde pasó los doce primeros años vivía con su hermana, Loli, 18 años mayor que él, y compartía habitación con sus dos hermanos varones, Basilio y Juan Daniel, hoy regentes de dos negocios muy conocidos en la localidad (el taller Neumáticos El Saladar y el Restaurante Platea, respectivamente). "Las noches eran un show para intentar dormir", rememora sobre su infancia, plagada también de juegos en la calle y tardes de Play con sus amigos. Después la familia se mudó a su vivienda actual, la casa de la abuela, próxima a la estación y en la que Pedro José reside hoy con sus padres (ellos en la planta baja) y su pareja.
El flamante alcalde fue un alumno "muy aplicado" que estudió en el colegio comarcal Deitania y después en el instituto Prado Mayor, cuyo Bachillerato de Ciencias y Tecnología terminó con matrícula de honor y del que sólo tiene recuerdos felices: "Guardo un cariño enorme de aquella etapa; también me acuerdo mucho de su directora, Marisol". Se decantó por Arquitectura, desoyendo los consejos de su entorno, que le sugerían Medicina, y en 2013 se matriculó en la UPCT de Cartagena, donde se independizó por primera vez y pasó cinco años de su vida. Salvo contratiempo, en un mes entregará el último trámite que le queda de la carrera, el proyecto de Fin de Grado.
En casa nunca hubo tradición política. La curiosidad llegó después, ya en la etapa universitaria. Devoró libros "como un cosaco", escuchó discursos de toda ideología -desde Julio Anguita y Pablo Iglesias hasta incluso Blas Piñar- y esculpió su criterio y sus ideas. Él, que en su adolescencia abrazaba posiciones conservadoras, acabó definiéndose como un hombre de izquierdas. Eran, además, los años de la llamada 'nueva política', en pleno boom de Podemos y la crisis del bipartidismo. El punto de inflexión se produjo en las elecciones municipales de 2015, la primera cita con las urnas. Sus amigos Justo, Julián, Ismael y él, "unos frikis de categoría que se leían todos los programas electorales", enviaron a través de Facebook una pregunta a todos los candidatos de izquierdas de Totana. Sólo uno de ellos les respondió: fue Juan José Cánovas, el hombre que cambiaría su vida.
Allí empezó el vínculo con una persona que define "como un segundo padre" y que se ganó a sus amigos y él por su naturalidad con ellos. "Nos preguntaba, nos consultaba. Nos sorprendía, porque éramos chavales de 21 años y él era todo un alcalde con una gran trayectoria a sus espaldas. Nos hacía sentir adultos", cuenta Pedro José a Murcia Plaza. "Eso demuestra cómo era. Porque trataba así a todo el mundo". Una Nochebuena, recuerda, 'asaltaron' el balcón del alcalde a ritmo de corneta, cantándole una canción. "Era la una de la madrugada y nos invitó a pasar a su casa". Las conversaciones con él eran un canto a la vida: diseccionaban desde los problemas cotidianos de los vecinos hasta la política internacional (Siria, Iraq, Palestina...). Su carisma es ya imborrable: "Conectamos mucho. Era una persona muy afectiva, que se acercaba mucho a la gente. Sabía cuándo habías tenido un mal día, se preocupaba y te ayudaba. Compartimos muchas confidencias".
En 2019, el año electoral, Cánovas citó en su despacho a varios de aquella camada de jóvenes, entre ellos el propio Pedro José. "Nos comentó si queríamos participar en la candidatura. Y yo di el paso". Aquellos comicios fueron históricos: Ganar IU rompió el molde y se coronó como la lista más votada, por delante del PP y del PSOE. La victoria electoral quedará para siempre como uno de los grandes éxitos de Cánovas: ganar las elecciones de tu pueblo con la camiseta de Izquierda Unida es -parafraseando a un colega periodista- algo así como si el Betis se proclamara campeón de Liga. No se reeditó la coalición con el PSOE (con quien había compartido el bastón de mando en el anterior mandato) y Ganar IU se encaminó a gobernar en solitario. Pedro José fue designado a cargo de una larga ristra de áreas: Urbanismo, Infraestructuras, Servicios a la Ciudad, Medio Ambiente, Aguas y Alcantarillado, Agricultura, Ganadería y Pedanías. Hasta entonces su experiencia laboral se remitía a una beca en el Laboratorio de Investigación Urbana (LiUrb) y unas prácticas en la Concejalía de Urbanismo. Su currículum incluía las faenas en verano en el taller de su hermano y su paso por dos pizzerías (Tumar y Tre Sorelle), en las que trabajó como camarero y repartidor.
Los designios de la vida, sin embargo, son inescrutables. Todo se torció hace dos meses: lo que parecía un contagio más de la pandemia se tornó en una tragedia. El fatídico día de Nochebuena, Cánovas, que había dado positivo por coronavirus, empeoraba e ingresaba en la UCI del hospital murciano Morales Meseguer. "Nos llamó a los cinco concejales, lo escuchamos con el altavoz y nos dijo que teníamos que seguir adelante". Fue la última vez que Pedro José pudo hablar con él. 24 días después fallecía. La noticia causó una honda conmoción en el municipio, también en toda la política regional. El alcalde era un hombre muy respetado por todos, incluso por quienes defendían siglas diferentes. Poco después, Ganar IU decidía que el candidato a la Alcaldía sería su concejal más joven. "Esto no es un plato de buen gusto, porque no se puede disociar de dónde viene: la pérdida de nuestro alcalde". El edil no se abrumó por la responsabilidad y dijo sí, a pesar de su edad, de su inexperiencia y de las tristes circunstancias. "No tengo vértigo, pero sí respeto por la persona que tenemos que cubrir y por el cargo que represento. Tenemos que sacar fuerzas para continuar lo que Juanjo había comenzado", sostiene. "Lo peor que podía pasar pasó. Y después de eso, relativizas cualquier cosa, incluso asumir una Alcaldía".
Sus primeras palabras en el pleno de investidura fueron para él, para Cánovas. "Ojalá nunca se hubiera celebrado este acto. Me gustaría poder llegar a mi casa para acostarme, despertarme y ver que Juan José sigue siendo el alcalde", afirmó, emocionado, en un discurso que no leyó. De alguna manera, aunque con el peor de los guiones, se cumplía la profecía que dejó dicha y escrita el propio Cánovas, que en más de una ocasión pregonó que Pedro José sería el futuro alcalde de Totana. "Él tenía mucha fe en la gente joven del proyecto, en nosotros", asevera. "Era muy pesado con el comentario y yo le decía que quería terminar mi carrera, que no me veía en esto de la política... Pero ahora mira: por desgracia, él tuvo la maldita razón".
Una de las primeras llamadas que recibió fue la del presidente de la Comunidad. "Me llamó antes de que fuera investido. Estuvo muy humano conmigo y le agradezco el gesto. Me transmitió que él había pasado por lo mismo que yo, al ser elegido por una circunstancia sobrevenida y además le pasó muy joven, como a mí" [Fernando López Miras fue nombrado, a sus 33 años, como el presidente más joven de una comunidad autónoma tras la dimisión de Pedro Antonio Sánchez]. Ambos ya se han emplazado a tener una reunión institucional para abordar los problemas del municipio.
Amante de la naturaleza, le gusta pasear por la sierra con su pareja y sus dos perritos, con los que también camina por la playa canina de Mazarrón. Su gran afición es la orientación en la naturaleza. En su tiempo libre, que a buen seguro se reducirá a partir de ahora, aprovecha para quedar con sus amigos "como un loco", pues le "encanta" tener a su círculo "muy cerca". Igualmente disfruta con las series y la lectura, sobre todo con las obras de ensayo. "Soy un poco coñazo: me gustan los libros relacionados con la política, la economía y las ideas", bromea. ¿El último? 21 lecciones para el siglo XXI, de Yuval Noah Harari. Y su gusto musical también ha variado: si antes sonaban más grupos como La Raíz, ahora prefiere relajarse con Ana Mena, Lola Índigo y Omar Montes. Se siente agnóstico y aunque se crio en una casa madridista, se declara hincha del Betis. "Su afición es única, siempre apoya, pase lo que pase. Y este año nos está dando muy buenas noticias".
No está afiliado a Izquierda Unida. "No me afilié en 2019, pues no lo necesitaba para ingresar en la candidatura y ahora es lo último en lo que pienso". Aclara, eso sí, que comulga con las ideas del partido y que mantiene muy buen trato con la dirección regional pero que, insiste, no dedicará "ahora un solo segundo" a la decisión de inscribirse como militante. Sus proyectos más inmediatos pasan por "la estabilización de la deuda [que supera los 100 millones de euros], que los proveedores puedan seguir creyendo en la hacienda local" y apuntalar "la inversión en la red municipal de aguas". En cualquier caso, la máxima es clara: "Vamos a seguir los pasos de Juan José. Seguiremos su legado".
No en vano, sus referentes en política son "dos hombres que ya no están": Julio Anguita y el propio Cánovas. Dos personas que "han dignificado mucho la política" en una era en la que no goza de su mejor cartel, menospreciada por muchos ciudadanos, hartos de tantos escándalos y tantos errores en el pasado. Pedro José niega la mayor: está convencido de que "la política, si no resuelve problemas, no es política". Dicho queda. Ahora es su turno para convencer a los demás de la importancia de la política y del poder para cambiar las cosas. En su mano está.