MURCIA. Escuché en directo a la nueva, que no flamante, consejera de Educación de la Región de Murcia en Onda Regional. Las posturas de Mabel Campuzano no nos pillan por sorpresa a los que conocemos su trayectoria en la Asamblea Regional, pero tengo que confesar que se me heló el café del desayuno y también la sangre al oír su discurso sobre las vacunas: "Si al final me convenciera, viera el resultado de que después de la vacunación esto se ha solucionado, hemos salvado la crisis, no tiene efectos secundarios, pues entonces me vacuno".
"El caso de la consejera 'antivacunas" de Educación ES el mejor ejemplo de una plaga que azota las instituciones de la Región"
Así las cosas, no es que sea negacionista. Lo de Campuzano tiene un nombre muy claro: es una aprovechada de las de toda la vida. Vacunaros vosotros, que yo ya me vacuno si no pasa nada, vino a decirnos sin rastro de vergüenza. Es la típica actitud del parásito. Ese que está en contra de cualquier huelga o reivindicación, pero es el primero en beneficiarse de los derechos por los que otros han luchado. Ese que no siembra porque prefiere dormir, pero es el primero que aparece el día de la cosecha.
No es que nuestra consejera sea una ignorante, como algunos quieren pintarla, sino que más bien se pasa de lista. Lo verdaderamente grave es esta señora haya llegado a un cargo en un Gobierno y, para más inri, al de consejera de Educación, puesto desde el que debería dar ejemplo a los miles de alumnos y profesores de la Región.
Imagínense que nuestro alumnado imitara el ejemplo de la consejera del ramo. Atiende tú al profesor y ya nos pasas los apuntes el día del examen. Resuelve tú el problema y yo, cuando vea el resultado y que esto se ha solucionado, me copio las respuestas. Esa es la actitud ante la vida de la diputada libre de Vox. Y tan libre.
Imagínense que lo hicieran nuestros maestros. Los de infantil no se vacunarían hasta que no lo hagan los de primaria. Los de primaria hasta que no se vacunen los de secundaria. Los de secundaria hasta que no le toque a los de la Universidad. Los de la Universidad hasta que no se pinchen los conserjes. Y así hasta que nadie se vacunara y fracasara la campaña para inmunizar a la población. Tendríamos pandemia para rato.
Menos mal que los maestros y profesores de esta Región somos mucho mejores que Mabel Campuzano y que la extrema derecha que parasita nuestras instituciones. Llevan cuatro días en el cargo y ya se ha revelado su verdadera naturaleza. Son una plaga. Viven de los restos del convite en el que López Miras ha convertido las instituciones de nuestra Región. Se nutren de sus inmundicias agazapados bajo el mantel. El ecosistema de San Esteban es tan rico en detritus, que crecen como setas, como esos hongos saprófitos que viven en lo más oscuro del bosque.
El camino hasta este lugar tan siniestro no se ha hecho de un día para otro. Son 25 años de gobiernos populares de hachazos al sistema público y, en los últimos tiempos, también a la educación en igualdad. En la primavera de 2018 Adela Martínez-Cachá fue la primera en suspender las charlas de No Te Prives en institutos para la prevención del acoso a alumnos por su orientación o identidad sexual. La primavera de 2020 nos trajo el sí bwana de Esperanza Moreno a la censura parental de Vox. Entre sus méritos, también cuenta el haber convertido a la Región en la única en la que no se ha recuperado la presencialidad, y una denuncia admitida por la Agencia de Protección de Datos por una chapuza en la plataforma Educarm que ha dejado desprotegidos los datos personales de miles de docentes y alumnos.
Con estos precedentes, ¿a quién le puede extrañar que la primavera de 2021 nos haya traído a una consejera de extrema derecha negacionista y anticiencia? El terreno ya estaba más que abonado de odio y podredumbre. López Miras solo ha echado una capa más de estiércol para seguir reinando en la pocilga.
Ángel Luis Hernández
Secretario de Organización de Podemos Región de Murcia
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